Ha pasado un ángel

Muy por encima de cualquier otra cosa, está el poder del gran Vencedor, el Dios de mi vida.

11 DE DICIEMBRE DE 2016 · 09:30

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Dedicado a un ángel que el Señor me envió cuando más lo necesitaba, MIGUEL

“…… el ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” Salmo 34:7.

Faltaban un par de días para la celebración de Halloween, y sentí de parte del Señor escribir algo sobre ello para alertar. Vivo en un lugar terrible en relación con estas cosas y podía observar como tantísima gente, en la más profunda oscuridad de sus mentes, se preparaba para celebrar toda la fiesta a lo grande, de manera especial en la mítica y preciosa plaza de María Pita.

He aprendido muchas cosas sin pretenderlo a través de entrevistas radiales hechas a personas que han estado metidas de pleno en el mundo de lo oculto, y a las que el Señor ha liberado. Muchas coincidían en decir que lo más terrible de lo que existe sin que mucha gente tenga conocimiento de ello, es Halloween.

Yo sabía demasiado bien lo que sucedía cada vez que se tocan esos temas, y una bofetada de vuelta, me ha ocurrido siempre, de un modo u otro.

Había tocado todo esto en otras ocasiones, pero sentía que debía de hacerlo de un modo más profundo; así que pedí la poderosa protección del Señor y comencé a escribir.

Era casi medianoche cuando empecé mi trabajo, al rato comencé a oír quejarse a uno de mis hijos; fui para el lugar en el que estaba inmediatamente, y aquello era horrible, lloraba literalmente de dolor, le preguntaba que le pasaba y por lo que me explicaba me di cuenta que se trataba de algo nefrítico fuerte. Mi esposo lo dejó todo, y se fueron a urgencias.

No sé de donde pude sacar la calma, o tal vez si…. Podía escuchar a mi mamá orar en alto y de rodillas a los pies de su cama, mientras lloraba en la presencia del Señor, yo seguía escribiendo, y mi esposo me mandaba mensajes por whatsApp cada poco. Era una piedra grande en un riñón con un buen pico; eso fue confirmado días después a través de un TAC. Pero, desde un primer momento lo vieron y con muchas connotaciones que prefiero olvidar. Al día de hoy está bien ya, esperando revisiones y lo normal.

Yo sabía que fue fuerte el ataque, pero que mi Señor no me iba a dejar de Su mano, ¡¡Él es el gran Vencedor!!

El enemigo me dio donde más me podía doler, en un hijo, pero la cosa no quedaría ahí. Yo; aunque aparentemente estaba calmada, llevaba mucho dolor y angustia por dentro, y todo eso pasó factura.

Tenía que ir a un viaje y ya tenía todo preparado cuando comencé a sentirme mal, me dolía todo un lado de la cara, desde la cabeza hasta, creo que el ganglio, pensé que era una neuralgia, qué pasaría; pero cada vez iba a peor y a mucho más que peor y una mañana amanecí con el labio superior tremendamente hinchado, un edema grande sobre el ojo y llena de rojeces y cosas raras para mi. Jamás me había pasado algo así ni lo había visto en mi familia, aunque podía intuir, del mismo modo que el hijo del carpintero sabe de clavos…

Me presenté inmediatamente en urgencias y me pasaron muy rápido, era una Doctora joven que se equivocó de medio a medio, me dijo que tenía un herpes en el labio y un grano en la nariz, todo aquello era fruto de una gran infección interna, me dio un antibiótico fortísimo y me fui por donde entré. Pero aquello iba a más y yo ….. En el silencio de mi dolor, confusión y lagrimas, comencé a echar muchísimo de menos a mi papá, no lo puedo evitar, él era una de las luces de mi vida que hoy brilla en la misma presencia del Señor, pero está extinguida para mi aquí, y recordaba aquel, “no pasa nada mi niña” Era un gran médico Internista y, donde ponía el ojo ponía la bala. Me sentía tan sola por dentro, aquella luz estaba lejos en aquellos momentos Pero a mi lado estaba la luz más grande de todo el universo, mi Señor, aquel que dijo, “Yo soy la luz del mundo…..”

A medida que pasaban los días y yo ya no sabía que hacer, perdí mi viaje y, al cabo de unos días volví a amanecer con unos edemas terribles y un dolor y demás que……. Era domingo y todo el mundo estaba en la iglesia. Pero se había quedado mi chico conmigo. Me llevó a urgencias, me volvieron a pasar muy rápido y está vez, inmediatamente dieron con lo que era muy evidente, tenía un herpes facial como una casa, pero ya había pasado casi una semana. No cuento más, antiviral de última generación, acabar el antibiótico, antiinflamatorios los que necesitara, visita al oftalmólogo…… No sé si podéis comprender como me sentía. Sabía demasiado bien que si había complicaciones en el nervio, podía pasarme de todo y por encima del dolor físico, llevaba dolor en el alma. Sentía como el enemigo me estaba dando donde más me podía doler. Tenía la cara hecha un mapa, estaba tremendamente hinchada a causa de tanto antiinflamatorio, no parecía yo. Al mismo tiempo, sabía que el Señor me estaba vaciando de cosas importantes para mi, y que el cerco que había puesto a mi alrededor, al igual que el de Job, Satanás no lo podía franquear. Pero también sabía que mi Señor me quería enseñar muchas cosas y llenarme de toda su plenitud, Espíritu, presencia….

Cuando fui a mi Internista, me dijo que.. Milagrosamente no me había pasado nada en cuanto a secuelas, que iba genial, que las analíticas estaba prácticamente bien y que simplemente tuviera mucha calma, que descansara y que todo pasaría.

En aquellos momentos, me vinieron las palabras del Señor a Elías bajo el enebro, “Descansa, come.. Que largo camino te espera”

Y todo comenzó con querer alertar a quien lo necesitara y un buen palo del enemigo.

¡Por supuesto hice caso a todo! Y fueron días y semanas en las que el Señor me hablo al corazón muchas cosas. Al día de hoy puedo decir que estoy fenomenal, que ya van cediendo todos los efectos secundarios, y que puedo volver a ser yo misma, sonreír con el gozo del Señor dentro de mi.

La semana pasada, tenía que participar en una grabación de televisión y, pareciera que fuera la primera vez. Me sentía hinchada todavía, me arreglé lo mejor que pude, pero iba como rota aún por dentro, no estaba al cien por cien y llevaba en mi interior un cúmulo de sensaciones que no puedo transmitir en dos palabras.

Cuando llegué para lo que tenía que hacer, sonreía con mi rostro, pero mi corazón llevaba angustia. Había que bajar unas escaleras bien grandes para llegar a la playa. Entonces, sin que ni pudiera pensarlo, se me acerca un delicioso niño con los ojos negros más preciosos que he visto en mi vida, es el hijo de una querida amiga mía y suele ser muy tímido. Me tomo la mano, me miró a los ojos y mientras bajábamos me dijo, “Te agarro para que no te vayas a caer…. ¿Alguien te dijo alguna vez que eres muy guapa” Os prometo que en aquel instante, no me eché a llorar, porque no podía. ¿Cómo podía él saber lo que estaba pensando por dentro y todo el dolor que había atravesado?. Cuando llegamos a la arena de la playa, su madre me estaba haciendo alguna foto; entonces él, mi ángel, se abalanzó sobre mi y me abrazo con todo el amor del mundo. Aquello era algo totalmente inusual…. Simplemente, había pasado un ángel….

Cuando llegué a casa y por muchos días, no me podía sacar todo aquello de la cabeza, y el texto que os puse al principio era como un martillo dentro de mi.

 

“…. EL ÁNGEL DEL SEÑOR ACAMPA ALREDEDOR DE LOS QUE LE TEMEN Y LOS DEFIENDE”

En medio de todo lo sucedido, pude decir igual que Job:

 

“YO SÉ QUE MI REDENTOR VIVE, Y AL FIN ME LEVANTARÁ SOBRE EL POLVO”

Job 19: 25.

 

Hoy sonrío con el alma llena de mi Señor y de Su gozo, habiendo podido comprobar una vez más, que muy por encima de cualquier otra cosa, está el poder del gran Vencedor, el Dios de mi vida.

¡Gracias mi Señor, por tener todo bajo Tú control perfecto e infinito!

¡Gracias mi querido Miguel, porque aquella mañana en la que me rompía, Dios me envió a un ángel a través de ti”

¿No quisieras conocer y pertenecer a mi Dios? ¡Te garantizo que es lo mejor que te puede ocurrir en la vida!

En Su amor, Beatriz.

 

Ha pasado un ángel

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