Cumple tu propósito en mí

En ese remanso de armonía, dejas que las manos sabias del Creador acaricien tus temores, atenúen tus inseguridades, calmen el dolor.

19 DE ABRIL DE 2017 · 09:55

,

¿Qué ocurre cuando nada ocurre?

¿Cuándo pasan los días, los meses, los años y todo sigue igual?

¿Cuándo no hay cambios?

¿Cuándo esperas a que suceda ese ansiado milagro y este no llega?

Ocurre que se adormece la paciencia, los cimientos de la fe comienzan a tambalearse y preguntas que nunca pensabas formularte hacen su aparición enarbolándose en tu cabeza.

Te sientes comprometido con Dios y por ello lames tus heridas y haces de tripas corazón para no caer de bruces ante las voces; carentes de cordura, que te incitan a tomar una determinación nada sensata y proclive a la irracionalidad.

Al acercar tu corazón a Dios, al hacer acopio de valor y mitigar las incoherencias provenientes del exterior, comprendes que tus oídos han de estar atentos a aquello que El Soberano dice, esas palabras inaudibles para quienes se alejan del camino y viven a la linde de éste operando en la oscuridad, pero totalmente perceptibles para quienes seguimos a Jesús y sabemos sobradamente que Él es la luz que ilumina las horas más lóbregas mostrándonos la necesidad que tenemos de permanecer atentos, expectantes, firmes, pacientes.

Qué dificultosa resulta la espera.

Un tiempo pausado en el que tu cabeza está llena de preocupaciones.

No encuentras sentido a tanta congoja y acunas en el pecho la angustia y la desazón que provoca la ausencia de respuestas.

Andas de aquí para allá sin tener un puerto seguro donde echar amarras.

Disyuntivas que se presentan en la vida con la intención de hacernos titubear.

Cuando en medio de todo ese berenjenal, esa tórrida atmósfera de desesperación encontramos palabras de ánimo proveniente de Dios, sentimos como aflora la paz. Un sentimiento de profunda complicidad con tu Padre que te lleva a lugares de descanso.

En ese remanso de armonía, consciente de tu dependencia, dejas que las manos sabias del Creador acaricien tus temores, atenúen tus inseguridades, calmen el dolor. Dejas que te enseñe a ser débil, a sentirte pequeño, a mirar a la cruz y ver el sacrificio, pues antes de que la piedra fuera removida y el sepulcro quedara vacío, los latigazos, los insulto, la corona de espinas, el costado traspasado, tuvieron que ser sufridos para cumplir un propósito para con la humanidad.

Él siempre cumplirá su propósito en mí.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Íntimo - Cumple tu propósito en mí