“En su esencia bíblica, la Reforma es tan cierta y relevante como siempre lo ha sido”

¿Por qué hay tantos cristianos evangélicos preocupados por el creciente acercameinto entre protestantes y católicos? Preguntamos a Leonardo De Chirico, uno de los teólogos que impulsa el manifiesto “¿Se ha acabado la Reforma?”.

Joel Forster

  · Traducido por Patricia Bares

Evangelical Focus · ROMA · 28 DE OCTUBRE DE 2016 · 11:43

,

Justo una semana antes del Día de la Reforma, se publicaba un documento que afirma que “La Reforma no se ha acabado”. El manifiesto está apoyado por más de cincuenta cristianos evangélicos representativos: teólogos, líderes de denominaciones y ministerios internacionales, así como líderes de seminarios bíblicos y Alianzas Evangélicas nacionales. ¿Por qué?

Los cristianos evangélicos creen que la autoridad final es la Biblia y que uno se salva solo por la fe. “El documento reafirma que en esos dos temas, los reformadores simplemente estaban recuperando el evangelio bíblico, y por lo tanto así deberíamos hacer nosotros”, explica Leonardo de Chirico, director de la iniciativa Reformanda, grupo que ha impulsado el documento.

Evangelical Focus preguntó a De Chirico acerca de las razones que le llevaron a publicar dicha declaración. 

 

Pregunta. ¿Por qué los firmantes del documento “¿Se ha acabado la Reforma?” sienten la necesidad de expresar que la Reforma no se ha terminado? ¿Qué os ha llevado a escribir una declaración como esta?

Respuesta. En 2005, un libro revelador escrito por Mark Noll y Carolyn Nystrom hizo la pregunta: ¿Se ha acabado la Reforma? Y desde entonces ha habido muchos debates.

Ahora que se acerca el 500 aniversario, muchos del movimiento evangélico sintieron la necesidad de dar una respuesta clara y unívoca: en sus asuntos principales más importantes, la Reforma es tan cierta y relevante como siempre lo ha sido. El documento claramente hace eso.

 

P. Algunos podrían decir que las iglesias evangélicas no deberían decir a otras iglesias protestantes que trabajar por la “unidad” y “reconciliación” con la Iglesia católica está mal. ¿Qué respondería a eso?

R. El documento reconoce el valor de diálogo respetuoso y amistoso, e incluso la cooperación con la Iglesia católica. Dicho esto, la Reforma trataba principalmente de la recuperación de la autoridad de Las Escrituras y del evangelio bíblico de salvación solo por la fe.

En esos dos pilares de la fe cristiana, las diferencias con la Iglesia católica son fundamentales. Al pensar en unidad no se pueden camuflar esos dos ejes esenciales. Creo que el documento rinde tributo a la unidad cristiana señalando la necesidad de tener unos criterios bíblicos para ello.

 

P. Suele oírse que los creyentes que no apoyan el ecumenismo son “cristianos enfadados”, anclados al pasado. ¿Es este un manifiesto “enfadado”?

R. Yo diría que es una declaración caracterizada por una “parresía” bíblica, es decir, la convicción atrevida derivada de ser persuadido por la verdad del evangelio que, después del todo, se recuperó en la Reforma. 

Después de sugerir lo que estaba en juego en la Reforma y por qué todavía es relevante, la última sección del documento “ve más allá” hacia una mejor aclaración y cooperación de la base del evangelio, no como parte de un deseo autorreferencial de unidad. Hace unos años, el teólogo evangélico David Wells escribió un libro titulado El valor de ser protestante. ¡Eso es una declaración protestante valiente!

 

P. “En nuestro mundo global, animamos a que haya cooperación entre evangélicos y católicos en áreas de preocupación común, como la protección de la vida y el fomento de libertad religiosa”, dice el documento. Pero cuando se trata de “cumplir la tarea misionera de proclamar y vivir el evangelio de Jesucristo por todo el mundo, los evangélicos tienen que ser cautelosos y mantener estándares de evangelio claros cuando se forman plataformas y coaliciones comunes”. ¿Cuál es la diferencia entre esos dos campos de acción?

 

Leonardo de Chirico.

R. El evangelio nos obliga a querer cooperar con gente de toda clase de trasfondos religiosos e ideológicos sobre una variedad de temas relacionados con la dignidad de la persona y con el objetivo de implementar prácticas justas en la sociedad.

El evangelismo y la misión, sin embargo, requieren un acuerdo en las verdades fundacionales del evangelio y por lo tanto solo se puede hacer con una creencia en la Biblia y cristianos nacidos de nuevo. En tiempos más recientes, el apologista evangélico Francis Schaeffer (1912-1984) hizo una distinción entre la “cobeligerancia” en sociedad entre la gente que converge en un tema en concreto, y la “alianza” en el evangelismo entre los cristianos nacidos de nuevo.

 

P. El documento también dice: “Los evangélicos afirman, junto a los reformadores, que las convicciones fundacionales son que nuestra autoridad final es la Biblia y que somos salvados solo por fe”. ¿Cree que algunos protestantes han abandonado estas dos creencias básicas?

R. El documento es una afirmación positiva de los dos principios fundamentales de la Reforma. El 500 aniversario es una oportunidad recibida para celebrar el evangelio bíblico sosteniendo estos dos pilares de la fe cristiana.

No se puede negar que ambos se han reexpresado y reinterpretado en mucha teología moderna y contemporánea, ambas en los campos liberales del protestantismo y catolicismo. El documento reafirma que en esos dos temas, los reformadores simplemente estaban recuperando el evangelio bíblico, y por lo tanto así deberíamos hacer nosotros.

 

P. Muchos cristianos evangélicos celebrarán la Reforma. ¿Cómo cree que Martín Lutero vería la forma en la que se conmemorará en los círculos más ecuménicos?

R. Los firmantes representan varios segmentos del movimiento evangélico. Somos la punta de un iceberg que expresa el compromiso evangélico con el evangelio, así como el compromiso de sostener los ejes de la Reforma en nuestro mundo global.

 

Lea el documento “¿Se ha acabado la Reforma? Una declaración de convicciones evangélicas” disponible en inglés, italiano, eslovaco y español.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Opinion - “En su esencia bíblica, la Reforma es tan cierta y relevante como siempre lo ha sido”