El poder transformador de la palabra XXV

La solidaridad también está incluida en una revista, la de Alianza Solidaria, que nos habla del trabajo en aras de reducir la pobreza, mostrando el amor de Dios a través del pan y la palabra.

24 DE ABRIL DE 2016 · 07:25

Ejemplares de la revista de Alianza Solidaria.,alianza solidaria revista
Ejemplares de la revista de Alianza Solidaria.

La solidaridad también está incluida en una revista. Conozco de primera mano una que nos habla del trabajo en aras de reducir la pobreza, mostrando el amor de Dios a través del pan y la palabra. Se trata de la revista de Alianza Solidaria, brazo social de la Alianza Evangélica Española. El primer número se editó en diciembre del año 2008 con el objetivo, según entiendo, de informar acerca de los programas que, desde España, venía apoyando AS: Turmanyé, Programa de apadrinamiento Moisés, y, más recientemente, Esperanza para Haití. Decía Francisca Capa, presidente de la organización, en el editorial: "[...] para que sepáis qué es lo que estáis haciendo posible a través de Alianza Solidaria hemos creado esta revista. Os queremos contar cuánta gente está teniendo una nueva oportunidad para salir adelante gracias a vuestra generosidad, cuál es la realidad de los niños, las familias y el equipo que trabaja en cada proyecto. Queremos haceros partícipes de nuestros retos y nuestros logros, porque sois importantes para nosotros, importantes para ellos, y porque sólo... juntos podemos".

Conocí la revista a través de Irene de Federico y Francisca Capa, quienes eran codirectoras de la misma. En el segundo número pude colaborar escribiendo un pequeño texto en la contraportada, el cual relataba cómo, desde una iglesia de Salamanca, un grupo de mujeres había ideado una iniciativa solidaria en favor del programa "Chicos trabajadores de la calle" de Turmanyé. En las distintas contraportadas de esta solidaria publicación, se pueden leer interesantes entrevistas e impresiones de padrinos, niños y adolescentes de los distintos programas, maestros, simpatizantes, colaboradores...

Cada revista aborda un tema que tiene que ver con las distintas áreas en las que trabaja AS, como educación, salud, desarrollo de actividades productivas, formación en valores. Así, al leer la revista, te empapas de información acerca de los logros, retos, necesidades prioritarias en cada una de las áreas mencionadas.

Entre los colaboradores más destacados que escriben en la publicación, cito a personas que trabajan en los diferentes programas así como otras que se sienten comprometidas con esta valiente hazaña en favor del prójimo, como Fanny Sabogal, Berta Pinedo, Mª Jesús Hernández, Irene de Federico, Beatriz González, Nely Hoyos, Esteban Figueirido, Milton Torres, Joel Forster, Marcos Zapata, Daniel Py, Elisabet Stunt, Jaume Llenas, Daniel Pujol, Norma George, Belkys Gómez, Sara Revuelta, Nelly Hoyos, Israel Tache, Daniel Pujol Fernández, Margarita Borrás, John H. Palacios, Antonio Balanta, Danixa Magdalena Estrada, Dámaris Palacios, Silfrido Mestra, Jaica Martínez...

Fue muy interesante acceder en el primer número a un diagnóstico de los lugares en los que AS trabaja. Como ese paseo estadístico sobre el Departamento de Ancash, donde está ubicada la ciudad de Huaraz, en la que Turmanyé desarrolla su labor en favor de la infancia en situación de pobreza. Nos retrataron la crudeza del abandono infantil. Leímos que en el Perú el 60% de niños menores de 11 años está en situación de pobreza. Y que en Ancash el 30% vive en condiciones de extrema pobreza, el 33% de los niños menores de 5 años sufre desnutrición y el 50% anemia, y 40% entre 6 y 11 años realizan trabajos no apropiados. Nos contaron sobre familias disfuncionales, padres alcohólicos, machistas y abusivos; niños que no tienen derechos, etc. Por otro lado, el relato de un viaje hasta uno de los colegios que se apoya en el Departamento de Córdoba en Colombia. Y sobre lo que son gran parte de los recintos escolares: "Dos empalizadas construidas con seis troncos de madera y un techo de palma, divididos en dos, sirven como cuatro aulas  de clase al aire libre... Una letrina para niños y niñas...". De ahí la importancia del Programa de apadrinamiento Moisés.

Hojeando cada número percibimos cómo con poco se van paliando necesidades. Como fue la construcción de un albergue "Mi hogar wayúu", en la capital del Departamento de la Guajira (Colombia) para que los chicos de una ranchería wayúu pudieran continuar sus estudios en un instituto luego de finalizar la primaria. Tuve ocasión de entrevistar a uno de esos chicos wayúu que estudiaba para ser maestro y soñaba con enseñar a los niños de su aldea.

¿Por qué debemos implicarnos con estas situaciones? Así lo responde otro editorial que leí: "El hecho es que la educación es imprescindible para romper el círculo vicioso de la pobreza. En muchas ocasiones, cuando una persona nace en unas condiciones de pobreza, no tiene acceso a la educación; como no tiene acceso a la educación no adquiere los conocimientos que pueden capacitarle para desempeñar tareas que le ayuden a superar su condición, con lo que la pobreza se perpetúa. Es por ello que las Naciones Unidas se propusieron entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015, que todos los niños del mundo tengan acceso, al menos, a la enseñanza primaria de forma gratuita. [...] 'Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de él' (Proverbios 22:6). Es porque creemos que lo que dice este proverbio es cierto que seguimos trabajando con la infancia, sembrando en los niños, aportándoles no solo conocimiento y habilidades, sino también, lo más importante, valores que les hagan hombres y mujeres útiles y sean agentes de cambio en sus comunidades".

En el número 4 de la revista nos enfrentamos con la dura realidad de los niños trabajadores. Según datos de una encuesta realizada por el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú) más de tres millones de niños y adolescentes, entre 5 y 17 años, trabajan o realizan una actividad económica... En este mismo número conocimos a Danixa, quien terminó sus estudios de primaria y secundaria en el Centro Educativo Renacer, en Honduras. A pesar de provenir de un trasfondo humilde soñaba con ser maestra. Me recuerda a Rosita, una niña que antes de ser acogida en la Casa-hogar de Turmanyé, vendía chicles por las madrugadas. Hoy es enfermera y ayuda a los demás. 

En estos días en los que se habla tanto de refugiados, nos acordamos que en el número cinco de la revista se nos informaba acerca de los desplazados en Colombia con un conmovedor testimonio: “Somos desplazados de Santa Rosa de Lima. Dejamos todas nuestras pertenencias: finca y animales; gallinas, cerdos, patos y pavos. Un grupo alzado en armas nos dio 24 horas para abandonar el lugar, de lo contrario nuestras vidas corrían peligro. Llegamos a la ciudad de Barranquilla. Aquí nos hemos encontrado con mucha violencia y drogas, no quiero que mis hijos vean esta situación'. Es como resume su trayectoria Yenis, que junto a su familia ha tenido que dejar todo lo suyo ante el avance de los grupos armados. De Colombia los medios de comunicación hablan sobre los grupos paramilitares armados y el cultivo de coca que después es traficada a todo el mundo. Sin embargo, conocemos menos los efectos sobre los cerca de 3,5 millones de personas que han sido obligadas, en los últimos años, a dejar sus hogares y las comunidades en las que han crecido y trabajado toda su vida".

En la revista Nº8 pudimos informarnos acerca de la ayuda que se está prestando en algunas comunidades de Haití, como Lastic. Todo empezó después del terremoto de 2011: "Desde Alianza Solidaria estamos comprometidos no en “ayudar” a un grupo de personas, sino en darles las herramientas para que esas personas puedan construir sus vidas con dignidad; aquí está la principal clave de nuestra intervención. Ya para todos es conocida la realidad que se vive en Haití, mucho más en las comunidades alejadas de los focos mediáticos y olvidadas tradicionalmente por los grupos de poder. Es en este contexto en el que se pone en marcha, desde Alianza Solidaria, Esperanza para Haití, cuya intervención actualmente se centra en la zona de Lastic (Departamento Oeste de Haití), la principal comunidad de un conjunto de 19 pequeños asentamientos poblacionales, que entre todos reúnen aproximadamente 3.000 habitantes".  En el mismo número conocimos un poco más a Fanny Sabogal, una de las responsables de FUNEDUCAR, organización que actúa como contraparte en Colombia.

Resulta interesante que desde AS se haya querido contribuir a alcanzar lo propuesto en los Objetivos del Milenio: "Aún y cuando estamos lejos de conseguir los objetivos que se fijaron para el 2015, el haber planteado estos objetivos y el hacer referencia a ellos cada vez que se trata un tema como el que nos ocupa en esta revista, ha permitido sensibilizar a las sociedades y a las administraciones e ir avanzando en la dirección correcta". En el Nº 9 nos contaron cómo es la sanidad en dos de los países en los que están trabajando, Perú y Colombia. Es interesante ver las diferencias que hay entre ellos y más todavía, las diferencias que hay con nuestra propia sanidad. En cualquiera de los dos países el acceso a la sanidad no es fácil, y no está al alcance de todos. Lo mismo que pasa en Haití, donde el cólera atacó cruelmente a los que no tienen el privilegio de acceder al agua potable. 

Nos contaron que muere más gente por causa de beber agua insalubre que por muerte violenta.

La labor de Alianza Solidaria a través de los tres programas que apoya desde nuestro país se centra especialmente en la infancia, pero el trabajo no sería completo si no abarcara también a las familias de los mismos, ya que "la familia, junto con la iglesia, son las dos únicas estructuras instituidas directamente por Dios, cumpliendo ambas una función similar. La familia es el medio natural de desarrollo del ser humano y la iglesia lo es del creyente. La familia es común a todas las culturas y es la institución alrededor de la cual se estructura la sociedad. De tal manera que, cuando la familia se desestructura la sociedad se descompone".

Os animo a leer cada número cuya vigencia está garantizada. En el último número dedicado a la familia encontraréis un interesante artículo de Marcos Zapata titulado: "Mi hijo me salió así...".

En este número también Nelly Hoyos, psicóloga de dos colegios que apoya AS en la ciudad de Cali, Colombia, nos habla de la violencia y sus consecuencias: “Muchos de los jóvenes que llegan a las aulas de los centros donde trabajamos están, de alguna manera, afectados por estas problemáticas y requieren atención. Tenemos que hacer un fuerte llamado a las familias para trabajar la disciplina formativa y la disciplina con amor basada en la palabra de Dios. Nos han llegado al colegio, niños con marcas en su cuerpo como resultado de golpes y castigos físicos. Los padres descargan en ellos toda su frustración, enojo e ira”. Y otro escrito por Mayte Lanero para quien "la institucionalización del niño puede tener efectos negativos en su desarrollo y vida adulta, pues Dios nos ha creado para crecer en familia. Por lo que el objetivo con estos niños debiera ser que la institucionalización, de ser necesaria, sea temporal. Y mejor estar con una familia de acogida mientras se busca una familia para ellos". Por ello ha surgido un nuevo proyecto llamado REPINAV.

En la contraportada tenemos una reseña sobre la nueva directora de Turmanyé, Elisabet Stunt, quien durante muchos años estuvo al frente del programa desarrollado en favor de los "chicos trabajadores de la calle". 

Si tenéis un tiempo para leer sobre lo que se viene realizando en Perú, Colombia, Haití, Honduras... os paso este link.  

Son muchas las dificultades, pero con Dios todo es posible.

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