Cabeza ensangrentada

"Señor, lo que has llevado, yo solo merecí; la culpa que has pagado al juez, yo la debí".

07 DE JULIO DE 2017 · 10:10

Foto: Aaron Burden (Unsplash).,
Foto: Aaron Burden (Unsplash).

Hoy publicamos un himno que no hemos traducido nosotros, pero que es un ejemplo a seguir.

Solo hace falta echar un vistazo a los autores de letra, traducción, música y armonización para darse cuenta de que estamos ante una de las composiciones más significativas de todos los tiempos.

Como traductores, elogiamos e intentamos imitar la encomiable labor de Federico Fliedner por su fidelidad al original, que no merma su calidad poética.

Deseamos que este precioso himno vuelva a ser entonado por la cristiandad para gloria y honra de nuestro Señor Jesucristo.

CABEZA ENSANGRENTADA

Letra: Paul Gerhardt, 1656. Traducción: Federico Fliedner. Música: Leo Hassler, 1601. Armonización: J. S. Bach, 1729.

 

Lam Fa Sol Do Lam Mi Lam

Cabeza ensangrentada, cubierta de sudor,

Lam Fa Sol Do Lam Mi Lam

de espinas coronada y llena de dolor;

Sol Fa Do4 Do Fa Rem Mi

¡oh, celestial cabeza, tan maltratada aquí,

Sol Do Re Sol Fa Sol Do

de sin igual belleza, yo te saludo a ti!

 

Te admiro, rostro herido, espejo de bondad;

aunque en ti han escupido con infernal maldad.

¿Quién se atrevió, mi vida, con loco frenesí

y saña fratricida a escarnecerte así?

 

Cubrió tu noble frente la palidez mortal,

cual velo transparente, de tu sufrir señal.

Cerrose aquella boca, la lengua enmudeció;

la fría muerte toca al que la vida dio.

 

Señor, lo que has llevado, yo solo merecí;

la culpa que has pagado al juez, yo la debí.

Mas mírame: confío en tu cruz y pasión;

otórgame, bien mío, la gracia del perdón.

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Salmos, himnos y cánticos espirituales - Cabeza ensangrentada