"El legado de María Magdalena", por Laurence Gardner

A un investigador como lo presenta el libro se le exige rigurosidad, documentación, como menos. Nada de esto aporta el autor. Y el lector, por lo general, no está en disposición de averiguar sus insinuaciones. 

13 DE ABRIL DE 2017 · 18:00

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El legado de María Magdalena, por Laurence Gardner, traducido del inglés por Antonio Cutanda. Ediciones Obelisco, Barcelona, 410 páginas.

Los editores de este libro presentan a su autor, el inglés Laurence Gardner, como un investigador de prestigio internacional. Puede que lo sea. Pero no lo demuestra. En literatura, investigador es el intelectual que indaga, profundiza y expone la verdad de los hechos, sin apartarse a derecha ni a izquierda, aún cuando la verdad hallada no se corresponda con lo que él cree.

¿A qué legado de María Magdalena se refiere Gardner? Toda vez que los cuatro Evangelios canónicos, únicos verdaderos, únicos inspirados, nada dicen de un tal legado, Gardner se lo inventa en dos renglones de escrituras: “sus descripciones bíblicas, sus apariciones en los Evangelios no canónicos, su vida tal como la registraron los cronistas, su estatus clerical y académico, sus representaciones en el mundo de las artes y su relevancia en el mundo de hoy”. ¿Y qué más? El autor inglés descuidó mencionar también la presencia de María Magdalena en la literatura, hecho más o menos destacado desde la temprana edad cristiana.

Ese supuesto legado admite algunas objeciones. Las citas bíblicas de María, tal como están en los Evangelios, son exactamente catorce: tres en Mateo, cuatro en Marcos, dos en Lucas y cinco en Juan. El libro de los Hechos de los Apóstoles, las epístolas de Pablo, Pedro, Juan, Santiago y Judas. La epístola a los Hebreos y el libro de Apocalipsis, escritos todos en el primer siglo cristiano, no mencionan ni una sola vez a María Magdalena. Lo que Gardner llama “descripciones bíblicas” supone un territorio reducido, a menos que él utilice otra Biblia, a la manera de los Testigos de Jehová. Por otro lado, ¿a qué cronistas se refiere? ¿Por qué no da nombres? ¿Qué quiere significar por el estatus clerical de la Magdalena? ¿La considera sacerdotisa, apóstola u obispa? ¿Y qué hay de su estatus académico? ¿Era María Magdalena licenciada universitaria? Su presencia en el mundo de las artes es real, como lo es también en el mundo de las letras. Según Gardner, del Nuevo Testamento se excluyeron algunos Evangelios que tratarían de los supuestos amores de Jesús y María. ¿A qué Evangelios apunta? ¿por qué no da fecha de publicación, lugar de origen, autores que intervinieron en la redacción de esos Evangelios?

A un investigador como lo presenta el libro se le exige rigurosidad, documentación, como menos. Nada de esto aporta el autor. Y el lector, por lo general, no está en disposición de averiguar sus insinuaciones. Todo lo cree,  todo lo soporta, especialmente cuando se retrata el morbo.

Al escribir sobre la teología católica y la protestante en torno a María Magdalena dice Gardner, que “todo este asunto ha terminado en un espantoso embrollo”. En un embrollo quiere meternos él con su teoría de las tres Marías. Siempre se ha creído, tanto por protestantes como por católicos, anglicanos y ortodoxos que la expresión “tres Marías” tenía por base el texto de Juan 19:25. Aquí se dice que cuando el Maestro agonizaba “estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena”. Estas han sido siempre llamadas las tres Marías.

Ahora, el autor inglés, de las tres sólo deja una, María Magdalena. Según él, otra era María de Betania, hermana de Marta y de Lázaro, que caprichosamente identifica con la mujer supuestamente adúltera que aparece en el capítulo ocho del Evangelio según San Juan.

¿A quién considera la tercera María? El nombre lo aplica nada menos que a la mujer que en casa de un tal Simón el fariseo se arrodilla a los pies de Jesús, los enjugaba con sus cabellos y los perfuma con una esencia cara, según el capítulo 7 del Evangelio escrito por San Lucas. Se dan las circunstancias de que autores católicos, principalmente, llevan siglos identificando a esta mujer con María Magdalena. ¿De qué sombrero de prestidigitador ha sacado Gardner esta paloma sin alas y sin vida? Porque Lucas, único evangelista que relata el acontecimiento, nada dice del nombre de la mencionada mujer.

Laurence Gardner dedica diez páginas de su libro a desmentir algunas de las hipótesis presentadas por Dan Brown en su muy vendida novela “El Código Da Vinci”. Afirma que Brown no pudo descubrir en una pintura de más de 500 años muy deteriorada, “que uno de los personajes no es un hombre, sino una mujer”. Añade que “los comentarios y los supuestos relativos a la obra artística de Leonardo son en gran medida inexactos”.

Contrariamente a todo lo que leemos en la Biblia, Gardner se une a los autores que escriben sobre un hipotético matrimonio entre Jesús y María Magdalena.

El autor inglés es más específico que otros. Dice que el matrimonio tuvo tres etapas, según costumbre judía. Y añade: “María debió concebir en diciembre del año 32 y que, por tanto, debió dar a luz en septiembre del 33”. A continuación Gardner saca a María de Israel y la instala en Marsella, Francia, donde según él, muere. Sostiene que está enterrada en la fortaleza de San Víctor, donde existe “un antiguo altar en la cripta con el nombre de María Magdalena inscrito”.

Sí “El legado de María Magdalena” escrito por Laurence Gardner es la obra de un investigador, más ganaríamos con leer a cualquiera de los muchos cuentacuentos que en el mundo han sido y son.
 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - "El legado de María Magdalena", por Laurence Gardner