Otros ex-sacerdotes y obreros

Por los años 50, varios ex sacerdotes se convirtieron al protestantismo e iniciaron su actividad como pastores, educadores o escritores implicados en la difusión del Evangelio.

27 DE ABRIL DE 2017 · 18:36

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Por los años 50, varios ex sacerdotes se convirtieron al protestantismo e iniciaron su actividad como pastores, educadores o escritores implicados en la difusión del Evangelio. Uno de ellos es José Rico, ex salesiano que trabajaría en Otello, Nebraska. EEUU. Viajando por Brasil, Argentina y Chile como sacerdote, observó que también las iglesias evangélicas reclamaban un reconocimiento social, lo cual le resultaba entonces un abuso intolerable. En Chile procuró poner en práctica todas sus ideas contra el protestantismo comenzando a leer literatura evangélica. Las circunstancias le llevaron a Bolivia. Allí fue nombrado Consejero Nacional de la Organización Juvenil Católica, pero seguiría ahondando en el conocimiento de la teología protestante, hasta que definitivamente se rompieron las ataduras que le habían tenido prisionero tanto tiempo. Dice Rico en su testimonio: “Una luminosa tarde llegué a la Iglesia Evangélica de Miraflores. La Paz. En seguida me quité la sotana. Me vestí con ropas civiles, me senté a tomar una taza de té y entré en una sencilla conversación espiritual con los hermanos, sintiendo como si los hubiera conocido de siempre”.

El asturiano, aunque nacido en Madrid en 1929, Enrique Fernández, fue sacerdote en La Felguera. Habiendo conocido el Evangelio en Asturias, se fue a Costa Rica, donde hizo la Licenciatura en Teología en el Seminario Teológico Latinoamericano, pasando por Guatemala y finalmente en Estados Unidos. 

Celso Muñiz, también asturiano, profesor en el Seminario de Oviedo, habiendo conocido el Evangelio, desarrollaría su actividad docente en la Universidad de Ámsterdam.

Manuel Garrido Aldama

Otros ex-sacerdotes y obreros

El CCLA (Comité de Cooperación para América Latina) había nombrado a un ex sacerdote dominico español, el Dr. Manuel Garrido Aldama, para iniciar un ministerio de radio en Lima y en Quito con la emisora HCJB. Manuel Garrido también sería misionero de la Unión Evangélica Sudamericana. Es muy conocido su From Roman Priest to radio Evangelist. Garrido fue un personaje que destacó en este campo, siendo pastor durante muchos años de la IEP (Iglesia Evangélica Peruana). Hombre de superior cultura, graduado en Filosofía y Teología en Londres, su labor reconocida en la radio parte del año 1937 y pronto se convirtió en uno de los más populares organismos de radiodifusión de la estación(i) .

En Perú también se dio una reacción, inexplicable sociológicamente, con los sacerdotes católicos que en abundancia pasaron al protestantismo, contribuyeron notablemente a su causa y fueron líderes en este país. Uno de los primeros fue Manuel Garrido que también fue fecundo escritor. Sería en algún tiempo director de la revista “El Heraldo” dándole un enfoque más intraeclesial. En “El Predicador evangélico” se hacía un análisis del crecimiento evangélico en Brasil y Ataide, un laico católico romano brasileño, dice que esta fuerte minoría protestante está representada por "una élite cultural altamente respetada por todos los brasileños cultos” Entre los medios más influyentes aparecía el Dr. Manuel Garrido Aldana a quien el Comité de Cooperación en la América Latina había designado como Secretario de Radio Evangelismo. El Dr. Garrido Aldama es bien conocido por haber actuado como radio- evangelista de HCJB, "La Voz de los Andes", durante diez años.

Ramón Blanco
Durante la década de 1880 algunos de los misioneros y pastores, y especialmente los metodistas, comenzaron a desarrollar estrategias que les permitieron figurar en el ámbito público. Una de las más importantes fue la decisión de fundar una imprenta propia, la Imprenta Metodista. Su origen está estrechamente ligado con la primera iniciativa decididamente misionera de aquella iglesia, la liderada por Ramón Blanco, quien organizó en los primeros años de la década de 1880 una obra educativa destinada a los sectores de bajos recursos.

Blanco llegó a Buenos Aires en 1868, para luego trabajar como aprendiz de carpintería naval hasta 1874, soldado en el Batallón 6º de Infantería (1874-1876) y policía entre (1876-1880). En el desempeño de esta última ocupación fue convertido al metodismo, según la tradición, por un sermón de J. F. Thomson sobre la Inquisición y su incompatibilidad con el verdadero cristianismo. Blanco se dedicó desde entonces a la educación de los sectores populares de Buenos Aires. Murió en un accidente vial en 1901. Datos extraídos de Actas Oficiales de la Novena Reunión de la Conferencia Anual de Sud-América, Buenos Aires, Imprenta Metodista, 1901. generalmente inmigrantes que habitaban en torno al Paseo de Julio, en la zona de Retiro (ii)

Blanco organizó una escuela de niños, otra de niñas y una de artes y oficios. De esta última, específicamente de la escuela de tipografía, se originó la Imprenta Metodista, y de ella el semanario El Estandarte Evangélico. La importancia de las escuelas de Blanco fue reconocida por el gobierno nacional, que le otorgó un subsidió en 1883. Este dinero sumado a una donación privada de un miembro prominente de la colectividad británica permitió ubicar a la naciente imprenta en un edificio adecuado (el primer local, en los sótanos del colegio, se inundaba con las crecidas del Río de la Plata), y empezar una actividad prolífica.

Hacia marzo de 1884 la escuela de varones detenta una asistencia de 200 alumnos, mientras que a la de mujeres asisten unas 90 niñas. En ese momento la segunda se traslada muy cerca, a la calle Libertad, entre Arenales y Juncal, en el Barrio Norte de la ciudad, quedando a cargo de una misionera norteamericana, la señorita Goodenough. Bajo su dirección la escuela femenina transformó e incrementó su currículum e estudios: si antes se limitaba a la enseñanza de lectura y confección, ahora se impartirán también lecciones de aritmética, gramática, geografía e historia, además de escritura y lectura. Es destacable este perfil de escuela para niños pobres, teniendo en cuenta que, en el Buenos Aires de las últimas décadas del siglo XIX, los currículums de esa extensión se utilizaban muy diferenciadamente para establecimientos de una extracción social elevada. Las escuelas para los “pobres” del estado municipal nunca excedían el básico requisito de intentar enseñar a leer y escribir, y siempre con una gran carencia de útiles pedagógicos, por desatenciones en el presupuesto.

Además de la escuela para niñas, que perduraría bajo el impulso de la sociedad femenina metodista durante todo el período objeto de nuestro estudio, Blanco siguió a cargo de la escuela de varones y de la de artes y oficios. Una fuente extraeclesiástica refiere el resultado logrado por la escuela de niños. El ideal que se imponen estos institutos es similar al mencionado para la Escuela Dominical de Negrotto: una suerte de alternación que promueve el ascenso de capas sumergidas por medio de la instrucción teórica y la participación práctica en instituciones educativas y religiosas. Los pobres pequeños “árabes”, “vagos y malcriados”, según esta crónica, se transformarán en “personas honradas y útiles para la sociedad, salvadas de vicio y de la ignorancia”

Salvador Negrotto
Ya hemos considerado en estas páginas los trabajos de Salvador Negrotto en las Escuelas metodistas que W.H. Rule estableció en Cádiz (España) desde 1837 hasta 1840. Negrotto había nacido en Gibraltar en 1831 y su conversión sería por la predicación de Rule. En la década de los setenta nace la “Primera Iglesia” de residentes americanos y británicos, una congregación de habla española en Buenos Aires. Este grupo se denominaría más tarde “Segunda Iglesia” de Buenos Aires y posteriormente “Iglesia Central”, constituyéndose en el foco de propagación protestante de la ciudad de Buenos Aires más importante en la década de 1880, a juzgar por el número de congregaciones surgidas de su labor. Sus inicios se constituyen con un grupo que celebra cultos en el local metodista del centro de la ciudad y con una incipiente escuela dominical de donde nacerá la “Escuela Dominical Argentina”, a mediados de 1878 cuyo iniciador es Salvador Negrotto.

Contaba con un plantel docente de 43 maestros, 28 de los cuales eran argentinos. De gran éxito había sido el Colegio de Negrotto en calle Esmeralda, en el centro de la ciudad, que había sido fundado ya en el año 1848, bajo el régimen rosista al que Negrotto hace una alusión negativa. “El Evangelista” hace referencia a la posición económica de este colegio y nos informa que en algún momento fue “envidiable”. Su influencia se hace notar en la prensa porteña de mayor circulación como el diario La Nación, que se hace eco de los principios rectores de esta institución, expresados por su director Salvador Negrotto, y en un muy probable subsidio otorgado por el gobierno de Avellaneda. El discurso mencionado de Negrotto estaba inspirado en un ideal pacifista y progresista, acorde con la visión liberal acerca de la educación como llave privilegiada del cambio social. Este dirigente protestante era educador de profesión y vivía de su colegio. 

Paralelamente funcionaba allí la Imprenta Metodista y se comienza a imprimir El Estandarte, semanario polémico contra los medios católicos antiliberales, por la iniciativa de Ramón Blanco y otro inmigrante español, Remigio Vázquez, tipógrafo de profesión, empleado en el diario La Prensa. Vázquez enseña en esta escuela la técnica tipográfica a los jóvenes de los conventillos, al tiempo que participa activamente en la formada “segunda” iglesia, de la que llegaría a ser pastor entre 1898 y 1907, año en que renunció. Su militancia liberal se trasluce en su pedido al gobierno nacional, presentado ante la Conferencia Anual de la Iglesia de 1899, para que se respete la libertad de conciencia en el ejército y en la guardia nacional, ideológicamente monopolizados por el catolicismo.

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(i) Noço︣es elementares de radiofonia evangélica, ‎Manuel Garrido Aldama - 1954 -Proceso y triunfo de Cristo por Manuel Garrido Aldama – 1939; Misioneros y civilizadores: protestantismo y modernización en el Perú, 1915-1930. Escrito por Juan Fonseca Ariza.
(ii) Artículo publicado en Estudios Migratorios Latinoamericanos, año 21, No. 62, abril de 2007. “Ser De Cristo” Prácticas, Ideas y Recepción del Protestantismo entre los Sectores Populares Inmigrantes en Buenos Aires, c. 1870 -1910 Paula Seiguer; Miguel A. Alba, “El Protestantismo en la ciudad de Buenos Aires (1870-1910). El caso metodista

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