La carta imposible

El peligro del agnosticismo de muchos Diputados no es solamente intelectual, sino las consecuencias morales y éticas que sí son serias.

09 DE ABRIL DE 2016 · 22:50

Esta carta escrita a “unos Diputados me resulta casi imposible”.,
Esta carta escrita a “unos Diputados me resulta casi imposible”.

No estoy seguro de ser capaz de escribiros unas cartas. Sé, que “Desde el Corazón” me he imaginado muchas veces escribir a algunos diputados. Es decir, a vosotros, personas que habéis sido designadas a través de la elección que realiza el pueblo para convertiros en sus representantes en una cámara legislativa.

Y ahora, que empiezo la que puede ser una primera, no sé cómo empezar. ¿Querido Diputado? No, no me gusta decir “querido”, porque la verdad, aunque por mandato legislativo bíblico, deba amar incluso a los enemigos, ni sois mis enemigos ni os amo realmente; por otra parte, muchos de vosotros, que habéis proclamado en vuestros discursos, trabajar por el bienestar del pueblo, a la hora del compromiso habéis escogido la fórmula menos comprometida “por mandato legal”; así que comprenderéis que os imite.

¿Señorías?, ni pensarlo. En principio porque yo, por la Gracia de Dios, soy lo que soy, un “hijo de Dios” y un “Embajador” del Reino de los Cielos, y siendo que mi Señor es el Altísimo, mi escalafón es más alto y noble que los vuestros.

Por otra parte, me confunde, que cuando estáis en sesiones (no muchas, pero algunas largas y tardías) os llamáis unos a otros “señorías”, y luego en los debates, os insultáis, sí, sí, ya sé que no todos, pero la mayoría y, naturalmente, no quiero imitaros en esto, ni engrandeceros en lo otro.

He decidido, no empezar la carta escribiendo: “señores de pantalones grises”, porque de no explicar esto, mis buenos lectores, que dispensan tantas cosas de este aprendiz de escribidor, no entenderían el porqué de este comienzo. “Pantalón Gris” era como en pasados tiempos se definía a don José María de AREILZA, Conde de Motrico, quien dirigió por breve tiempo el Ministerio de Asuntos Exteriores, y le adjetivaban así, porque decían que: “todas las chaquetas caían bien con tales pantalones” y la verdad, que muchos de vosotros, emergentes Diputados, que no tenéis problemas para vestir, a la hora de asistir al Congreso, sí podríais definiros como “señores de pantalones grises” pues soléis, a la hora de pactar, vestir con cualquier chaqueta, sean naranjas, moradas, azules o rojas, todas quedan bien investidas con pantalones grises. Nos estáis volviendo tarambanas, porque ya no sabemos qué “ideologías” votamos, ¡claro, éstas vuelan por su ausencia!; como ya escribió un tal Pérez de MIÑÓN, en su “Crepúsculo de las Ideologías”.

Ya veis, todavía no he empezado la carta, y aún no sé cómo dirigirme a vosotros, así que por hoy, empezaré con la fórmula que aprendí en mis tiempos de estudiante en Canadá y Profesor en USA: “TO WHOM CONCERN”… “A QUIEN CONCIERNA”.

Observo en una notable parte de vosotros un abundante agnosticismo que, como en el caso de los griegos, es bastante especulativo. No se trata de que estéis contra todo lo cristiano, que por otra parte, sé que es dar coces contra el aguijón. Ni siquiera que se denote en vosotros ni posturas estoicistas ni epicúreas, se aprecia más bien que en vuestros posicionamientos políticos aparecen las mismas características de los herejes que con su pensamiento estaban amenazando a las comunidades, a las Iglesias y a la pureza y ética de la fe.

Vuestras filosofías políticas son altamente especulativas y, por lo tanto, intensas y pretendidamente intelectuales y snobs. Pensáis que vuestras demagogias están lejos de la comprensión de la gente humilde y común. Como si no entendiéramos que por muchas siglas, colores, programas y eslóganes que se usen, no reconocemos lo que son las plutocracias (del griego πλουτοκρατία, ploutos 'riqueza' y kratos 'poder') una de las formas que un Diputado joven e inteligente define como “casta” como lo son también otros sistemas como la democracia, el capitalismo, el socialismo o el anarquismo.

Síntesis críticas que se hacen a la democracia, al sufragio universal y al parlamentarismo, cuyo funcionamiento puede verse excesivamente distorsionado por los miembros más ricos de una sociedad, de, los que consiguen más apoyos de la Banca, que presta ingentes dineros, que nunca devuelven ciertos partidos, mientras desahucian a pobres que no pueden afrontar sus hipotecas. Y preguntarse debieran muchos Diputados: ¿cuántos partidos o Sindicatos, se sostendrían con los exclusivos óbolos de sus seguidores?

El peligro del agnosticismo de muchos Diputados no es solamente intelectual, sino las consecuencias morales y éticas que sí son serias. La mente de muchos de nuestros Diputados difiere de la creencia ortodoxa y quiero, a muchos, darles la presunción de honestidad en sus planteamientos, pues no estar de acuerdo habiendo pensado y contrastado sus modernas ideas y éticas de situación, el cristianismo las respeta.

Los posicionamientos diferentes si no afectan el carácter de los tales y en razón de ello, quieren imponer leyes según sus políticos criterios, hacen lo bello de la variedad; porque han pensado su propia creencia de manera real y verdadera a su manera. Pero en la comprensión que de tales posturas hace el creyente ortodoxo, todavía no se perciben las peligrosas características del Diputado hereje, persona que sostiene dogmas u opiniones diferentes a la ortodoxia de la fe.

Creo haber conseguido que algunos lectores entiendan porqué esta carta escrita a “unos Diputados me resulta casi imposible”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde el corazón - La carta imposible