Where could I go but to the Lord

¿Adónde podría yo acudir sino al Señor?

19 DE AGOSTO DE 2016 · 19:00

,faro, atardecer mar

La verdad es que enciende uno la televisión o la radio y es para echarse a temblar. En España, siguen dándole vueltas a ver si sale Rajoy o no investido y, por lo tanto, si habrá terceras elecciones en un año o no. Todo esto se habría solucionado si Rajoy hubiera dimitido hace cuatro años cuando aparecieron los primeros datos terribles sobre la financiación ilegal en el PP, pero entonces se enrocó en su puesto y ahí estamos.

Y, para colmo, Ciudadanos quiere que firme un acuerdo que podría sacar de la política a buena parte de la plana mayor del PP en unos meses, es decir, cuando comiencen los grandes casos de corrupción relacionados con este partido a desfilar por los tribunales. De la corrupción relacionada con el PSOE o con el nacionalismo catalán, debe señalarse que, de manera llamativa, las causas parecen estar durmiendo en los tribunales el sueño eterno. ¡Ah! Y seguimos sin sentencia de la infanta Cristina… No será porque la Agencia tributaria no la haya ayudado. Y para colmo, hace unos días, Montoro y de Guindos tuvieron una agarrada a cuenta de las cifras del crecimiento. De Guindos no quiere hacer más el ridículo en Bruselas e insistió en dar una cifra optimista, pero sin excesos. Montoro, por el contrario, quería volver a lanzar una cifra inverosímil porque la tristísima realidad es que, otro año más, las cifras no le van a salir. Lógico porque sigue vaciando los bolsillos de los contribuyentes para pagar las fiestas naa baratas del nacionalismo catalán.

A este lado del Atlántico, tampoco es que estén las cosas para lanzar cohetes. En Nicaragua, la mujer de Daniel Ortega ha conseguido lo que no logró Evita Perón, ir en el ticket electoral con su marido. En Venezuela, se retrasa el referéndum revocatorio. En Cuba, los disidentes están peor que antes de la visita de Obama. En Brasil, da miedo salir a la calle y hay que preguntarse que dio Lula al COI para que se prestara a lo que estamos contemplando. Ya en Estados Unidos, los candidatos presidenciales se acusan, a través de persona intermedia, eso sí, de ser un agente secreto al servicio de Putin o una receptora y dispensadora de dinero yihadista. Y la cosa está caldeada. Ayer fui a ingresar un cheque en el banco y el que estaba antes que yo en la fila me reconoció de los debates de televisión y me preguntó por quién iba a votar. Antes de que pudiera abrir la boca, me señaló con gesto afirmativo que él lo haría por Trump porque Hillary estaba “manchada”.

Ante situaciones así –y otras mucho peores- caben tres opciones. Una es la del avestruz. Cerremos los ojos y nada nos pasará.

La segunda opción es cerrar los ojos, pero en el sentido de no querer ver lo que sucede y seguir apoyando lo que no son sino edificios que se tambalean. Como la conducta anterior la entiendo, pero no puedo compartirla. Es más la simple idea de confiar determinados listas en las que van ciertos sujetos no me tienta lo más mínimo.

La tercera opción es preguntarse a dónde ir y aquí entra la canción de esta semana porque la verdad es que sólo podemos acudir con garantías a Jesús. A Jesús que no a alguna peculiar institución que pretende representarlo en régimen de monopolio y que ha aprovechado esa afirmación para acostarse con todo poder fáctico que se le ha puesto al alcance o, como me decía el director de un centro local de COPE, “el problema de… - y aquí daba el nombre de un cardenal – es que le gusta mucho acostarse con los políticos”. Por supuesto, la afirmación – rigurosamente exacta – no se refería a la vida privada del cardenal sino a sus coqueteos duros y continuos con el poder. Cuando hablo de Jesús hablo de Jesús, no de los que usurpan su nombre y su lugar.

Creo que nadie debería llamarse a engaño: en este mundo sólo se puede acudir a Jesús y eso es lo que expresa esta canción.

Es una canción de alegría porque reconoce que en esta vida hay muchas circunstancias extraordinarias que nos proporcionan felicidad, pero también hay otras menos gratas e incluso dolorosas.

La tentación, la maldad, la hipocresía, la corrupción, la inseguridad, el temor pueden asediarnos, pero de ellos sólo nos librará Jesús el mesías-siervo. Si no ha hecho la prueba, hágala. No quedará defraudado.

He escogido dos versiones de esta maravillosa canción. La primera es de Elvis Presley y -¿hay que decirlo?– resulta espléndida.

La segunda –con subtítulos en inglés– es de la Gaither Vocal Band. Excelente. Disfruten de la canción, pero, sobre todo, mediten en su mensaje. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!

Aquí está Elvis:

Y aquí la GVC y un grupo de amigos extraordinario:

 
Publicado con permiso de cesarvidal.com

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Camino del Sur - Where could I go but to the Lord