El maltrato a las mujeres

Los maltratos contra la mujer constituyen una epidemia que se extiende por todos los países del mundo, en unos más que en otros.

27 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 08:21

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Señor Director:

Un corazón sensible no puede menos que sentir horror y rabia ante el maltrato y muerte de mujeres en nuestro país, hecho repugnante que yo llamo asesinato, no violencia machista. En último caso, violencia machista humana, porque los animales machos no matan a sus hembras.

Según los datos que he recogido para “Protestante Digital”, en trece años han sido asesinadas en España por sus parejas, exparejas, novios e incluso amigos o familiares 866 mujeres. Las mismas fuentes afirman que otras 446.673 declararon ser víctimas de violencia de género. Más de la mitad de estas mujeres que denunciaron maltratos tenían entre 30 y 50 años.

¿Qué está ocurriendo, señor Director? ¿Se está volviendo loco el género masculino?

En un libro cuyo título detesto, “Mi marido me pega lo normal”, su autor, un hombre, Miguel Lorente, dice que la mujer aguanta maltratos que no aguantaría el hombre. Lo creo. Excepto las modernas boxeadoras, practicantes de Kárate, las dadas a la lucha libre, constitucionalmente la mujer es más débil que el hombre. La mujer es diferente al hombre. De esta diferencia escribió el genial francés Víctor Hugo en un poema que me muero de ganas por darlo a conocer, si usted me lo permite, señor Director.

Dijo Víctor Hugo:

“El hombre es la más elevada de las criaturas.

La mujer es el más sublime de los ideales.

El hombre es el cerebro. La mujer es el corazón.

El cerebro fabrica la luz, el corazón amor.

La luz fecunda, el amor resucita.

 

El hombre es fuerte por la razón.

La mujer es invencible por las lágrimas.

La razón convence; las lágrimas conmueven.

 

El hombre es capaz de todos los heroísmos.

La mujer de todos los martirios.

El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.

 

El hombre es un código. La mujer es un evangelio.

El código corrige; el evangelio perfecciona.

 

El hombre es un templo. La mujer es un sagrario.

Ante el templo nos descubrimos;

ante el sagrario nos arrodillamos.

 

El hombre es un océano. La mujer es el lago.

El océano tiene la perla que adorna;

el lago la poesía que deslumbra.

 

El hombre es el águila que vuela.

La mujer es el ruiseñor que canta.

Volar es dominar el espacio;

cantar es conquistar el alma.

 

En fin, el hombre está colocado donde termina la tierra.

La mujer donde comienza el cielo”.

UNA EPIDEMIA GLOBAL

Desgraciadamente, el hombre de nuestros días no se rige por esos principios del poeta francés.

Los maltratos contra la mujer constituyen una epidemia que se extiende por todos los países del mundo, en unos más que en otros.

Según Informe reciente de Naciones Unidas, una de cada tres mujeres en el mundo sufren maltratos por parte de los hombres.

México es el país de la América Hispana donde está más extendido el maltrato a las mujeres.

Los números, facilitados por Naciones Unidas, horrorizan.

De cada 100 mujeres mexicanas 68 han sufrido maltratos a partir de los 15 años.

El maltratador, como en todas partes, suele ser el marido, el exmarido, la pareja, el novio o un familiar.

Un total de 190.000 mujeres en todo el país y 150.000 en el ámbito urbano sufrieron maltratos el año pasado, según Naciones Unidas.

Además, 6.242 mujeres murieron en el mismo período por maltratos, homicidios o que optaron por el suicidio.

Cifras facilitadas por el Banco Mundial indican que el coste de los maltratos a mujeres supone en México unos 60.000 millones de pesos en atención médica y sanitaria.

De cada 100 hombres maltratadores, 70 suelen seguir maltratando con frecuencia, no se limitan a una vez.

Los estados mexicanos donde más se maltrata a la mujer son Chihuahua, Sinaloa, Guerrero, Nuevo León, el Distrito Federal y el estado de México.

Según el Instituto Nacional de Estadística de México, “la violencia contra la mujer es un problema y una práctica ampliamente extendida en todo el país”.

¿Sabe usted, señor Director, tan versado como está en la Palabra de Dios, si la Biblia dice algo sobre este tema? Yo encuentro muy poco, excepto el “no matarás” y el “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, o sea, no le des una bofetada a tu mujer si no quieres que ella te dé a ti otra. A lo que yo creo, los judíos del Antiguo Testamento y los del Nuevo eran respetuosos con las mujeres, excepto con las infieles, con las solteras fornicadoras y con las prostitutas, a quienes más que maltratarlas las mataban a pedradas. Anda que…

En Éxodo 2:13 encuentro una referencia al maltrato de personas. Cuenta que un día Moisés “vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo?”.

Otra cita más, esta del apóstol Pablo en Efesios: “los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos… Porque nadie aborreció jamás a su propia carne” (5:28-29).

Digo yo, señor Director: lo de Pablo es un principio general. Si usted, hombre, ama su carne, su cuerpo, y lo cuida –en los tiempos que vivimos se está explotando la cultura al cuerpo- no lo aborrece, tampoco debe aborrecer el cuerpo de la mujer hasta el extremo de maltratarla. Antes de flagelarla, ¿por qué no prueba al flagelo en su columna vertebral? Antes de ahogarla, ¿por qué no mete su propia cabeza en un pozo del que no pueda sacarla? Antes de dispararle un tiro en la cabeza, ¿por qué no baja usted un poco la pistola y la dispara en sus c.?

Acudo a Amado Nervo:

“No maltrates a una mujer

ni con el pétalo de una rosa”.

Nada más, señor Director. Pienso en un segundo artículo que titularía “consecuencias del maltrato”. ¿Me da usted licencia para escribirlo?

Páselo bien.

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