Una flor sexuada

Hoy por hoy, no existe una explicación adecuada al supuesto beneficio evolutivo de la reproducción sexual, tanto en las plantas como en los animales.

07 DE JULIO DE 2016 · 16:30

Foto: Antonio Cruz,
Foto: Antonio Cruz

Un importante enigma de la biología es por qué la reproducción sexual y la consiguiente recombinación genética, a pesar de estar tan extendidas en la naturaleza, como evidencia esta flor de un cactus, no se pueden entender bien desde las tesis evolucionistas.

¿Cuál es el beneficio evolutivo de mezclar dos genotipos diferentes (del macho y la hembra), que ya son viables en su medio ambiente, con el fin de originar un tercer genotipo en el descendiente? Se podría decir que dicha mezcla es beneficiosa porque promueve la diversidad genética entre la descendencia y con ello permite un ritmo más rápido de adaptación.

Sin embargo, esta explicación presenta varios problemas. Primero, la reproducción sexual y la recombinación no siempre aumentan la variación genética.

Segundo, incluso cuando sí la aumentan, no está claro por qué una variación genética mayor vaya a ser generalmente adaptativa.

Y tercero, la recombinación puede no solo crear sino también destruir combinaciones favorables de mutaciones.

De manera que, hoy por hoy, no existe una explicación adecuada al supuesto beneficio evolutivo de la reproducción sexual, tanto en las plantas como en los animales. Esto parece favorecer, más bien, las tesis antidarwinistas del diseño inteligente.

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