“Manolo López defendía la acción evangélica en la sociedad, salir del gueto”

Jordi Torrents escribe ‘Primer Plano’, una biografía del periodista y fotógrafo Manuel López, fallecido hace un año.

Daniel Hofkamp

PONTEVEDRA · 23 DE DICIEMBRE DE 2015 · 21:15

'Primer Plano, Manuel López'. Jordi Torrents, Ed. Juan Triviño (Noufront).,
'Primer Plano, Manuel López'. Jordi Torrents, Ed. Juan Triviño (Noufront).

Manuel López nos dejó hace casi un año. Un cáncer se lo llevó, de forma prematura, como casi siempre sucede con la “maldita” enfermedad. Sin embargo su memoria sigue viva. En sus fotos, en sus artículos –muchos de ellos pudimos disfrutarlos en Protestante Digital- y ahora, quizá con más intensidad, en Primer Plano, la biografía escrita por Jordi Torrents, con la edición de Juan Triviño.

Hace unos días se realizó la presentación en Dénia, su último hogar aquí antes de partir al de más arriba. Casi un centenar de personas se acercaron para degustar el recuerdo de Manuel López.

 

Jordi Torrents, en la presentación del libro en Dénia, el pasado 12 de diciembre.

En la misma Dénia, hace algo más de doce meses, estaba Jordi Torrents con Manuel López, conversando durante muchas horas en profundidad. La entrevista -de la que publicamos un “adelanto” gracias al autor- ha sido la base de este libro, que recorre la vida de Manuel López: su infancia, su conversión al protestantismo, su mirada particular de la Transición, su compromiso vital con Cristo o su visión de la política.

Hablamos con el autor, el periodista Jordi Torrents.

 

Pregunta. Hace un año publicaste en Protestante Digital un fragmento de la entrevista que tuviste con Manuel, poco antes de fallecer. ¿Cómo ha evolucionado hasta convertirse en este libro?

Respuesta. La verdad es que nació al revés. Manolo estaba ya muy enfermo de cáncer cuando contacté con el presidente de la UEBE, Andreu Dionís, y con el editor Juan Triviño para preguntarles si alguien había pensado en la posibilidad de escribir un libro sobre él. Les gustó la idea, pero el problema es que nos despertamos un poco tarde. Contactamos con la familia y con él mismo para proponer la posibilidad de ir a pasar unos días a su casa y llevar a cabo una extensa entrevista que pudiera convertirse en libro. A Manolo, a pesar de su fatiga, le encantó la idea. Manolo nos tenía acostumbrados a entrevistas extensas y brillantes en la revista El Eco Bautista (en una sección llamada Café para todos) y no había mejor homenaje que fuera él el protagonista de una. La que se publicó en Protestante Digital, pues, no es más que una pequeña parte de las muchas horas de conversación que tuve el privilegio de tener con él en su casa, en Denia. Hablo de finales de noviembre del 2014; tenía unos días libres en el trabajo y para allá que me fui, con la sensación de enfrentarme a la entrevista más completa y extensa que jamás he hecho. Todo un lujo y un placer. Piensa que, por desgracia, él falleció apenas un par de semanas más tarde, el 12 de diciembre. Él mismo se lamentaba de no haber tenido esas conversaciones antes, cuando contaba con más fuerzas e iba acompañándolo de un "mecachis" muy característico. Pactamos que el libro tuviera un estilo parecido al de una biografía (aunque sin serlo), en primera persona, sin el formato de entrevista (es decir, con un texto reelaborado a partir de sus palabras).

 

María Rosa Medel (Juan Triviño y Antonio Calero detrás).

P. Manuel López, como buen periodista, dedicó su vida profesional a contar las historias de otros, antes que la propia. ¿Te has llevado muchas sorpresas al acercarte a su figura?

R. Más que sorpresas, constatar la fuerza de una vida en la que ha tenido un peso similar su vocación profesional (el periodismo, especialmente la fotografía, aunque también escribió miles de artículos durante su carrera), su fe (se convirtió y bautizó en Alemania, país al que emigró en los 60 con su familia) y su compromiso social y político. Bueno, quizá este último punto sea el que más sorpresas pueda aportar, teniendo en cuenta que lo defiende en un entorno, el protestante, que todavía cuenta con sectores reacios a acercarse al mundo político, tergiversando aquél versículo bíblico que habla de la gente "del mundo" (el concepto que, curiosamente, más me sorprendió cuando yo me convertí a los 26 años; desde el principio tuve claro que yo formaba parte del mundo, y descubrí que era un tema que también apasionaba a Manolo).

Descubrí (o redescubrí) a un apasionado de una etapa de la historia de España al que se han dedicado menos capítulos que otros, el de la Transición. Esos años fueron los más prolíficos en su tarea como periodista y fotógrafo, y llama la atención como siguió las dos transiciones. Siguió, claro, la Transición "oficial", la política (tiene retratos espléndidos de personajes como Felipe González, del que fue gran amigo, Manuel Fraga, Tierno Galván o Adolfo Suárez, sin olvidar su foto más popular, la única que pudo hacer en el Congreso de los Diputados durante el intento de golpe de estado con Tejero al frente, una foto que cuenta con unas anécdotas espléndidas y deliciosas). Y siguió (y fueron pocos los que lo hicieron) la otra transición, la social, la de la calle, la del día a día: así, recorrió toda España retratando a jornaleros, las primeras playas nudistas, pastores, emigrantes, servicios de Urgencias y otros episodios que nos regalan imágenes únicas.

 

Jorge Pastor y el alcalde de Dénia, Vicent Grimalt.

P. Decías en aquel reportaje, que eres un “admirador de don Manuel”. ¿Cuáles son las características que te hicieron admirar su labor y su persona?

R. Su pasión y su eclecticismo. Con él podías hablar de fotografía, de periodismo, de política, de sociedad, pero también de fútbol o de vinos. Bueno, yo de vinos no. En una charla intentó explicarme la diferencia entre no se qué denominaciones y acabó diciéndome: "¿Tú no entiendes de vinos, verdad?'", "Pues no", "Ya se nota". Eso sí, sobre fútbol teníamos largos debates, y eso que él era fan acérrimo del Real Madrid y yo del Barça, pero pude comprobar que aquello de la rivalidad sana no es un mito, que existe. Eso sí, tenía el corazón dividido entre el Madrid y el Dépor, club al que yo también admiro desde los tiempos de Fran, Bebeto y Mauro Silva.

Admiro su capacidad narrativa (tanto al redactar como al hacer fotos) y su famoso espíritu crítico. Hipercrítico, diría yo. No toleraba las políticas que no tienen en cuenta los programas sociales, ni los años oscuros de la dictadura (hay un episodio espectacular con el famoso policía Billy el Niño), pero tampoco el victimismo de parte del mundo evangélico. Sí, tenía claro que durante el franquismo se vivieron años de silencio y represión (retratados en su imprescindible libro La España protestante, de 1976, y del que tenía prevista una segunda parte que nunca pudo convertir en realidad), pero también lamentaba lo que él llamaba un cierto "quietismo social" o "escapismo pietista", que le llevó incluso a no poder conseguir datos exactos de todas las iglesias y capillas que había en España en ese momento. Defendía, pues, la participación en la sociedad, en todos los sentidos, para salir del gueto.

Y todo, con un sentido del humor muy personal, muy gallego.

 

P. Como escritor, ¿es tu primer acercamiento al género biográfico? ¿Te ha sido difícil?

R. Hasta ahora había publicado tres novelas, un libro de relatos y otro de divulgación. El de relatos, eso sí, sí que contaba con una parte de biografía, ya que se trataba de cuatro historias basadas en casos reales de niños con autismo y sus familias. Ahí ya había un primer acercamiento, aunque no era explícita la identidad de cada persona. Primer plano es la primera incursión más cercana a lo que sería una biografía, aunque tampoco me atrevo a definir el libro como tal. Ítalo Calvino escribió que "las ciudades no existen, son conjunto de memorias y deseos, lugares de trueque, no solo de mercancías, sino de palabras, de deseos, de recuerdos". Primer plano es un poco eso. No es una biografía, no es un libro de memorias, ni de vivencias. Y lo es todo al mismo tiempo. No me atrevo a ponerle una etiqueta. Pero tampoco lo pretendo. Cuando el texto estuvo escrito lo leyeron los hijos (Ismael, que también ha diseñado la portada; Pablo, que ha hecho la selección fotográfica que también incluye, y María, que ha revisado el texto) y la esposa, María Rosa Medel, para ir acotando al máximo que se usaran expresiones tal como Manolo las hubiera dicho y para confirmar la veracidad o exactitud de lo que se cuenta. Pero también lo leyeron otras personas. Una de ellas, que estuvo en la presentación, me dijo el mejor elogio posible: "Lo leí sin poderlo dejar. Y en todo momento tenía la sensación de que era Manolo el que me estaba hablando".

 

Rubén Bruno (presidente UEBE) y Manuel Sarrias.

P. Si nos puedes contar cómo conseguir Primer Plano, y si hay alguna otra presentación en agenda…

R. La verdad es que se ha hecho una tirada relativamente corta (creo que son 1.000 ejemplares) y está pensado para ser vendido durante las presentaciones que se lleven a cabo y en aquellas iglesias dónde Manolo tenía un vínculo más especial, como la Primera Bautista de Madrid (en calle Lacy) o La Trinitat de Denia. Los beneficios del libro se destinan a la Asociación Española Contra el Cáncer, tal como decidieron él mismo y su esposa María Rosa Medel. El 12 de diciembre (justo el día del aniversario de su muerte) hicimos una presentación en Denia, que más que una presentación de un libro se convirtió en un homenaje; me sorprendió ver como asistieron más de 80 personas, entre los que estaban el alcalde de Denia, Vicent Grimalt; el nuevo presidente de la UEBE, Rubén Bruno (que vino desde Almería); el presidente de FEREDE, José Luis Andavert, y hasta el equipo de médicos que le atendió durante su enfermedad. Su hijo Ismael mandó un vídeo (vive en Los Ángeles), al igual que su hijo Pablo (ahora residente en Puebla, México), mientras que María sí que pudo asistir. Fue un acto precioso, presidido por los pastores de Denia (y grandes amigos de Manolo), Antonio Calero y Jorge Pastor, y donde también pudimos hablar María Rosa Medel, Juan Triviño y yo. Fue emocionante el final, ya que nos despedimos con la música favorita de Manolo, los Aires de Pontevedra, una música que tenía que sonar en su funeral y no se pudo hacer. Y, claro, despedidos con unos vinos, tal como Manolo hubiera preferido.

 

“Manolo López defendía la acción evangélica en la sociedad, salir del gueto”

Está prevista una segunda presentación, todavía sin fecha, que ha pedido la Diputación de La Coruña, que en su biblioteca cuenta con una sala llamada Manuel López (coruñés de origen), ya que cedió unos 6.000 volúmenes de su colección particular, especialmente de libros de fotografía. El libro también se puede adquirir a través del editor, Juan Triviño ([email protected]) o de mi mismo ([email protected]).

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cultura - “Manolo López defendía la acción evangélica en la sociedad, salir del gueto”