Mae West y Luis XIV, reyes del Yo

De ella es aquella famosa frase: “Cuando puedo escoger entre dos males, siempre escojo el que no he probado nunca”.

24 DE ABRIL DE 2013 · 22:00

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Entre los años cuarenta y cincuenta, la actriz Mae West, fue reconocida como una de las “reinas” de Hollywood. Llegó a ser famosa por su estilo de vida que causó más de un dolor de cabeza a algunos de los productores de sus películas. Por si no la recuerdas, de ella es aquella famosa frase: “Cuando puedo escoger entre dos males, siempre escojo el que no he probado nunca”. Vivir tal como queremos parece ser la ilusión de muchas personas. Vivir para el aquí y el ahora. Probar todos los males posibles. Hacer lo que uno quiera sin saber cómo va a salir parado del asunto. Desafiar a todo y a todos pensando que de esa manera se puede ser más feliz. Supongo que ya sabes al estilo de vida que me estoy refiriendo: Vivir sin querer saber nada de lo espiritual, de lo que no se ve; vivir sin tener que dar cuentas de lo que es correcto o no… Suena como el sueño anhelado de mucha gente ¿no? La primera vez que escuché esa frase, recordé lo que le había sucedido a una de las personas más conocidas en la historia de la humanidad, el rey francés Luís XIV, llamado el Rey Sol por su manera despótica y absoluta de gobernar y vivir. El era y se consideraba el rey y el señor de todo… Tanto, que los historiadores dicen que sólo se bañó dos veces en toda su vida, y es obvio que todos tenían que “aguantar” su presencia y su olor. Lo curioso del caso es que cuando murió, algunos de sus súbditos lo tuvieron que bañar para su funeral. Y eso es lo que me hizo recordar aquella famosa frase: El día de nuestro funeral, todos somos iguales, ya nadie puede hacer valer sus derechos, sus caprichos o los males en los que queramos vivir. Ese día, o nos elevamos al cielo… o caemos definitiva y fatalmente. Puede que creamos que podemos vivir como queremos, sin tener que dar cuentas a nadie, pero la realidad es muy distinta. Alguien un día dejó escritas estas palabras: “Aunque te eleves como el águila, y pongas tu nido en las estrellas, de allí te haré caer" (*). Quién las escribió es el Creador, el que más sabe del asunto. Aquel ante quien tenemos que aparecer un día y explicar las razones de nuestra existencia y de nuestra conducta, y en ese momento muchos se preguntarán qué habrá sido peor: defraudar a quien más los amaba o haber perdido toda la vida por querer probar aquello que podía destruirles. Aunque suene muy bien, probar todo lo malo que existe no satisface lo que muchos soñaron, ni es la puerta de la felicidad. Es solamente la manera de caer fatalmente. Y más vale no hacerlo para siempre. (*) Abdías 4

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Mae West y Luis XIV, reyes del Yo