Imitando a los ‘Asesinos natos’

“En una sociedad necesitada de líderes y modelos, muchos se han aferrado al mundo de la televisión y el cine para seguir a “héroes” que distan mucho de serlo”

04 DE JULIO DE 2013 · 22:00

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Oliver Stone es un buen director de cine que no obstante ha dirigido algunas películas como “Asesinos natos” (1994) en las que la violencia parece ser el único argumento del guión. En Texas, un chico de 14 años mutiló a una chica de 13 años y dijo que quería imitar la película de Stone. En París, un hombre y una mujer mataron a cinco personas y huyeron, hasta que los atrapó la policía después de una persecución “de película”, porque, tal como ellos declararon, querían hacer lo mismo que habían visto en el cine. Uno de los mayores problemas con los que se han encontrado los medios de comunicación es la imitación de las conductas que aparecen en ellos. En una sociedad necesitada de líderes y modelos, muchos se han aferrado al mundo de la televisión y el cine para seguir a “héroes” que distan mucho de serlo y que tampoco son buenos modelos a imitar por nadie. En esta situación, los problemas personales, sobre todo de los más jóvenes han ido en aumento en los últimos años. No existe la inocencia en el día de hoy, y para los medios de comunicación parece ser una cualidad casi idiota. Si quieres ser alguien en la vida, en el mundo de los negocios, en la sociedad actual, la inocencia no es algo que tengas que derrochar precisamente. Más bien deberías esconderte, porque incluso cuando te hacen una broma y te tragas lo que está pasando como si nada, inmediatamente todos comienzan a gritar divertidos: “Inocente, Inocente”. Una vez escuché un proverbio árabe que me hizo pensar: “La primera vez que me engañes será culpa tuya, la segunda será culpa mía”.Observando lo que ocurre hoy, creí que estaba muy acertado, porque cuando confiamos en lo que aparece en los medios de comunicación una y otra vez, caemos engañados por los que en muchas ocasiones sólo buscan sus propios intereses. Es el problema de la mentira. Nadie miente sin sacar algún provecho particular.Siempre que decimos algo que no es cierto, es porque queremos tapar algo, sacar algo, ganar algo… siempre hay una recompensa para nosotros suficientemente importante como para fallar a la verdad y vender nuestra lealtad de cualquier manera. Uno de los problemas más grandes de la mentira es que es muy fácil decir una, pero muy difícil decir una sola… Tarde o temprano tienes que decir otra (y a veces esas sí nos duelen) para tapar la primera, y todo se complica de una manera endiablada (nunca mejor dicho). Inocencia, verdad, lealtad, parece como si estuviésemos hablando de cosas que casi nadie conoce, de cualidades que pocas personas querrían tener. Pero no cabe ninguna duda queson las únicas cualidades personales que pueden fortalecer nuestro mundo, nuestra sociedad y nuestras familias. Las únicas cualidades que merecería la pena imitar. Si no es así, nos queda muy poco futuro.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Imitando a los ‘Asesinos natos’