Los pequeños detalles

Steve McQueen fue en algunas ocasiones con los bomberos, con fuego real, para saber cómo actuar mejor en la película "El coloso en llamas" (su papel era de jefe de bomberos).

28 DE DICIEMBRE DE 2016 · 10:00

El coloso en llamas (fotograma),
El coloso en llamas (fotograma)

La película “El coloso en llamas” fue una de las primeras en utilizar efectos especiales e inauguró el llamado “cine de catástrofes” que tanto dinero ha dado a Hollywood.

Basada en la historia de un gran incendio en uno de los mayores rascacielos de Norteamérica, se cuenta que Steve McQueen fue a trabajar en algunas ocasiones con los bomberos, en lugares donde había fuegos reales, para saber cómo actuar mejor en la película (su papel era el de jefe de bomberos).

Su mujer por aquel entonces, Ali McGraw no quería que lo hiciese, así que tuvo que ir a escondidas.

Cuando se puso en primera línea a apagar un fuego, el bombero que tenía al lado le reconoció y dijo: “Usted es Steve McQueen, mi mujer no lo va a creer cuando se lo cuente”, el actor le respondió: “La mía tampoco”.

¿Has visto estos carteles colocados en algún lugar?...

  • “PROHIBIDO ADMIRAR A ALGUIEN”
  • “PROHIBIDO DAR GRACIAS”
  • “PROHIBIDO SER AMABLE”
  • “PROHIBIDO DEMOSTRAR CARIÑO”

Aunque no los hayas encontrado nunca, parece como si fueran algunas de las leyes más universalmente aceptadas por todos.

Nuestra vida, a veces, se resume en luchar por las cosas que queremos, y conseguirlas como sea. Caiga quién caiga, y se queden en el camino los “cadáveres” que hagan falta. Nos creemos siempre los más importantes, así que despreciamos la gratitud, la amabilidad, el cariño y la admiración… Y así nos luce el pelo.

¿Has pensado que a veces, tu trabajo es escuchar a los demás? ¿Has soñado con agradecer todo lo que otros hacen por ti? ¿Vives demostrando cariño a los demás? A algunos les parecerán metas casi “idiotas” y de muy bajo calibre, pero son esos motores los que mueven el mundo, y los que hacen que nuestra vida se llene de momentos felices y eternos.

Uno de los reyes más famosos de la antigüedad escribió un día “Perdóname aquellos errores de los que no estoy consciente”.(Salmo 19:12)

Esa es una petición muy sabia, porque nos enseña la trascendencia de los pequeños detalles, los que creemos que no tienen importancia, y pueden llegar a ser claves en una relación.

Admirar a alguien, dar las gracias, ser amable y mostrar cariño son mucho más que pequeños detalles. Pueden llegar a ser parte trascendental de nuestra vida… y de la de los que están cerca de nosotros.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Los pequeños detalles