“Nos cuesta ver al extranjero con los ojos de Dios”

Sicilia acogerá un encuentro de entidades cristianas que trabajan entre refugiados. Paul Sydnor es el director de la Asociación Internacional para Refugiados.

Joel Forster

  · Traducido por Patricia Bares

Evangelical Focus · CATANIA · 23 DE ENERO DE 2016 · 19:05

Refugiados llegando a las costas de Italia. / Kate Tomas, IRIN,refugiados italia
Refugiados llegando a las costas de Italia. / Kate Tomas, IRIN

“Respondiendo a los que cruzan nuestras fronteras nos ponemos en la vanguardia de la misión”, cree Paul Sydnor, uno de los organizadores de las mesas redondas que tendrán lugar en Catania, Italia (del 8 al 12 de febrero de 2016), con Refugee Highway Partnership (RHP).

Participarán en el encuentro más de 75 personas de 15 países, “dos tercios de ellos son trabajadores con experiencia con refugiados”. Compartirán sus experiencias y buenas prácticas para servir mejor a los refugiados que llegan a Europa. La RHP de Europa se ha estado reuniendo desde 2003, “este es el 13º encuentro consecutivo”, explica Syndor.

 

Refugee Highway Partnership comenzó con un encuentro en Izmit, en 2001.

Los 4 días en Catania (Sicilia) incluirán perspectivas bíblicas, planificación de ministerio, workshops sobre temas especiales, tiempos de oración, testimonios (gente que fue refugiada en el pasado compartirá sus historias) y tiempo de networking.

 

“LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN INFLUENCIAN CÓMO LA GENTE SE SIENTE CON LA CRISIS”

Paul Sydnor ha trabajado durante 30 años en varios lugares de Europa con refugiados y gente en busca de asilo, y ahora es el director europeo de la Asociación Internacional para Refugiados (IAFR).

Cree que “los medios de comunicación han influenciado de forma significativa a cómo la gente ve y siente la crisis”. “Desafortunadamente”, dijo a Evangelical Focus, los cristianos “más a menudo de lo que se piensa, ven los problemas con los miedos y preocupaciones de aquellos que les rodean.” 

“Por un lado, los cristianos están movidos por el amor y compasión de Dios para acoger al extranjero cueste lo que cueste. Por otro lado, también están movidos por su sentido de responsabilidad al obedecer el estado, proteger la iglesia y perseguir la paz, lo que a la vez excluye a otros”, dice. 

¿Deberían los otros países de Europa seguir el ejemplo de Dinamarca y Suiza, que requisan los bienes de los refugiados que llegan a sus fronteras? Syndor cree que se necesita equilibrio. “Deberíamos intentar establecer y potenciar relaciones recíprocas, con las que los refugiados pudieran tanto dar como recibir”.

 

Pregunta. ¿Qué es la asociación para refugiados Refugee Highway Partnership y cuál es la vuestra visión?

 

Paul Syndor.

Respuesta. La RHP empezó en 2001 con 200 personas que se juntaron en Izmir, Turquía, para debatir sobre cómo podrían colaborar mejor para lograr más cosas. La RHP funciona como una red y su objetivo no es tanto organizar el ministerio, sino compartir recursos y aprender con tal de adquirir estrategias y equipar iglesias y organizaciones desde la raíz. Funciona bajo la tutela de la Alianza Evangélica Mundial. 

En Europa, además estamos también asociados con la Alianza Evangélica Europea y con la Asociación de Misión Evangélica Europea. Promocionamos el Domingo Mundial del Refugiado (World Refugee Sunday), este año el 19 y el 26 de junio; ofrecemos un encuentro en mesa redonda anual; e intentamos equipar ministerios con información de oración y otros recursos y formación. La Alianza Evangélica Europea ha ofrecido la plataforma el año pasado para ayudarnos a abordar algunos de la red y a necesidades de recursos como consecuencia de la presente crisis en Europa.

 

P. ¿Cuál es el perfil de los ministerios, expertos, iglesias, que participarán en las mesas redondas del 2016? 

R. Los participantes vienen de más de 15 países de toda Europa. Dos tercios de ellos desde organizaciones de ministerio con refugiados y los restantes son de iglesias. Aproximadamente dos tercios de los participantes tienen experiencia trabajando con refugiados, y hay algunos que acaban de empezar. También contamos con algunos que fueron refugiados en el pasado. 

 

P. Hay más participantes este año en la conferencia anual. ¿Qué ha pasado en 2015 que ha llevado a más cristianos a interesarse en los temas que se debatirán?

R. Ha habido un aumento en el encuentro estos 3 últimos años. El año pasado fuimos 60 personas y este año seremos más de 75. Casi la mitad de los que vienen han estado en al menos un encuentro de mesa redonda anterior, así que esperemos que esto sea una señal de que la gente quiere volver. Sin duda, la crisis de refugiados y la gran afluencia de refugiados han hecho que algunas personas busquen información y formación sobre los temas. Por ejemplo, tenemos representantes por primera vez de Hungría, Montenegro y Suecia. La mayoría de los que vienen por primera vez se enteraron por el boca a boca de otros.

P. ¿Crees que los cristianos tienen una visión bíblica clara de cómo deberíamos responder a cada una de las miles de personas y familiares que llegan a nuestras fronteras? 

R. Desafortunadamente, creo que el cristiano medio no ve al extranjero que llega a nuestros países con los ojos de Dios. Creo que a menudo no ven los problemas que tengan que ver con los miedos y preocupaciones de aquellos que les rodean. Para muchos, los refugiados y gente en busca de asilo están relacionados con problemas políticos y sociales, y por lo tanto no tienen que ver con las preocupaciones de la iglesia. Nada más lejos de la realidad. Tanto si consideras la misión de Dios, la Palabra de Dios o la visión de Dios, las naciones y amar al prójimo siempre han estado en el corazón de Dios.

No solo estamos en una era de migración y desplazamiento, sino que respondiendo a los que cruzan nuestras frotneras nos ponemos en la vanguardia de la misión. Al cruzar las fronteras, se mezclan grupos de gente y tenemos que ver más la misión de acuerdo a los problemas que también cruzan fronteras. Este tipo de visión me parece emocionante porque creo que refleja de forma más precisa el reino de Dios.

 

P. ¿Por qué vemos a veces en Europa una división entre los cristianos que piensan que los refugiados son inmigrantes forzosos por los que nos tenemos que preocupar (e invertir dinero, etc.) y los que ven su llegada como una amenaza a nuestros valores cristianos?

R. Por un lado, los cristianos están movidos por el amor y compasión de Dios para acoger al extranjero cueste lo que cueste. Por otro lado, también están movidos por su sentido de responsabilidad al obedecer el estado, proteger la iglesia y perseguir la paz, lo que a la vez excluye a otros. Creo que estas divisiones ocurren cuando perdemos nuestro sentido de una fe equilibrada. Algo que es muy útil para encontrar el equilibrio en relación con la gente desplazada es observar la realidad. Estas divisiones ocurren cuando no estamos al día de la realidad. A mí me ayuda preguntarme, ¿cuál es la realidad que hay detrás de lo que escuchamos, y cuál sería una respuesta realista?

 

P. ¿Qué piensas sobre el confiscamiento de los bienes de los refugiados que llegan a países como Dinamarca y Suiza?

R. La idea de hacerse con los bienes de los refugiados me genera varias preguntas en la mente. Contradice la noción de un refugiado que lo ha perdido todo. Hace que me pregunte si los oficiales tienen algún motivo para creer que se aprovecharán del estado, y que los refugiados solo vienen para aprovecharse del sistema. ¿De dónde viene esta idea? ¿Cuál es la realidad? ¿Cuántos bienes tienen los refugiados a los que puedan renunciar de forma realista?

 

IAFR.

Hay dos ideas importantes con las que rebatiría este debate. La primera es que la mejor solución entre refugiados y comunidades anfitrionas es la reciprocidad. Deberíamos intentar establecer y potenciar relaciones recíprocas, con las que los refugiados pudieran tanto dar como recibir. Es importante esperar que los refugiados devuelvan algo a la sociedad y comunidad que los acoge. Los que conocí y acogí quieren contribuir. De la misma manera, ¿qué podemos hacer para animarles a dar y ser recíprocos de una forma digna? Parte de la idea de reciprocidad es que la gente enseguida copia y sigue lo que ve a su alrededor.

La segunda idea es que un buen sistema de asilo debería promover y defender nuestra humanidad común formada alrededor de principios de libertad, igualdad, paz y justicia. Esta es la base de Europa. No es solamente la responsabilidad de establecer comunidad para ofrecer estas piedras angulares, sino que los que llegan también son responsables de respetar a sus iguales en un acuerdo mutuo. La idea de una humanidad común no sobrevive con la tolerancia. Más bien florece a través del enriquecimiento de expectativas, valores y responsabilidades que contribuyan a ello. Creo que desarrollando estas dos ideas se hará un gran avance hacia el encuentro de un sistema y responsabilidad mutuos donde todo el mundo sale beneficiado.

 

P. Si miras hacia atrás a cómo se trató en los medios de comunicación la crisis europea de refugiados, ¿qué conclusiones sacarías?

R. Creo que hemos visto cómo los medios de comunicación han influenciado en gran manera cómo la gente ve y siente la crisis. A veces me pregunto si realmente están contando los hechos y sucesos o si solo están contando y enseñando lo que alimentará los miedos y sentimientos de la gente. He aprendido a preguntarme cuál es el contexto y realidad alrededor de una noticia. No es verdad que los medios de comunicación sean objetivos. Me ha ayudado más cuando dejan claras sus suposiciones y opiniones. Cuando no queda claro, creo que los medios de comunicación hacen daño por la influencia que causarán.

 

SOBRE PAUL SYNDOR

Junto a otras 4 personas, Paul Syndor sirve en el liderazgo del equipo de la asociación RHP Europa. Los que participan en la RHP vienen todos de organizaciones e iglesias diferentes.
Paul sirve como el director europeo en la Asociación Internacional para Refugiados (IAFR). “Somos una ONG internacional pequeña establecida en los Estados Unidos, con el objetivo de ayudar a las iglesias locales en particular para formar parte del ministerio de los refugiados.”

Él es de los Estados Unidos, pero ha trabajado desde 1985 en varios lugares de Europa con refugiados y gente en busca de asilo. Su mujer es de Alemania y tienen tres hijos mayores que crecieron en cuatro culturas y países distintos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - “Nos cuesta ver al extranjero con los ojos de Dios”