El fósil más antiguo del mundo

El descubrimiento se lo pone más difícil al darwinismo, al acortar de forma significativa el tiempo para que átomos y moléculas de la Tierra primitiva se convirtieran en seres vivos.

02 DE SEPTIEMBRE DE 2016 · 09:09

Allen Nutman y  Yuri Amelin, autores del artículo de Nature sobre el fósil hallado en Groenlandia.,
Allen Nutman y Yuri Amelin, autores del artículo de Nature sobre el fósil hallado en Groenlandia.

El primer día de este mes de septiembre, EL PAÍS nos informaba de un importante hallazgo científico publicado en la revista Nature. Se trata de un “estromatolito” fósil descubierto en rocas árticas que gracias al actual deshielo han podido ser analizadas. Los estromatolitos (literalmente, camas de piedra) constituyen formaciones rocosas estratificadas que pueden tener diversos aspectos. Se originan porque millones de bacterias azul-verdosas (las llamadas cianobacterias) capturan partículas carbonatadas de las aguas someras en las que viven y, gracias a la fotosíntesis, liberan oxígeno y absorben de la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono, con lo que forman carbonatos que, al precipitar, solidifican y originan los llamados estromatolitos. Las pequeñas láminas estratificadas que los constituyen suelen tener un espesor de algunos milímetros, pero su acumulación es capaz de adoptar formas muy variadas, planas, hemisféricas, columnares, etc.

Actualmente se siguen formando estromatolitos en determinados lugares del mundo. Australia, México, Bahamas, Mar Rojo, Brasil, Chile, Perú y Argentina, son algunas de las ubicaciones más famosas. Sólo crecen en aquellos ambientes donde los demás organismos, que pudieran entrar en competencia con ellos, limitar así su crecimiento y eliminarlos, son incapaces de vivir, como ocurre en las lagunas extremadamente salinas, con alta radiación ultravioleta o elevados niveles de arsénico. El evolucionismo supone que debieron ser las primeras formas microbianas de vida sobre la Tierra ya que únicamente pudieron prosperar sin competencia alguna. Claro que el hecho de que todavía vivan hoy, como islas rodeadas de tanta diversidad biológica, le quita peso al argumento.

Hay estromatolitos fósiles en todas las eras geológicas aunque, hasta ahora, los más antiguos se databan en 3.500 millones de años y fueron encontrados en Warrawoona (Australia). El nuevo hallazgo estira 200 millones de años hacia atrás la presencia de estas laboriosas bacterias. Si se acepta que la Tierra se formó hace 4.500 millones de años -como sugiere la cronología estándar- y resulta que ya había células bioquímicamente tan complejas como las cianobacterias de los estromatolitos hace 3.700 millones de años, resulta que la materia inorgánica únicamente dispuso de entre 500 y 800 millones de años para transformarse en la primera célula viva. Esto puede parecer mucho tiempo pero, en realidad, es muy poco para que la lotería de las combinaciones haga su trabajo (como bien saben los matemáticos que estudiaron las posibilidades de que una proteína de 200 aminoácidos se originara por azar). 

Semejante dificultad es la que le obliga a decir a Juli Peretó, uno de los científicos citados en el artículo de EL PAÍS: “Si nos desprendemos del prejuicio darwinista de que la evolución es muy lenta, hay quien estima que con unos 10 millones de años hubiesen bastado para que la vida arrancase y se diversificará”. Desde luego, hay opiniones para todos los gustos y en este asunto del origen de la vida casi tantas como autores. A pesar de lo cual, el consenso científico acepta que éste es poquísimo tiempo para la evolución microbiana compleja. ¿Tiene este descubrimiento alguna implicación importante con respecto a la aparición de la vida? En mi opinión, se lo pone más difícil al darwinismo ya que acorta significativamente el tiempo para que los átomos y las moléculas de la Tierra primitiva se convirtieran en seres vivos como las bacterias. 

 

El fósil hallado en Groenlandia situaría el origen de la vida en la Tierra 200 millones de años antes de lo que se creía, según la cronología estándar.

¿Implica tal descubrimiento que la posibilidad de que haya vida fuera de la Tierra sea mayor? Yo creo que no en absoluto. Pero si se supone que la vida prospera siempre que se den unas determinadas condiciones ambientales en cualquier lugar del universo; si se supone que la Tierra tuvo dichas condiciones; si se supone que existen otros planetas que también las poseen o las poseyeron en el pasado; si se supone que la evolución por selección natural al azar se dio asimismo en tales mundos y, en fin, si se supone todo lo que supone el darwinismo, cualquier escenario puede parecer creíble. El problema, hoy por hoy, es que la teoría materialista de la evolución necesita desesperadamente encontrar vida fuera de nuestro planeta para convencernos a todos de que ésta es ubicua y siempre sale adelante. Por eso, cada vez que se descubre un nuevo fósil de microbio, aunque su estructura y biología sea bien conocida como en este caso, se lanzan campanas al vuelo para afirmar que demuestra, de alguna manera, que también debe haber vida en otros planetas. Pero, lo cierto es que una cosa poco tiene que ver con la otra.

Otra asunto que siempre me sorprende es la facilidad con la que algunos periodistas de este país (y también del otro) mezclan los temas para terminar arrimando el ascua a su sardina. Ya desde el primer párrafo, se descarta a Dios como irrelevante en el asunto del origen de la vida. Se viene a decir -por lo menos así lo entiendo yo- que tanto si el origen de la vida es un milagro, como si se trata de una consecuencia inevitable del universo, un Creador inteligente no cuenta aquí para nada. Si la vida es un milagro, lo será del dios Azar. Pero si es una ley del cosmos, también habrá que atribuírsela a dicha divinidad fortuita. Se trata del naturalismo autosuficiente de siempre creyéndose capaz de explicarlo todo, hasta los milagros más increíbles, desde la pura materialidad. ¡Como si eso fuera posible! ¿Acaso alguna de estos dos opciones descarta necesariamente a Dios? Si la vida fuera un milagro, ¿no podría el Sumo Hacedor haber tenido algo que ver? Si por el contrario se tratara de una tendencia cósmica, ¿qué impide creer que Dios legislara el ajuste fino del universo para que en su momento brotara la vida en el lugar adecuado? No creo que la fuente de la vida sea irrelevante cuando se trata precisamente de ella.

Es evidente que una cosa es la ciencia y otra distinta la fe. Curiosamente se nos recuerda a menudo que no se deben mezclar. Sin embargo, ¿es ciencia la ideología naturalista? Buena parte de la sociedad no quiere aceptar que todos dependemos de un Creador ajeno a nuestra propia materialidad y prefiere creer que la naturaleza se ha creado sola sin intervención sobrenatural alguna. Pero eso también es fe. Yo creo que Dios, al ser la fuente providente e inmaterial del ser y de todo objeto material (como el universo y los seres vivos), no requiere de una causa para su existencia, como el resto de los seres por Él creados, independientemente de cómo éstos hayan sido originados. Pienso además que Él es y será siempre relevante, sobre todo cuando se trata de algo tan poco experimentable como el origen de todas las cosas.

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