El martirio de sus fieles identifica a la iglesia de Dios

El cruel y corrupto Imperio Romano sigue presente. Mientras la sociedad consumista rinde culto a la Navidad, miles son masacrados en Asia y África por creer en el Señor Jesucristo.

11 DE DICIEMBRE DE 2016 · 11:00

,

Esta serie sobre los primeros reformadores cristianos está basada en ‘La Marcha del Cristianismo’, del historiador Juan Crisóstomo Varetto 01. En este onceavo artículo referiremos a Policarpo de Esmirna, otro de los mártires cristianos a manos del Imperio Romano. El nefasto imperio, cansado de martirizar a cristianos, de pronto giró su furia 180º, creó su propia iglesia y decretó que los que no se unieran a ella fuesen encarcelados y ejecutados. Ese odio insaciable renace en cada matanza perpetrada por los estados terroristas actuales 02.

Mientras escribo estas líneas enloquecidos fanáticos están matando seres humanos con alevosía y en cantidades escalofriantes. En occidente nos enteramos solo por fotos o videos espontáneos que se filtran en internet. Los escépticos nos inducen a creer que son versiones trucadas con las que se intenta que entremos en pánico.

Por su parte, los dueños de poderosos multimedios no pudiendo justificar su arbitraria omisión se excusan, muy serios, diciendo que no envían reporteros a cubrir el terrorismo de estado porque protegen la integridad física de sus empleados. A cambio, nos atosigan por semanas mostrando al detalle decenas de víctimas de desastres aéreos, tsunamis o terremotos.

Ahora, el mundo consumista festeja la Navidad 03. La fiebre de comprar provisiones y regalos pospone todo otro tema. ¿A quién se le ocurrirá pensar en los miles de cristianos que no llegarán vivos al 25 de diciembre de 2016? Pocos recuerdan a los desposeídos, torturados, decapitados y crucificados por el solo hecho de creer en Jesucristo.

A pesar de lo dicho, nuestra obligación es ir contracorriente, no caer en las generales de la ley y seguir adelante considerando al historiador Varetto, cuando refiere a los primeros mártires cristianos – siglos antes de Constantino – sobre quienes Jesucristo edifica la iglesia de Dios 04.

Dice el autor:

Después de Trajano, subió al trono Adriano, durante cuyo reinado hubo también persecuciones parciales, levantadas generalmente por el populacho incitado por sacerdotes. Al emperador Adriano sucedió Antonio Pío, en el año 138, quien se distinguió por su rectitud y bondad.

Los cristianos no fueron perseguidos por él, y hasta es probable que haya dado órdenes expresas de que no fuesen molestados a causa de la fe.

Esto no impidió que algunas iglesias de Asia fuesen asoladas por el adversario, lo que indujo a Justino Mártir a dirigirle su primera Apología, la cual parece que influyó para mantener la paz de las iglesias durante los veintitrés años de su reinado.

El año 161 subió al trono Marco Aurelio, bajo cuyo reinado tuvo lugar la cuarta persecución general. Es sorprendente que este monarca filósofo, al que la Historia puede presentar como ejemplo de buen gobernante, haya manchado su conducta con persecuciones tan crueles como extensas. Sus ideas religiosas y filosóficas lo extraviaron. Creía sinceramente en la existencia de los sacerdotes de culto nacional, el populacho enfurecido, los judíos influyentes de las ciudades y los magistrados. Mencionaremos ahora dos de las víctimas más ilustres de aquella persecución bajo Marco Aurelio: Policarpo y Justino Mártir 05.

 

Policarpo de Esmirna

Policarpo era uno de los discípulos de San Juan. Conoció el evangelio en los años tempranos de su vida, y se consagró de todo corazón a pastorear la iglesia de Esmirna 06, en la que actuó durante muchos años. Era venerado de todos, no sólo por sus canas, sino también por la piedad manifiesta en su vida, y el espíritu cristiano que animaba todos sus actos.

En el año 167 la persecución se levantó violenta contra las iglesias de toda la región que circunda a Esmirna. El procónsul de Asia, hasta entonces no había mostrado hostilidad, pero fue arrastrado en esta mala corriente por los sacerdotes paganos y los judíos intolerantes. Su método consistía en hacer una exhibición de los instrumentos de tortura, y de los animales salvajes a los cuales serían arrojados los que no quisieran abjurar. Si con esto no conseguía atemorizar a los cristianos, los condenaba a muerte.

En medio de indescriptibles tormentos, que aun a los mismos espectadores paganos horrorizaban, los cristianos mostraban una tranquilidad y resignación incomprensibles para sus verdugos.

Existe una carta que la iglesia de Esmirna envió a las iglesias hermanas, en la cual se halla un relato detallado de los sufrimientos a que fueron expuestos, y de la manera como supieron llevarlos con resignación y constancia 07.

"Nos parecía —dice la iglesia— que en medio de los sufrimientos estaban ausentes del cuerpo, o que el Señor estaba al lado de ellos y caminaba entre ellos, y que reposando en la gracia de Cristo, despreciaban los tormentos de este mundo". No es extraño que en estas circunstancias ocurriesen algunos casos de fanatismo.

Se dice que un cierto frigio llamado Quinto, se presentó ante el tribunal del procónsul declarando que era cristiano y que quería sufrir por su fe, pero cuando le mostraron las bestias salvajes su ánimo falso cedió y ofreció sacrificios a los ídolos jurando por el genio del emperador. La iglesia desaprobó este acto de extravagancia, porque el evangelio no enseña a buscar la muerte voluntariamente.

La ciudad quería el martirio del más ilustre y más conocido de los siervos del Señor. La multitud clamaba pidiendo que Policarpo fuese arrojado a las fieras. Cuando el noble anciano lo supo, pensó en quedarse quieto esperando lo que Dios determinase acerca de su persona, pero los hermanos le rogaron que se ocultase en una aldea vecina.

No bien hubo llegado Policarpo, aparecieron los soldados buscándole, pues había sido traicionado por uno de los que estaban enterados de su huida. Pudo escaparse aun esta vez, pero las autoridades sometiendo a la tortura a dos esclavos, lograron que uno declarase dónde se hallaba.

Cuando Policarpo se vio frente a sus perseguidores, comprendió que su fin estaba cerca, y dijo: "Hágase la voluntad de Dios". Pidió que diesen de comer y beber a los soldados que habían venido a prenderle, pidiendo a ellos solamente que le permitiesen pasar una hora en oración con su Dios, pero su corazón estaba tan lleno que durante dos horas continuas habló con su Padre celestial, pidiendo de él la fuerza que necesitaba para sufrir el martirio.

Los paganos estaban conmovidos ante la actitud del noble varón de Dios. Los oficiales llevaron a Policarpo a la ciudad, montado en un asno. Le salió al encuentro el principal magistrado policial, quien le hizo subir en su coche y dirigiéndose a él amablemente le dijo:

"¿Qué mal puede haber en decir, 'Mi Señor el emperador', y en sacrificar, y así salvar la vida?"

 

El martirio de sus fieles identifica a la iglesia de Dios

Policarpo no respondía, pero como insistiese le contestó que no estaba dispuesto a seguir sus consejos. Cuando vieron que no podían persuadirle se enfurecieron contra él, y empezaron a maltratarlo, hasta arrojarlo al suelo desde el carro en que iban, y a consecuencia del golpe sufrió contusiones en una pierna.

Al comparecer delante del procónsul, éste le dijo que tuviese compasión de su edad avanzada, que jurase por el genio del emperador y que diese pruebas de arrepentimiento, uniéndose a los gritos de la multitud que clamaba: "Afuera con los impíos". Policarpo miró serenamente a la multitud, y, señalándola con un ademán resuelto, dijo, "Afuera con los impíos". El procónsul entonces le dice: "Jura, maldice a Cristo, y te pongo en libertad". El anciano le respondió: "Ochenta y seis años lo he servido y El no me ha hecho sino bien, ¿cómo puedo maldecirlo, a mi Señor y Salvador?" El procónsul seguía el interrogatorio y Policarpo le dice entonces: "Bueno, si deseas saber lo que soy, te digo francamente que soy cristiano. Si quieres saber en qué consiste la doctrina cristiana, señala una hora para oírme." El procónsul entonces, demostrando que quería salvar al anciano, y que no compartía las ideas de la multitud le dijo: "Persuade al pueblo". Policarpo respondió: "Yo me siento ligado a dar cuenta delante de ti, porque nuestra religión nos enseña a honrar a los magistrados establecidos por Dios, en lo que no afecte a nuestra salvación. Pero tocante a éstos, creo que son indignos de que me defienda delante de ellos".

Aquí el procónsul le amenazó con las bestias y con la pira, pero como no consiguió mover el ánimo del fiel testigo de Cristo, mandó que los heraldos pregonasen en el circo: "Policarpo ha confesado ser cristiano''. Esto equivalía a decir que había sido condenado a muerte. Entonces la multitud empezó a dar gritos de júbilo y a decir: "Este es el que enseña en contra de los dioses, el padre de los cristianos, el enemigo de las divinidades, el que enseña a abandonar el culto de los dioses, y a no ofrecerles sacrificio".

El procónsul accedió al pedido de los judíos y paganos de que Policarpo fuese quemado vivo, y ellos mismos se apresuraron a traer la leña para levantar la hoguera. Cuando querían asegurarlo al poste de la pira les dijo: "Dejadme así, el que me ha dado fuerzas para venir al encuentro de las llamas, también me dará fuerzas para permanecer firme en el poste".

Antes de que encendiesen el fuego, oró con fervor diciendo: "¡Oh Señor, Todopoderoso, Dios, Padre de tu amado hijo Jesucristo, de quien hemos recibido tu conocimiento, Dios de los ángeles, y de toda la creación, de la raza humana y de los santos que viven en tu presencia, te alabo de que me hayas tenido por digno, en este día y en esta hora, de tener parte en el número de tus testigos, en la copa de Cristo!". Así partió a estar con el Señor aquel que le amó y sirvió fielmente durante muchos años y en medio de tantas pruebas.

La muerte de este mártir dio ánimo a los cristianos. Al verle morir tan serenamente veían cumplidas en él las promesas de Cristo, de estar siempre con los suyos. Todo estaba ordenado por la sabiduría divina, para que la iglesia tuviese pruebas evidentes de que Cristo no la dejaría ni desampararía cuando tuviese que testificar con el martirio.

Su muerte sirvió también para hacerles comprender mejor la naturaleza de la misión cristiana, lo que expresan en la carta que hemos mencionado, escribiendo estas palabras:

"El esperaba ser desatado, imitando en esto a Nuestro Señor, y dejándonos un ejemplo que seguir, para que no los miremos sólo a lo que conduce a nuestra propia salvación, sino que seamos de utilidad a nuestro prójimo. Porque ésta es la naturaleza del verdadero amor: buscar no sólo nuestra salvación, sino la salvación de todos nuestros hermanos".

La muerte triunfante de Policarpo aplacó la ira de los perseguidores, y la iglesia de Esmirna entró en un período de paz y prosperidad espiritual. Hasta aquí el relato de Varetto.

En el próximo artículo reproduciremos lo que el autor narra acerca de otro reformador, Justino Mártir. Hasta entonces, si el Señor lo permite.

 

-------ooooooo0ooooooo-------

Notas

Ilustraciones: arriba, ejecución de cristianos en Irak. http://infovaticana.com/2014/08/19/asi-torturan-y-asesinan-nuestros-hermanos-en-irak/ Abajo, pintura retratando a Policarpo. https://www.ecured.cu/San_Policarpo

01. J. C. Varetto, ‘La Marcha del Cristianismo’, páginas 54 – 59.

02. El terrorismo de estado lo practican los adherentes a la ‘Yihad’: DAESH, IS, Boko Haram y otros. Boko Haram (’Yama'atu Ahlis Sunna Lidda'auati wal-Yihad’) en árabe significa 'personas comprometidas con la propagación de las enseñanzas del profeta y la yihad'. En la lengua local nigeriana ‘boko’ significa ‘falso’ y ‘haram’ es en árabe ‘pecado’. Esta cruel reacción va contra la educación occidental recibida en inglés por parte del Imperio Británico. Otros estados con prácticas terroristas contra cristianos son China, Corea del Norte e India.

03. Sobre este tema el estimado lector puede repasar artículos de este autor ya publicados en P+D: http://protestantedigital.com/magacin/38148/Algo_mas_que_una_Feliz_Navidad

http://protestantedigital.com/magacin/12360/Verdades_y_mentiras_sobre_la_fiesta_de_Navidad

http://protestantedigital.com/magacin/13212/iquestFestejar_la_Navidad_o_adorar_a_Cristo

http://protestantedigital.com/magacin/34793/el_mejor_regalo_en_esta_navidad

http://protestantedigital.com/magacin/14137/Una_Navidad_Bienaventurada

04. La iglesia cristiana verdadera es la ‘iglesia de Dios’, como se refiere en el NT: 1ª Corintios 1:2; 10:32; 11:22; 15:9; 2ª Corintios 1:1; Gálatas 1:13; 1ª Timoteo 3:5. Es interesante notar que las muy comunes construcciones ‘iglesia de Jesucristo’, ‘iglesia de Cristo’ y el vocablo ‘Iglesia’ (con mayúscula) no existen en el NT. Cada una de las denominaciones que usan alguna de esas formas tiene su explicación de por qué lo hace.

05. Por razones de extensión, en esta entrega nos ocupamos solo de Policarpo; en la próxima lo haremos con Justino.

06. Esmirna significa ‘mirra’, en alusión al fragante aceite que se obtiene de árboles de la zona. Ese aceite tenía diversos usos, pero se lo conoce más porque con él se embalsamaban los muertos. Fue uno de los regalos que trajeron a Jesús los magos de oriente (Mateo 2:11) preanunciando su sacrificio. La ciudad fue un centro de suma importancia para la evangelización de los primeros cristianos durante el Imperio Romano. Es una de las siete ciudades nombradas en el libro de Apocalipsis (1:11; 2:8) y destaca por la profecía de que allí serían perseguidos y muertos muchos de los creyentes en Jesucristo. Podemos afirmar que a ellos pertenece el ‘reino de los cielos’, como anunció Jesús en las bienaventuranzas del Sermón del Monte (Mateo 5:10-12). Los cristianos de Esmirna padecieron persecuciones y discriminaciones a la vez que se enfrentaban a doctrinas como el gnosticismo, montanismo, nicolaismo y marcionismo. Hoy, la ciudad es el segundo puerto en importancia, detrás de Estambul, y la tercera ciudad en cantidad de habitantes (más de 4.100.000) tras Ankara (la capital de Turquía).

07. La fuente usada por Varetto es ‘El espejo de los mártires’, obra del historiados holandés Thieleman J. van Braght (1625-1664) especializado en recopilar material escrito por los anabaptistas perseguidos y torturados por la Iglesia Romana. El título ampliado de su obra es ‘El Teatro Sangriento o Espejo de los Mártires Cristianos indefensos bautizados sólo por confesión de fe, que sufrieron y murieron por el testimonio de Jesús, su Salvador, desde el tiempo de Cristo hasta el año 1660’.

Importante: las notas son de este autor, como así también los énfasis en negritas.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - El martirio de sus fieles identifica a la iglesia de Dios