Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer

No es lo mismo ser un hombre empático que ser un hombre compasivo. Se puede ser empático y no ser compasivo.

25 DE NOVIEMBRE DE 2016 · 16:03

Recibí flores hoy / jacinta lluch valero (flickr - CC BY-SA 2.0),
Recibí flores hoy / jacinta lluch valero (flickr - CC BY-SA 2.0)

Desgraciadamente un año más celebramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer. Cada 25 de noviembre es un grito de luto en el que nos unimos con el propósito de erradicar el dolor al que las víctimas se ven obligadas a sufrir a diario.

No es lo mismo ser un hombre empático que ser un hombre compasivo. Se puede ser empático y no ser compasivo.

Los maltratadores conocen bien a las mujeres y saben cuales son las armas más eficaces que deben usar para dañarlas. Gran cantidad de personas saben ponerse en el lugar del otro, pero se quedan sin mover un dedo para mejorar la situación del que sufre, en este caso las mujeres. No las levantan, no las animan, no son capaces de sacarlas del pozo en el que viven, posiblemente, desde la niñez. Los maltratadores son empáticos, no porque sean bondadosos, ni porque deseen ponerse en el lugar de ellas, sino porque conocen el interior de sus mentes, son conscientes de lo que puede causarles dolor y alegría, cuales son los motivos que les producen estos sentimientos y disfrutan viéndolas sufrir. Esas son sus armas más poderosas, interpretar lo positivo y lo negativo dentro de ellas para perseguirlas y actuar conforme a este conocimiento para destruirlas mediante la colocación de múltiples obstáculos en su camino como pueden ser la humillación, los golpes, los insultos, los gritos, las prohibiciones, el impedimento de superación. Han decidido optar por la vía negativa del significado de empatía, no por la del amor que merece todo semejante.

En la parte contraria colocamos a los compasivos, a los hombres que usan la empatía para mostrar compasión, primero consigo mismo, odiando todo aquello que resulte vil a su persona y, luego, llevándolo a la práctica con ellas para formar un todo en igualdad. Hangartner entiende la compasión como un proceso que se compone de tres partes: La primera, afectiva «Siento lo que tu sientes»; la segunda, cognitiva «Te comprendo», y la tercera, motivacional «Quiero ayudarte»*. Estas tres conforman un todo cuando, entre las personas, reina el respeto y el amor.

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*Del libro La Compasión: El Corazón del Mindfulness, Vicente Simón, Ed. Sello.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer