Terremoto en el gobierno

2 Crónicas 14 y 1 Reyes 15, novelados.

28 DE FEBRERO DE 2016 · 16:50

Asa ha continuado con su trabajo de limpiar a Judá de los ídolos y lugares de adoración pagana.,
Asa ha continuado con su trabajo de limpiar a Judá de los ídolos y lugares de adoración pagana.

- ¡Última noticia! ¡Última noticia! ¡Maaca renunció!

Las nuevas corren como un reguero de pólvora por todo Jerusalén.

- ¡No puede ser!  ¿ Me va Vd. a decir que la reina madre ha presentado su DIMISIÓN … ?

En los corredores de la casa real los sirvientes murmuran y se preguntan entre ellos :

- ¿Habrá renunciado o “la renunciaron”?

Unas semanas antes un grupo de las más altas autoridades religiosas habían venido a hablar con el rey.

- Majestad, nosotros estamos agradecidos al Señor por la dedicación a Dios que Vd. ha demostrado durante todos estos años. Estamos muy contentos de ver que se han quitado los altares de culto extraño, los lugares altos, las piedras rituales y los árboles SIMBÓLICOS de Asera (v.3). Sabemos que Dios bendice a los que le honran y el Señor lo ha bendecido a Vd. muy ricamente.

El monarca agradece los comentarios con una señal de su cabeza. Puede ver en el rostro de los hombres religiosos que hay algo más que no se animan a decir.

- Bueno, supongo que no vinieron todos Vds. solamente para decirme esto.

El más anciano de ellos se levanta. Sus cabellos son blancos. Su rostro muestra la determinación y firmeza que la fe en el Omnipotente le ha conferido.

- Majestad: Estamos muy preocupados por el ejemplo que sigue demostrando su abuela, la Reina Madre.

Se hace un silencio. El monarca por unos momentos empalidece. Junto a él se encuentran sus ministros y consejeros.

- Mi rey: Vd. destruye altares y su abuela los vuelve a construir. Vd. quita los árboles rituales de Asera y la reina madre Maaca trae otros nuevos.

El anciano sacerdote ahora calla. Se levanta uno de los príncipes y pide la palabra.

- La reina madre siempre ha hecho las cosas así y todos sabemos que no va a cambiar. Ella dice que no le hace mal a nadie con lo que hace. Opina que tenemos que aceptar otras religiones y no ser “tan cerrados”. Después de todo, la tenemos que “respetar“ porque es nuestra abuela.

Se hace otro silencio. En la pausa se escucha el zumbido del vuelo de un moscardón. El rey se levanta. Su rostro muestra que no le es fácil expresar lo que va a decir.

- Ordeno que la reina madre Maaca deje de oficiar como reina.

Se oye un murmullo de aprobación.

- ¡Viva el rey Asa! - dice alguien y todos en la sala del palacio lo repiten.

- ¡Viva el rey Asa!

Unos meses antes había pasado algo muy inusual. “El reino estuvo en calma” (v.5). El rey había convocado nuevamente a sus ministros y les dijo: “Edifiquemos estas ciudades y rodeémoslas de murallas, torres, puertas y cerrojos…porque hemos buscado al SEÑOR nuestro Dios. Le hemos buscado, y él nos ha dado reposo por todas partes” (v.7).

Lo que muchos no sospechaban es que esta es la calma antes de la tormenta.

Asa ha continuado con su trabajo de limpiar a Judá de los ídolos y lugares de adoración pagana. Todo parece marchar bien hasta que llega la noticia:

“Zéraj el etíope salió contra ellos con un ejército de 1.000.000 de hombres y 300 carros.” (v.9) Dentro de ese millón hay cien mil soldados de caballería (Josefo).

El rey Asa sale con sus regimientos para defender el país. Su infantería tiene la mitad de guerreros: “300.000 de Judá que llevaba escudos grandes y lanzas y 280.000 de Benjamín quienes llevaban escudos pequeños y disparaban con el arco” (v.8).

Lentamente las tropas comandadas por el rey Asa se desplazan y llegan a Maresa (ciudad del reino de Judá). Allí los dos ejércitos se preparan para la batalla. En el lado de los etíopes se hace un ceremonia religiosa a todos los “dioses” involucrados en la guerra. Los instrumentos musicales hacen sonar sus melodías LÚGUBRES y satánicas.

Del lado de Judá no hay una gran preparación ceremonial.

El mismo rey pronuncia la oración de intercesión al SEÑOR. Sus palabras son dichas con sentimiento, firmeza y honestidad:

“!Oh SEÑOR, no hay otro como tú para ayudar tanto al poderoso como al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh SEÑOR, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esta multitud. ¡Oh SEÑOR, tú eres nuestro Dios, no prevalezca contra ti el hombre!”

Asa termina su plegaria y siente una profunda paz en su corazón. El sabe que el SEÑOR está de su lado.

Las dos huestes se empiezan a mover preparándose para el encuentro.

El rey Asa está al frente de sus tropas. Desde el carro real levanta su lanza y grita:

- ¡Al ataque!

Si pudiéramos observar desde un lugar elevado se vería algo inusual. En el momento en que Judá empieza a avanzar, y aún antes que estén a una distancia al alcance de las flechas, algo sucede en el ejército enemigo. Las tropas que hasta hace un momento estaban ordenadas y prontas para la batalla, parece como que de golpe se pusieran fueran de control.

Algunos de los escuadrones empiezan a moverse hacia atrás; otros hacia los costados. Los carros de guerra se chocan entre sí. Los caballos súbitamente están todos encabritados; quedan fuera de dominio y arremeten unos contra otros. Se lanzan con toda furia en todas direcciones aplastando e hiriendo a los soldados de la infantería.

Los generales dan órdenes contradictorias. Parecería como si un meteoro hubiera caído en medio del ejército y todos salen en direcciones opuestas.

“Entonces el Señor desbarató a los etíopes delante de Asa y de Judá y los etíopes huyeron” (v.12).

El rey Asa levanta nuevamente su lanza y el ejército de Judá arrasa al enemigo. Los etíopes tratan en vano de huir pero uno a uno van cayendo. “Cayeron tantos de los etíopes que no quedaron sobrevivientes de ellos, porque fueron destrozados delante del SEÑOR y de su ejército, y les tomaron un gran botín.” (v.13)

 

La Historia Bíblica y Nosotros

A veces la vida parece que transcurre con toda tranquilidad. Pasan los años y todo marcha relativamente bien. La situación laboral es estable, la familia goza de buena salud, los hijos están creciendo y concurriendo a la escuela y progresando.

Pero de pronto algo sucede y toda esa estructura familiar y social a nuestro alrededor parece que se tambalea. Es como si un terremoto de magnitud 8 de la escala de Richter nos hubiera llegado. Puede ser problemas de salud, en el trabajo o falta del mismo; problemas en la familia.

Observamos que durante el período de “paz” el rey Asa edificó murallas y fortalezas. Es durante esos tiempos de tranquilidad en nuestras vidas que debemos profundizar y arraigarnos en el estudio de las Escrituras. De esa manera podemos ser “fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior” (Efe.3:16).

Algunas personas comienzan su vida espiritual con muchas dificultades y caídas, pero lentamente se van fortaleciendo y terminan muy bien. Otras, tristemente empiezan muy bien pero no concluyen tan bien. Asa es un  ejemplo de esto último.

El apóstol Pablo había considerado esta posibilidad y  por eso dice “pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que,  después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado”. (1 Cor. 9:27)

Comienza el capítulo 14 del Segundo libro de Crónicas en una situación de sosiego. La tierra tuvo tranquilidad por diez años (v.1). Dos lustros de tranquilidad eran muy raros en aquellos tiempos.

El veredicto divino sobre el rey es muy favorable. “Asa hizo lo bueno y lo recto ante los ojos del SEÑOR su Dios” (v.2). Lo hizo porque estaba conciente de la presencia del Señor. “Sus ojos ven; sus párpados examinan a los hijos del hombre” (Sal.11:4).

El rey ha llevado una reforma espiritual en Judá: “Quitó los altares de culto extraño y los lugares altos, rompió las piedras rituales y quebró los árboles rituales de Asera (v.3).

El soberano es tan fiel al SEÑOR que está dispuesto a corregir en su propia familia lo que está mal. Sin duda que le fue muy penoso el excluir a su abuela de la posición de reina madre. Indudablemente que tuvo muchas críticas de la familia y a otros niveles.

¡Qué difícil es para nosotros ser sinceros y fieles al Señor cuando se trata de personas de nuestra familia o amistades! También somos llamados a responsabilidades muy especiales en nuestra casa (1 Tim. 5:8).

El rey Asa estuvo dispuesto a darle a Dios el primer lugar y hacer su voluntad a pesar de los estrechos vínculos de familia. Cientos de años después el Señor Jesucristo va a decir: “el que ama a padre o a madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mi” (Mat. 10:37).

La oración de Asa es una de las oraciones más cortas y precisas hechas en un momento de crisis por un monarca.

Es una plegaria ardiente. No dice que ora sino que clamó.

Es una invocación que le dirige y habla de la omnipotencia de Dios: ¡“Oh SEÑOR, no hay otro como tú para ayudar tanto al poderoso como al que no tiene fuerzas!” (v.11).

El rey reconoce que no tiene capacidad suficiente o que es débil contra ese ejército.

La súplica es específica. Asa “va al grano”:- Ayúdanos, oh Jehová nuestro Dios.

Demuestra su absoluta confianza en el Señor: “En ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esta multitud” (v.11). Asa por así decirlo “compromete” el honor de Dios. Si el Señor está de nuestro lado, Él, “por su propio prestigio” no se va a dejar vencer.

El argumento de la oración del monarca tiene la sencillez y espontaneidad de un niño. Viene a decir algo así como: - Dado que en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esta multitud, es como si tú estuvieras luchando con nosotros.

Ahora el motivo principal de la oración cambia. En vez de que nosotros seamos ayudados, la razón que se maneja es que “no prevalezca contra ti el hombre”.

Por supuesto, el ser humano o una nación nunca puede prevalecer contra el Omnipotente. “Las naciones son como una gota de agua que cae de un balde…” (Isa. 40:15).

Dios obra a favor de su pueblo como lo ha hecho muchas veces (2 Sam. 5:23,24; 2 Rey.3:21,25).

Del mismo modo que Dios ayudó a Asa contra el enemigo el Señor nos ofrece su ayuda en nuestros conflictos y dificultades. El creyente puede con seguridad decir como el rey David: “Contigo desbarataré ejércitos, con mi Dios asaltaré murallas” (Sal.18:29).

El Señor desbarató el ejército enemigo. Ignoramos los detalles de cómo exactamente sucedió. Sabemos que lo que parecía iba a ser una derrota se transforma en una victoria rotunda para Asa que fue acompañada por muchos despojos. El apóstol Pablo ejemplariza esto al escribir: “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Rom.8:37).

 

Notas al Margen

Los etíopes eran probablemente soldados mercenarios sirviendo a Egipto. Esta milicia estaban constituida por gente procedente de Nubia o de Cush. (J.Barton Payne)

Jamiesson sugiere acertadamente que los egipcios no iban a permitir a un ejército extranjero pasar por su territorio. Sería algo similar a un ejército de las Naciones Unidas constituido por personas de países no involucrados directamente en el conflicto.

De acuerdo al relato de 2 Crónicas la destitución de la reina madre Maaca se produce después de la invasión etíope y durante el avivamiento que surge luego del mensaje del profeta Azarías.

 

LIDERAZGO

El líder tiene que mantener un testimonio ejemplar en el hogar. Esto no es siempre fácil. Satanás nuestro adversario va a tratar de destruir la eficiencia de nuestro testimonio atacando nuestra familia. Es muy importante que los de afuera puedan percibir que no tratamos con favoritismo o predilección a nuestros allegados o amigos. Esto puede ser muchas veces difícil y muy penoso. (Stg. 2:1) El rey Asa lo consiguió.

El adalid ideal tiene que ser un hombre que tenga la rara combinación de ser una persona práctica y a la vez espiritual. El rey tomó las medidas utilitarias de edificar fortalezas, murallas y preparar su ejército. (2 Crón. 14:6-8)

Frente a la crisis el creyente busca en oración el rostro de Dios.

 

Temas para desarrollar y preguntas para grupos de estudio

1) Qué hacer cuando un miembro de la familia se opone a las cosas espirituales. ¿Fue Asa demasiado “fanático” al destituir a su abuela?

2) Fieles al Señor en la familia. (Jos.24:15). ¿Por qué es importante ser fieles a Dios en nuestro medio familiar?

3) Confianza en el Señor. Discutir en cuales elementos se observa esto en el rey.

4) El poder de la oración. (Stg.5:16) Mencionar algunas características de  esta oración. (Ejemplo, extensión, temas).

 

Bibliografía

J Barton Payne The Expositor,s Bible Commentary vol.4 Frank Gaebelein. Zondervan 1988 pag.486

Josefus. Hendrickson Publishers 1987 The Antiguities of the Jews cap.12 pag. 234.

Jamiesson, Fausset y Brown. Comentary on the Whole Bible. Zondervan. 1961 pag.320

Del libro "La lucha entre lo bueno y lo malo" del Dr. Roberto Estévez publicado por la Editorial Mundo Hispano Casa Bautista de Publicaciones.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ahondar y discernir - Terremoto en el gobierno