La historia del Islam en Europa

La presencia musulmana en Europa es un proceso en marcha que afecta a todos los hechos sociales.

10 DE ABRIL DE 2017 · 16:02

Catedral-mezquita de Córdoba.,
Catedral-mezquita de Córdoba.

Cuando analizamos la relación entre Europa y el Islam a lo largo de la historia, podemos identificar varias fases: [1]

La primera etapa fue larga (duró por lo menos los primeros diez siglos de la historia del Islam) y estuvo caracterizada por los grandes conflictos, simbolizados por las cruzadas, en los que el Islam y la Europa cristiana se enfrentaron entre sí. Ambos se veían como mutuamente impenetrables.

La segunda fase se puede ver en las muchas oleadas del Islam en Europa que podemos identificar en la historia y que han dejado huella en Europa hasta la actualidad, tales como: a) la civilización islámica en la península Ibérica desde el siglo 8 hasta el siglo 15, b) los tártaros musulmanes en las regiones eslavas del norte; c) la dominación del Imperio Otomano en los Balcanes y en Europa Central durante varios siglos hasta principios del siglo 20.

En la tercera fase vemos una dominación europea de tierras islámicas. En primer lugar, en la época de los imperios y la época colonial, Europa dominó los países musulmanes de forma directa. Más tarde, durante la etapa actual de influencia neo o post colonial “a distancia” (a través de la globalización económica, la omnipresencia de los medios de comunicación y los patrones de consumo occidental), Europa ha metido poco a poco al mundo musulmán en las tendencias económicas transnacionales y las instituciones políticas.

En la cuarta fase, el Islam comenzó a esparcirse por Europa a través de la migración. Esto comenzó en Francia, por ejemplo, entre las dos guerras mundiales, y en la mayoría de los países europeos durante el período de reconstrucción de posguerra y el auge económico; es decir, en la década de los 50 y los 60 en el centro y el norte y más tarde, a partir de finales de los 70, en el sur de Europa. Sigue siendo una fase caracterizada principalmente por inmigrantes de primera generación procedentes de antiguas colonias (por ejemplo, de Argelia a Francia y del subcontinente indio a Gran Bretaña), pero también hay nuevas formas de inmigración (como turcos a Alemania) que se expanden gradualmente a medida que cada vez más países exportan mano de obra en respuesta a la demanda europea.

En la quinta fase vemos la aparición y consolidación de un Islam europeo a través de un proceso gradual de inserción, integración (inicialmente en el lugar de trabajo y después en un contexto social e incluso    político a veces) y transición generacional. Se trata de una indigenización del Islam en Europa. Este proceso contribuye a la formación de una clase media y una élite intelectual de origen islámico. Una clase que todavía tiene relaciones con sus países de origen, pero que nace y se socializa en Europa, y que construye su propia identidad y crea su propio espacio.

El resultado del proceso mencionado anteriormente es la formación de un Islam europeo, con su propia identidad pronunciada diferente del Islam árabe o del de los países de origen. Podríamos considerar esto como la sexta fase. En esta fase, el Islam será cada vez más un movimiento europeo nativo, en gran parte como resultado de un proceso gradual y sustancial en el que los musulmanes en Europa se convierten en ciudadanos de pleno derecho en igualdad de condiciones con otros europeos, con los que comparten un destino común.

Jocelyne Cesari cree que “la fase de transición que ha inaugurado un Islam europeo único en sí mismo es evidente en todas partes, pero la dimensión social y cultural de la pertenencia religiosa tiende a ser sobrevalorada. Los musulmanes europeos todavía están lejos de un Islam confesional y se centran principalmente en rituales y cultos. El futuro del Islam europeo depende de la manera en que los musulmanes jóvenes que viven en Europa en la actualidad vivan sus creencias, y acabarán por reinterpretar la doctrina islámica para satisfacer sus necesidades”. [2]

El resultado de esta fase depende de la evolución interna de las comunidades musulmanas, de la dinámica del Islam a nivel mundial, y de las reacciones y las medidas que adopten hacia ellos los gobiernos de los países europeos. Esto significa que el resultado dependerá en gran parte de los no musulmanes, de la forma en que enfoquen el problema, de los debates que haya acerca de este tema y de los miedos y visiones del mundo en general.

La presencia musulmana en Europa es un proceso en marcha que afecta a todos los hechos sociales. La articulación interna del Islam europeo está inacabada, hay pocos líderes, el liderazgo está en proceso de constitución, las poblaciones aún están en proceso de tomar posesión completa del espacio público europeo y de sus derechos; aún hay muchos musulmanes que están en una situación frágil debido a la dificultad y precariedad de su entrada en el espacio del mercado laboral. Además, hay que tener en cuenta que el ciclo vuelve a empezar constantemente con la llegada de nuevos inmigrantes. Por supuesto, estas fases son generalizaciones y no se refieren a todas las poblaciones musulmanas. Hay y habrá musulmanes que mostrarán resistencia, que irán contra las tendencias y que adoptarán posiciones diferentes en estos procesos.

 

[1] Tomado de S. Allievi, Conflicts over mosques in Europe. Policy issues and trend. NEF Initiative on Reform and Democracy in Europe., Alliance Trust, 2009

[2] Jocelyne Cesari, “Muslim minorities in Europe, the silent revolution” in Modernizing Islam (John L. Esposito/Francois Burgat ed) páginas 267, 268

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Conectando con musulmanes - La historia del Islam en Europa