Merece la pena vivir

Los norteamericanos tienen estadísticas para todo, y controlan absolutamente todos los datos que puedan medirse. Uno de los últimos que escuché es que la canción “I will always love you” (Te amaré siempre) de Dolly Parton y popularizada por Whitney Houston es la más pedida y tocada en los funerales.

¡Uf! No nos gusta hablar de funerales ni de muerte, ni de enfermedad… Si quieres lo dejamos para otro día, porque hoy me gustaría hablarte justo de lo contrario. Nuestra existencia es el primer y más importante regalo que Dios nos hizo. Pudo no haberlo hecho, pero quiso que naciéramos y que nuestra vida tenga sentido. Esto es crucial para todas las personas. Había una posibilidad de no nacer, pero Dios escogió que naciésemos.

¿Recuerdas los versos de Calderón de la Barca?

“¿Que es la vida? Un frenesí
¿Qué es la vida? Una ilusión.
Una sombra, una ficción
Y el mayor bien es pequeño
Que toda la vida es sueño,
Y los sueños, sueños son”

Dios te creó, escogió que pudieras vivir, soñar y disfrutar de las personas y las cosas que tienes a tu alrededor. Sonríe aunque la vida te golpee a veces, aunque no todos los amaneceres sean bonitos y las puertas se cierren delante de ti.

Sueña, porque soñar no cuesta nada, y quizás un día tu sueño pueda cumplirse. Ama, porque amar es vivir, y cuanto más amamos no sólo recibimos amor, sino que llenamos de gloria el lugar en el que estamos. Es mejor amar y sufrir que no haber amado nunca.

Da lo que puedas a todos los que puedas. Cuando damos a otros nos parecemos más a nuestro Creador, que nos da el aire y la vida sin medida y sin discriminación. Aprende a compartir lo que ocurre en tu vida, porque una pena compartida es menos pena, y una alegría compartida se duplica por lo menos.

No tengas miedo de llorar, porque el sufrimiento purifica el alma y alivia el corazón. La angustia parece irse con nuestro llanto y cada lágrima nos ayuda a ser mejores.

Da gracias a Dios porque puedes soñar, amar, dar, compartir, llorar. Da gracias a Dios porque tienes la oportunidad de vivir un día más. Eso es mucho más que un sueño, una sombra o una ficción. La vida merece la pena.