Dos evangelistas callejeros culpables de “ofensa pública” en Reino Unido

El pasado 28 de febrero la corte de Bristol (Reino Unido) dictaminó la culpabilidad de Mike Overd y Michael Stockwell por un delito de orden público con agravante religioso, por el que tendrán que pagar unas 2.100 libras cada uno en costos y multas.

Ambos son evangelistas callejeros que, en una exposición pública de su fe en julio de 2016 en las afueras de un centro comercial, entablaron diálogo con sus oyentes. En un momento citaron pasajes de la Biblia referidos a la sexualidad, que la policía consideró que estaban “causando una perturbación”.

El fiscal alegó que citar partes de la Biblia King James en el contexto de la moderna sociedad británica “debe considerarse abusivo y es un asunto criminal”.

La defensa expuso por su parte que “Mike Overd y Michael Stockwell no estaban diciendo nada que no se escuche en Speakers 'Corner en Hyde Park - presentando las afirmaciones de la Biblia, respondiendo a las preguntas y objeciones de la multitud y respondiendo con calma a las acusaciones que les lanzaban”.

Los abogados que llevan el caso han informado que se recurrirá la sentencia. El abogado Roger Kiska, del Centro Legal Cristiano (Christian Concern) considera la sentencia un “precedente muy peligroso”, dado que la libertad de expresión “es un barómetro que define lo sana que es nuestra democracia”. Para el abogado que lleva el caso “es un día triste: la predicación callejera, la libertad de expresión y la libertad de religión han perdido su valor ante la corte de Bristol”.

MIKE OVERD: “VOLVERÉ A PREDICAR”

Uno de los acusados, Mike Overd, ha explicado en una entrevista a Premier que no tiene intención de dejar de salir a la calle a predicar. “Saldré esta semana, y seguiré haciéndolo hasta que Dios me llame o me lleve”, expresó.

No es la primera vez que Overd se enfrenta a los tribunales. “Mi conciencia está limpia ante mi Padre en el cielo de que no pequé contra él ni contra ningún querido no creyente en la calle ese día”, expuso el predicador.

“No tengo miedo, temo a Dios, no al hombre, así que no hay nada que temer. El hombre puede matar mi cuerpo pero no puede matar mi alma, ese es el poder de nuestro Padre. Yo seguiré predicando porque amo a la gente”, concluyó Overd.