El autor de Cantar de Cantares

Resulta más que evidente que el autor era una persona con vastos conocimientos en distintos y muy variados campos del saber.

17 DE JUNIO DE 2017 · 18:00

,Salomón

“Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles. Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga entre las doncellas. Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes. Bajo la sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar. Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mi fue amor. Sustentadme con pasas, confortarme con manzanas, porque estoy enferma de amor. Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace. Yo os conjuro. Oh doncellas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor hasta que quiera” (Cantares 2: 1-7).

Desde que este libro fue escrito, a lo largo de la historia, ha tenido diferentes interpretaciones. Antes de hablar de exponerlas, es necesario tener en cuenta dos cosas.

La primera, el autor del libro.

No se sabe con exactitud cuándo se escribió el libro de Cantares, ni por quién fue escrito. Yo sitúo el origen del libro en una época más o menos concreta, porque desde mi punto de vista, esta magistral obra, salió de la pluma del Rey Salomón. No obstante, existen estudiosos de las Escrituras, de gran erudición y valía, que piensan en otra autoría diferente a la salomónica. Tienen todo mi respeto.

Lo que resulta más que evidente, es que el autor era una persona con vastos conocimientos en distintos y muy variados campos del saber.

En relación a ello, consideremos lo que se nos dice en 1ª de Reyes 4:29: “Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar”. Aquí se está expresando que la sabiduría que Salomón poseía era algo extraordinario: “era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios” (1ª de Reyes 4:30).

La Revelación bíblica muestra un profundo respeto hacia la sabiduría de los egipcios, y como referencia paradigmática, nos apunta que Moisés “fue enseñado en toda la sabiduría de los egipcios” (Hechos 7:22). Pues bien, la sabiduría de Salomón, creo que trasciende a la del mismo Moisés.

De Salomón se dice que “Fue más sabio que todos los hombres, más que Etán Ezraíta, y que Hemán, Cacol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido en todas las naciones de alrededor. Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco.

También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces. Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra a donde había llegado la fama de su sabiduría” (1ª de Reyes 4: 31-34).

Para acercarnos al libro de Cantares, debemos tener en cuenta la gran erudición del autor y sus vastísimos conocimientos sobre los asuntos que trata.

Asimismo, para realizar una interpretación con cierto fundamento, se debe disponer de algunos conocimientos indispensables: como la capacidad para discernir el original hebreo y la traducción griega de la Septuaginta, así como conocimientos de Simbología y de mitología.

Por consiguiente, no nos sirve solo conocer la interpretación alegórica y mística de esta obra.

La interpretación que ofrezco, se basa, sobre todo, en aquellos aspectos en los que he podido formarme mejor en mi devenir existencial, tanto en el campo científico como en el teológico.

La segunda cuestión son los conocimientos antropológicos del autor.

¿Qué conocimientos tenía el autor sobre el corazón del hombre, y sobre los contenidos inconscientes que se mueven en la esfera de su intimidad?

En otras obras de Salomón, como en los libros de Eclesiastés y Proverbios, se nos aporta una amplia y profunda información sobre estos aspectos.

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