El peligro de ‘Ecclesia reformata semper reformanda est’

Cómo los liberales manipulan la verdad protestante.

25 DE SEPTIEMBRE DE 2016 · 16:30

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La famosa frase latina ‘Ecclesia reformata semper reformanda est’ goza de cierta popularidad entre el pueblo protestante. ¡Y con razón!

Alude al gran principio eclesiológico que se dio a conocer a través de Lutero en Wittenberg, Zuinglio en Zúrich y Calvino en Ginebra. ¿Qué quiere decir? A grandes rasgos significa que la Iglesia reformada siempre está en un proceso de reforma, es decir, la Iglesia reformada siempre se está reformando.

No obstante, si vamos a ser estrictos, no fue una frase inventada por ninguno de los reformadores magistrales sino más bien expresó la idea principal que motivaba a los primeros evangélicos en su obra de reforma. En ningún lugar de los escritos de nuestros padres protestantes encontramos semejante dicho.

Según el teólogo reformado Guillermo Green, el concepto no surgió hasta el siglo XVII, esto es, un siglo después de la Reforma. En palabras de Green, “No se sabe con exactitud quién lo dijo primero en su forma presente. Jodocus van Lodenstein (1607-78), un teólogo holandés, es acreditado con ser el primero que expresó la idea más o menos en su forma presente”.1

Pero hay algo aún más importante que hay que tener en cuenta. En realidad la frase no está del todo completa. La oración exacta es: ‘Ecclesia reformata semper reformanda est secundum verbum Dei’. Estas tres palabras ‘secundum verbum Dei’ constituyen la clave hermenéutica del enunciado.

De nuevo entonces, ¿qué quieren decir estas tres palabras? Podríamos traducir ‘secundum verbum Dei’ como ‘de acuerdo con la Palabra de Dios’ o ‘según de la Palabra de Dios’ o ‘en conformidad con la Palabra de Dios’. La noción es que la Iglesia reformada siempre se está reformando conforme a la Palabra del Dios.

¿Por qué es este dato tan importante? Porque los primeros protestantes no querían reformar la Iglesia por el mero hecho de hacerlo. Querían que la Iglesia estuviera en sintonía con las Sagradas Escrituras. Para que una reforma doctrinal o eclesial sea protestante, necesariamente tiene que ser pro-bíblica. Una reforma anti-bíblica no es una reformación sino una deformación.

Digo todo esto por una razón muy sencilla. A lo largo del último año en Europa hemos visto como varias entidades ‘protestantes’ han empezado a abrazar prácticas netamente anti-escriturales. Pienso, por ejemplo, en el mes de mayo cuando la Iglesia de Escocia decidió permitir la ordenación de clérigos homosexuales casados. ¿Cómo se puede justificar tal aberración teológicamente? Porque ‘la Iglesia reformada siempre se está reformando’.

El razonamiento liberal es el siguiente: “Hermanos de Escocia, hay que abrazar la homosexualidad. Sé que el gran fundador de nuestra Iglesia John Knox no estaría de acuerdo con nosotros. Pero él vivía en otros tiempos. La Iglesia reformada siempre se está reformando. ¡Aleluya!”

Así razona la lógica torcida liberal. Se viste de protestante y hasta emplea nuestro lenguaje. Pero sólo nos cuenta una media verdad: ‘la Iglesia reformada siempre se está reformando’. Si los liberales hubiesen citado la frase entera ‘Ecclesia reformata semper reformanda est secundum verbum Dei’, nunca podría haberse aprobado la ordenación de ministros gais en Escocia (ni en Bélgica ni en Francia ni en ningún otro lugar).

Escribo desde España. Escribo como un protestante profundamente preocupado. Y quiero gritar a los cuatro vientos a todos mis hermanos y hermanas evangélicos en la península ibérica (y más allá): ¡tengamos cuidado con las medias verdades liberales! ¡Examinemos todo a la luz de las Escrituras! ¡Rechacemos cualquier voz, idea, sueño, visión, profecía o propuesta eclesiástica que no cuadra con la Palabra del Señor!

¡Ecclesia reformata semper reformanda est secundum verbum Dei!

1 GREEN, Guillermo en Reforma Siglo XXI: Volumen 17, Número 2 (Editorial CLIR: Guadalupe, 2015), p. 175.

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