Soy ‘imperfect’, soy único, soy válido

La Iglesia Evangélica de Castelldefels lidera el proyecto Imperfect, un restaurante del tiempo para personas en riesgo de exclusión social.

Jordi Torrents

BARCELONA · 10 DE OCTUBRE DE 2016 · 11:45

Imperfect, el restaurante solidario abierto en Castelldefels.,imperfect castelldefels
Imperfect, el restaurante solidario abierto en Castelldefels.

"Eres la perfecta imagen de ser imperfecto". La imperfección como identidad, como normalidad, como eslogan de lo que, seguro, no suena demasiado comercial. Esta frase se puede leer en una pared del restaurante Imperfect de Castelldefels. Sí, así en inglés o, si quieren, con el nombre incompleto, pongan el acento allí donde les parezca.

El restaurante se ha inaugurado esta semana, aunque abrió sus puertas al público a mediados de septiembre, un espacio que es algo más que un restaurante convencional, ya que es un restaurante solidario, un restaurante del tiempo. Esta es su historia: la iglesia Evangélica de Castelldefels, tal como explica su pastor Daniel Requena, inició hace poco más de un año "un plan de choque junto con otras entidades como Cruz Roja, Cáritas o la Plataforma de afectados por la Hipoteca (PAH) "para poder atender a personas en riesgo de exclusión social sin caer en un modelo de asistencialismo que no deja de ser unidireccional y paternalista. La gente de Castelldefels se puso en contacto con responsables de la red ALEI (que reúne más de una veintena de entidades de Terrassa para trabajar la inclusión laboral y social, entre las que se encuentra l'Església Evangèlica Unida), ya que en la ciudad vallesana funciona desde hace más de tres años La Trobada (en catalán significa El Encuentro), un restaurante solidario que ha sido el primero de España en ofrecer lo mismo, un menú, a dos tipos de clientes: unos, son los que van a comer, pagan y se van, mientras los otros son personas que pagan con su tiempo y hacen tareas propias del restaurante.

 

DIGNIDAD Y FORMACIÓN

Pero no crean que se trata de un intercambio improvisado al más puro estilo de lo que hace Rocky en la película Balboa cuando deja que un antiguo rival pague la comida lavando platos en la cocina. Es mucho más que eso: se trata de ofrecer dignidad, trabajo, formación, un motivo para volver a levantarse cada día, una rutina, una forma de encarar esta nueva pobreza que ha ido tejiendo una telaraña de personas que, por el motivo que sea, el sistema parece empeñado en querer expulsar. La idea de La Trobada se aleja, pues, del concepto de dar de comer y nada más, y quiere buscar dinámicas comunitarias, de igual a igual, con capacidad de empoderar y de fomentar la autoestima y dejando atrás la imagen del comedor social clásico.

 

Foto: Jordi Torrents.

Los llamados clientes del tiempo vienen derivados por los servicios sociales municipales, con el objetivo de que estén unos meses en La Trobada y puedan recuperar, después, un lugar de dignidad en la sociedad, trabajando sus capacidades y potencialidades y dejando de hacer énfasis en las carencias o lo que les ha llevado a encontrarse en situación de exclusión. Todo ello, claro está, tiene un coste, y aquí entran aportaciones del propio Ayuntamiento de Terrassa, de entidades como Cáritas, de subvenciones y, claro está, del mismo volumen de negocio que pueda levantar el restaurante, aunque éste todavía no llega para que sea un proyecto autosostenible.

 

"UN SUEÑO HECHO REALIDAD"

El Imperfect de Castelldefels tiene un funcionamiento similar, y ya cuenta con 17 personas derivadas desde los servicios sociales del consistorio del Baix Llobregat que encabeza Candela López ―al frente de Movem Castelldefels, una coalición de unidad popular de cinco partidos de izquierda como el del que ella proviene, ICV―, una alcaldesa que no se quiso perder la inauguración y que comenta que "Imperfect es un sueño hecho realidad, un proyecto solidario para ofrecer una vida digna a mucha gente". López formó parte del grupo que hace unos meses visitó Terrassa y comenta que "nos hemos inspirado en La Trobada para trabajar en una época de crisis que, aunque algunos lo digan, no se acaba".

La parte laboral de los clientes del tiempo, claro, se centra en un programa enfocado en el ámbito de la hostelería haciendo tareas de camareros y ayudantes de cocina, recuperando aspectos vitales que quizás habían perdido e incluso recibiendo una alimentación diaria saludable y equilibrada, un aspecto que también se tiene muy en cuenta tanto en Castelldefels como en Terrassa.

 

Foto: Jordi Torrents.

Según la concejala de Servicios Sociales y Dependencia del Ayuntamiento de Castelldefels, Isabel Cabello, el colectivo que más se puede beneficiar del proyecto lo forman "aquellas personas en paro de larga duración, personas en otras situaciones de exclusión social o jóvenes que, de repente, se encuentran sin oportunidades". Hay que tener en cuenta que la formación que reciban recibirá el apoyo de un título certificado por la Generalitat de Catalunya a través de La Guaita, centro de apoyo a la promoción económica de Castelldefels. Cabello también deja claro que el proyecto Imperfect no suple el comedor social de la población ni otros tipos de ayuda para comer que gestiona el Ayuntamiento.

 

"TODO EL MUNDO MERECE UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD"

Daniel Requena detalla que trabajan "para formar, para acompañar y para animar a estas personas a salir de su situación de exclusión o de riesgo de exclusión", un matiz a tener en cuenta para incluir aquellos casos que bordean quedarse aislados. Requena apunta que "todo el mundo merece una segunda oportunidad", y explica que el mismo restaurante es un claro ejemplo; se trata de un espacio grande, diáfano y luminoso, que ocupa toda la planta baja del edificio de la iglesia, con una cocina industrial espléndida y un patio con dos espacios que permitirán cultivar hierbas aromáticas e incluso, tal como ya se hace, celebrar conciertos mientras se disfruta de una buena barbacoa. La idea de la segunda oportunidad se ve más clara, dice Requena, cuando se observa los pequeños detalles: mesas y sillas restauradas, e incluso latas de tomate reconvertidas en lámparas la mar de fashion.

 

Foto: Jordi Torrents.

El tiempo mínimo que se prevé que una persona pueda participar del programa de Imperfect es de cuatro meses. Requena insiste en la idea de "clientes del tiempo" y, tal como explica la coordinadora de Imperfect, Aurori Cabezas, reciben formación por parte de profesionales voluntarios y los días que trabajan, desayunan y comen antes que el resto de clientes con todo equipo. Eso sí, los días que no trabajan pueden venir a comer y son atendidos como cualquier otro cliente, sin diferencias. Requena explica que esta parte lleva añadida una carga emocional importante: "Uno de los clientes del tiempo, el día que alguien le servía a él y le ponía un plato caliente lloró de la emoción".

 

LOS VERDADEROS PROTAGONISTAS

Aurori Cabezas explica que se lleva a cabo una reunión mensual con todo el equipo, que se hace un seguimiento continuado de cada persona y que, en todo momento, se trabaja de forma coordinada con el Ayuntamiento de Castelldefels. Imperfect, pues, aspira casi a ser un lugar de paso, un puente, "un impulso a encontrar aquella segunda oportunidad", dice la coordinadora con una sonrisa amplísima y una emoción evidente. Y todo, sin olvidar la necesidad de un buen apoyo profesional, como el que aporta Pepe, jefe de cocina de Imperfect y con 35 años de experiencia. Él mismo nos enseña la cocina y nos explica cómo organiza los grupos de trabajo en la zona caliente, fría, la de limpieza o lo que haga falta, con todas aquellas dinámicas que hacen que una cocina funcione para poder ofrecer desayunos y comidas ―con menús de calidad y productos de proximidad por sólo 7,50€― de lunes a viernes y cenas el viernes ―¡a la carta en este caso! ―, todo un reto.

Requena añade que los clientes del tiempo son "los verdaderos protagonistas de esta historia". Personas que llegan para aprender y para motivarse, como Begoña, Pablo, Gabriel, Sofía o Nelson. Personas como Elías que, a pesar de contar con dos carreras universitarias, necesita "una oportunidad para integrarme", y como muchos otros que irán llegando y que harán suya la frase que, con orgullo, lucen los trabajadores de Imperfect en sus delantales: "Soy imperfect, soy único, soy válido".

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ciudades - Soy ‘imperfect’, soy único, soy válido