Recorriendo México: religión y violencia

Desde tiempo atrás suelo ir una vez al año a dictar conferencias en iglesias de Tijuana y Ensenada. Les relato mi último viaje, del que acabo de regresar.

14 DE NOVIEMBRE DE 2016 · 00:00

,aeropuerto benito juarez, mexico

Acabo de regresar de mi último viaje a México.

En la segunda década del siglo XVI, los hombres blancos procedentes de España pisaron por vez primera tierras mexicanas. La virginidad e inocencia de sus habitantes cautivaron a los primeros exploradores. Durante varios siglos, viajeros procedentes de todas las latitudes europeas empezaron a desbordarse por tierras mexicanas, particularmente por el altiplano, donde se encontraba entonces la fantástica Tenochtitlan, capital del imperio Azteca.

Hoy día México es un país moderno, en pleno desarrollo económico, formado por 128 millones de personas. Su crónica negra es que está considerado como el país más violento de toda la América hispana. Los 128 millones de mexicanos se distribuyen en 31 estados, lo que en España llamamos comunidades autónomas, y un distrito federal.

Limitando al norte con Estados Unidos se encuentra el estado de Baja California, cuya capital es Mexicali. Además de esta, otras dos ciudades importantes de Baja California con Ensenada, situada en el litoral, ciudad eminentemente turística, y Tijuana, cerca de la costa del Pacífico, junto a Estados Unidos.

Entre Tijuana, en México, y San Diego, en Estados Unidos hay cuatro pasos. Se ha escrito que es el puesto fronterizo más transitado del mundo. Los grandes narcotraficantes mexicanos han construido túneles para introducir la droga a Estados Unidos. Un simpático vigilante en la parte mexicana me contó, riendo, enseñando grandes dientes que habían perdido blancura:

-El señor Trump dice que si gana la Presidencia de su país va a construir muros en las fronteras. Nosotros ya hemos construido túneles en muchos puntos fronterizos.

Desde tiempo atrás suelo ir una vez al año a dictar conferencias en iglesias de Tijuana y Ensenada.

Acabo de regresar de allí.

La Iglesia que se reúne en la colonia Morelos, en Tijuana, asumió la responsabilidad de organizar las conferencias. Hablé cuatro noches, con una asistencia que rondaba las 300 personas cada noche, muchas de ellas llegadas de municipios vecinos.

Concluida la jornada de trabajo en Tijuana Arturo Ríos me llevó en automóvil a Ensenada. Entre ambas ciudades corre la carretera más paisajista de México, hora y media de camino. En esa zona filmaron las películas “Tiburón”, “Piratas del Caribe” y otras. La costa es paradisíaca y tranquila, auténticos jardines marinos. Desde la ventanilla abierta del coche se veían surgir, de tanto en tanto, playas de arena blanca, casas y hoteles pegando al mar. El mar, la mar, que decía Rafael Alberti. La innumerable risa de las olas. El mar, el gran misterio sin aclarar. El mar, espejo y amor para un hombre que, como yo, ha nacido frente a sus aguas.

En Ensenada nos esperaba Javier Franco. Hombretón alto y ancho, con un corazón que se ahoga de ternura. La Iglesia en la que predica Javier no está en Ensenada. Se encuentra en El Zorrillo, municipio a 20 kilómetros de la ciudad, en una zona rural. Mi amigo el médico Corpus, cristiano fiel, llegó con su esposa desde la capital del Estado, Mexicali, donde viven, con la única intención de servirme de chofer. Cada una de las cuatro noches que prediqué en El Zorrillo me recogía en el hotel Corona, de Ensenada, donde me hospedaba, me llevaba al Zorrillo y me regresaba. Un trabajo impagable, realizado con el amor que nos une en el Maestro de Galilea.

El amplio local que ocupa la Iglesia en El Zorrillo se abarrotaba cada noche de personas que allí habitaban y de otras que llegaban de pueblos alrededor, algunos hasta de San Quintín, doscientos kilómetros distante.

Cuando di por terminada mi labor en Baja California, sin pizca de cansancio, volé a Torreón, en el estado de Coahuila, en el norte del país. Pese a ser dos ciudades importantes, Tijuana y Torreón, no hay vuelos directos entre ambas. Un viaje que me habría llevado no más de tres horas, estuve obligado a hacerlo en diez: Tijuana-México capital, cambio de avión, horas de espera en el aeropuerto Benito Juárez, de la capital, y otro avión a Torreón.

Auspiciado por el Ayuntamiento de la ciudad, en la Casa de la Cultura Jurídica Ministro Raúl Castellano, tuvo lugar un ciclo de conferencias sobre la familia en México. Exponente único del evento, que fue desarrollado en dos días, fue el prestigioso abogado José Luis Arredondo, amigo íntimo de años. Este me pidió que introdujera el ciclo con una conferencia sobre la familia en Europa. El auditorio se componía únicamente, por invitación, de abogados, jueces y otros funcionarios de Justicia. Bien preparado desde Madrid, el tema fue reconocido con aplausos.

El México de hoy está mal. Cierto que el país ha entrado en un desarrollo económico positivo, como antes lo dije, pero también es cierto que la espiral de violencia en sus más importantes ciudades lo han convertido en el más violento de Hispanoamérica, por delante de naciones centroamericanas afectadas del mismo mal como Guatemala, Honduras, El Salvador, Venezuela en Sudamérica y otras.

La prensa es espejo y reflejo de la vida nacional.

Me muero por leer periódicos, esté donde esté.

De México he traído recortes de prensa que tratan el tema de la violencia en el país. Reproduzco para el lector de “Protestante Digital” lo que yo leí. Fue esto:

“La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Angélica de la Peña, aseguró que suman 65 mil homicidios dolosos en los últimos tres años y tan sólo en los últimos 12 meses, se registraron 33 millones de delitos cometidos en todo el país” (Excelsior, México D.F., 17 de octubre).

“En lo que va del sexenio han muerto 76 militares por agresiones de arma de fuego y más de la mitad de los casos se presentan en dos entidades con notable presencia del crimen organizado: Tamaulipas y Jalisco. En estos estados han perdido la vida a manos de grupos criminales 41 elementos del Ejército” (Milenio, México D.F. 3 de octubre).

“TIJUANA, BC.- Un fin de semana rojo vivió esta ciudad fronteriza, con un saldo de dos personas decapitadas, una de ellas también calcinada, otro más asesinado y un herido en un ataque armado; otros tres cadáveres localizados en distintos puntos así como un gatillero del cártel Jalisco Nueva Generación herido por sus rivales” (Excelsior, México D.F. 3 octubre).

“El juez federal Quinto de Distrito en materia de Amparo y Juicios Federales con residencia en Toluca, Vicente Antonio Bermúdez Zacarías, fue atacado a balazos la mañana de ayer lunes cuando regresaba a su vivienda en un fraccionamiento ubicado en Metepec, Estado de México, y murió cuando era trasladado a un hospital en la capital mexiquense. El juez asesinado llevaba casos de capos del narco” (Excelsior, México D.F. 18 de octubre).

El Informe feminista: Inseguridad, impunidad, rezagos y apuntes para una agenda mínima contra la violencia de género señala que durante el gobierno de Mario Martín se contabilizaron 389 homicidios de mujeres, de acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado, que registró el aumento de 208 por ciento desde noviembre de 2012, cuando se tipificó el delito de feminicidio. (Se refiere sólo a la ciudad de Puebla). En este incremento de feminicidios, añade, se incluye a las desaparecidas: “Son mujeres que aparecen muertas; algunas son identificadas, otras no, y las autoridades no investigan bien las condiciones en que sucedió el asesinato. Y vamos encontrando los cuerpos, repitiendo las características vejatorias que tristemente ocurren en Ciudad Juárez y en el estado de México” (La Jornada, México D.F., 23 de octubre).

Por otra parte, Javier Brandoli, corresponsal del diario español “El Mundo”, en México, escribía el 23 de octubre: “La guerra del narco, la violencia y la corrupción policial dejan 27.000 desaparecidos, hasta 13 cada día, en México. Una legión de familiares busca en la tierra restos de ADN que puedan identificarlos. Desaparecen en un goteo constante que oficialmente supera la cifra de 27.000. Un tiro en la nuca, una bolsa de plástico en la cabeza, un autobús interceptado de inmigrantes del que bajan a todos sus ocupantes, la enésima guerra de narcos, una bala perdida, un policía corrupto… Todos bajo tierra, convertidos en hueso y carne podrida”.

A pesar de todo lo anterior, sigamos creyendo en México como un país de acogida, mezcla perfecta de pasado y presente, de naturaleza y cultura, de selectos museos y alegres canciones, un país digno de ser visitado al menos una vez entre el nacimiento y la muerte.

 

LIBROS GRATIS

Por cambio de domicilio estoy deshaciendo mi biblioteca de 5.000 volúmenes. No quiero vender ni un solo libro. Los regalo.

Dispongo de una colección de unos 200 libros sobre diferentes países que enviaré gratis a los amantes de la geografía.

Sólo dos condiciones: Una, que sea miembro de alguna Iglesia evangélica, no importa la denominación. Dos, que esté dispuesto o dispuesta a recoger los libros en una dirección que se dará. Esta colección será enviada íntegra a una sola persona o institución. Los interesados, comunicarse a este correo electrónico: [email protected]

Juan Antonio Monroy

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Actualidad - Recorriendo México: religión y violencia