Traje rojo de faralaes

Ella me preguntó en un momento de la conversación, ¿qué te gustaría ser de mayor? Y yo le respondí al momento.. ¡Artista! ¡Yo quiero se artista!...

07 DE MAYO DE 2017 · 06:10

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No recuerdo que edad podría tener, pero era lo suficiente pequeña como para bajar las escaleras del colegio de una en una. Era una deliciosa mañana de primavera cuando mi mamá me vino a recoger ¡Ay, qué bueno!

Al fin salír al sol y a jugar, mi profesora me traía frita…. Llegaba gafas de profesora y siempre me estaba riñendo por no parar quieta y por hablar.

Cuando bajábamos las escaleras, nos encontramos con la mujer del Director ¡era un encanto! No tenían hijos y me quería muchísimo, yo era su niña consentida, y me llevaba a su casa muchas veces, para jugar conmigo y a mi aire.

Mientras estábamos hablando, ella me preguntó en un momento de la conversación, ¿qué te gustaría ser de mayor? Y yo… “Mas ancha que un ocho” le respondí al momento.. ¡Artista! ¡Yo quiero se artista!...

Entonces pude ver esa mirada inconfundible en los ojos de mi madre que se me clavaron en el alma, y me apretó la mano con mucha fuerza. Sabía muy bien lo que me esperaba y mis piernecillas comenzaron a temblar…

A aquella querida amiga todo le hizo mucha gracia, mi espontaneidad, lo que dije…. Pero mi madre, debía crujir por dentro y yo estaba medio paralizada por lo que me podía esperar.

¡Tal cual! De camino a casa, mi madre me fue leyendo la catilla bien leída

-Pero ¿tú sabes lo que acabas de decir?

-¡Mamáaaa! ¿Pero que hice ahora? ¿qué dije mal? Me encanta el baile flamenco, las batas de cola, las castañuelas, los zapateados y un clavel rojo en el pelo. ¡Siempre le estás sacando punta a todo!

Entonces, comenzó a contarme una historia…. A mi también me gustaba y me gusta mucho cantar. ¿Y sabes qué? Para que tu abuelo no me riñera, me escondía en el baño, abría bien la ventana que daba al patio y me arrancaba por “la Piquer”

Simplemente quiero enseñarte lo que mi padre me enseño y lo que yo misma he visto y vivido de primera mano. Entonces las dos nos comenzamos a relajar y empezó a contarme:

Yo estudié en el Conservatorio de música de Madrid, tenía muchos amigos, tenía amistades de mi iglesia que compartían conmigo la pasión por la música, nunca me perdía ninguna audición ni nada de nada ¡Me encantaba! Conocí bien de cerca a una bellísima persona, era realmente buena y valía un montón. Tanto es así, que se convirtió en profesional de la música lírica.

Me casé con tu padre, me vine a Coruña, y le perdí un poco la pista. Pero nunca la olvidé. Un día, en uno de mis viajes a mi tierra, me enteré de unas cuantas cosas y seguí sabiendo más.

Me dio muchísima pena; triunfó como profesional del canto, pero su vida fue por unos derroteros que no eran buenos. Entonces vi como le caían algunas lágrimas y se le entristeció el rostro.

Yo era “enana” pero no tonta, y la pude comprender a la perfección; aunque me seguían volviendo loca los trajes de faralaes, el sombrero cordobés, el rojo rojo clavel….. Y aquellos diminutos zapatitos de baile flamenco a lunares, que siempre estaban expuestos en una zapatería muy famosa de mi ciudad.

Soy gallega, siempre he vivido aquí, y no sé si sería capaz de vivir lejos de esta tierra hermosa, casi metida en mi gran mar que estoy viendo en estos momentos de la oscura noche.. Me puede el carácter de Rosalía de Castro en toda mi personalidad, y en cada cosa que hago.

Cuando estoy grabando lo que sea y algo me emociona, o me involucro mucho en algún tema, sin darme cuenta pierdo totalmente el dominio del micro, y tiendo a bajar la voz; me lo han dicho muchas veces… Me encanta cantar “Alecrín dourado” y pasear sola bajo la lluvia cuando es fina y suave. ¡Si! Soy gallega y mucho. Pero tengo la mitad de mi sangre, no sólo de Madrid, sino de Madrid para abajo.

Y tendría que preguntarle a Gregor Mendel, que especie de guisante se me cruzó en el camino, ese gen más que recesivo que me llegó a mi solita.

Cuando paso por Puerta de Hierro, siento mariposas en el estómago, y me estremezco toda, y si sigo bajando…. Ya desde Despeñaperros para abajo… Ya pierdo la noción.

Hace ya unos años, en uno de los viajes para tener ministerio en Andalucía, ni lo sabía, pero era tiempo de Feria. Bastante preocupada iba yo con tres conferencias de bastante tiempo, y todo lo que supone algo así, como para enterarme de otras cosas.

No recuerdo que tema llevaba, pero si sé que era algo que me exigía mucha entrega. Suelo entregarme mucho en cada cosa que hago, pero recuerdo que el último día me dejé la piel en lo que estaba haciendo al compartir la Palabra y después cantar.

Os puedo asegurar que no lo hice a propósito, pero llevaba un traje rojo muy bonito y algo “avolantao”. No entendía absolutamente nada, pero cuando bajé a desayunar, todas me miraban y me decía:

¡¡Pero hija, qué guapa vienes!! ¡Qué estamos en feria y vienes de rojo niña!!

Yo bastante tenía con centrarme en lo que tenía que hacer y no entendía demasiado. El Señor fue conmigo y espero habar sido de bendición.

Cuando terminó la última conferencia, desapareció todo “el pastorado” y me quedé solita con todas las hermanas. Entonces comenzaron a poner música, y yo… Como que me empecé a poner nerviosa, todas estas historias son muy culturales, y dependiendo del lugar o la denominación, lo que para uso es lo más normal, para otros es el pecado más “pecadísimo”.

Al principio la cosa iba yendo… “Soldado de Cristo”. Pero luego comenzaron a soltarse por sevillanas, fandangos y soleares. La verdad, me estaba encantando, pero miraba para todos los lados y allí no había nadie del ministerio y ni sabía que hacer… Y a mi con las sevillanas y mi traje rojo “avolantao” ….. Me metieron en el medio y….. ¡Ahí me han dao!

Levanté mis brazos, comencé a mover mis pies… y todo era decirme, ¡Pero chiquilla, que aires te das! Levanta un poco más la cara, que en una semana… Igualita que nosotras. Os puede parecer la cosa más tonta o absurda, pero es un recuerdo que no puedo arrancar del corazón. Llevan metido el flamenco en la sangre, y este guisantito que se le escapó a Mendel… ¡También!

El Señor me ha concedido poder entrevistar en radio a diferentes cantantes, tanto de España como de Latino América, gente muy especial que canta de maravilla, que ha ganado premios Grammy, la OTI, y muchas cosas importantes.

Cuando vienen de familia creyente, suelen tener bastante claro que sólo van a utilizar sus dones en ese sentido para el Señor. Otros lo ven de otro modo, y siguen cantando sus canciones seculares entre algunas para el Señor.

Cada uno es muy libre de hacer lo que quiera y yo respeto a todo el mundo. Siempre digo y repito que soy la persona más normal del mundo y no me asusto por ninguna tontería, ni se me caen los anillos a la primera de cambio.

Hay canciones seculares super bonitas, y no tengo el más mínimo problema con eso. Pero lo cierto, es que la gran mayoría de cantantes que conocieron al Señor ya siendo famosos en ese mundillo, si realmente viven cerca de Dios, es como si los fuera trabajando, y la mayoría terminan de cabeza, incluso metidos en la obra del Señor, y utilizan su música como un ministerio.

¡Por favor, no me entendáis mal! Que el Señor está muy por encima de opiniones humanas y creo que debemos respetar a todos. Pero me gustaría contaros algo que me llegó muy hondo:

Hace ya años, un siervo del Señor muy querido, trajo a España a un matrimonio de Guatemaltecos, Mildred y Manolo, Ganaron la OTI en 1977 con una preciosa canción, “El verbo amar”.

Cuando fueron traídos a España, serían los finales de los ochenta, ya habían conocido al Señor. Lo cierto es que cantaban más que bien, eran matrimonio, y hacían unos duetos deliciosos.

La primera vez que les escuché contar su testimonio, realmente quedé impactada. Tenían una espléndida carrera secular, toda una maravillosa trayectoria en este sentido. Cuando conocieron el mensaje del Evangelio y se entregaron al Señor, siguieron haciendo lo que sabían hacer, y al modo de siempre.

En una noche en la que estaban dando un espectáculo, y cantando sus canciones de siempre, ella acababa de tener un bebé y los senos le reventaban de dolor por la leche acumulada, y la gente les pedía una y otra ve una canción “De bar en bar mi vida se va a acabar”.

Comenzaron a sentir que aquello no podía seguir así, y aquella misma noche, decidieron que todo su talento con la música, iba a ser para su Señor.

Repito que cada uno lleva el tema como le parece y yo soy espiritual, no “espiritualoide”. Tengo una relación más que estrecha con el Rey de la Gloria, ¡relación! No religión, algo muy diferente.

Y cuando hilo todo esto, me acuerdo de mi mamá y el ¡quiero ser artista! “la Piquer”, aquella persona que fue profesional de la lírica…. Y no soy quien para decir nada a nadie, respeto delante del Señor, Hay canciones seculares preciosas, pero con las que más disfruto, son con aquellas en las que puedo adorar mientras canto.

 Y me encantaría darme un día un garbeo por la Feria de Abril, con un bonito traje rojo de faralaes, mi abanico, un rojo clavel…. No hay nada malo en ello, pero procuro no olvidar lo que mi padre me escribió cuando era una adolescente en un libro de canciones cristianas….. “El que esté alegre, cante Salmos”

Con el correr de los años, pude ir entendiendo todo, y respetando a cada quien, y por mucho que me gusten muchas cosas lícitas y preciosas…… Prefiero adorar al Rey de Reyes. El dio Su vida por mi; pues mi canto y todo lo que tengo, incluida mi música, ¡serán para Él!

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