"¿Quién se da cuenta de sus propios errores?" Salmo 19:12

Leonard Mitchel fue un gran jugador de baloncesto que llegó para jugar en el Collado Villalba en la liga española. Casi tan pronto como llegó, los directivos le dieron un coche para ir a los entrenamientos en un pabellón que se encontraba a 40 Km de donde vivía."/>

Expertos en buscar culpables

"¿Quién se da cuenta de sus propios errores?" Salmo 19:12

Leonard Mitchel fue un gran jugador de baloncesto que llegó para jugar en el Collado Villalba en la liga española. Casi tan pronto como llegó, los directivos le dieron un coche para ir a los entrenamientos en un pabellón que se encontraba a 40 Km de donde vivía.

12 DE FEBRERO DE 2009 · 23:00

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La primera vez que llegó con el coche le dijo a su presidente: "voy a comprar yo uno, porque este va muy despacio y echa mucho humo". El presidente se extrañó por cuanto era un coche nuevo y bastante caro, pero cuando lo vio conducirlo, comprendió todo. Leonard nunca había tenido un coche de 5 marchas y fue desde su casa al pabellón con la primera marcha puesta y, lógicamente, sin lograr sobrepasar los 50 Km hora. Todos los coches que había conducido eran automáticos. ¡Alto! No te rías tanto del pobre Leonard. Seguro que si todos supiesen aquella vez que tú... Sí, todos hemos metido la "pata" muchas veces. No hay una sola persona en el mundo que no haya cometido equivocaciones en su vida, lo peligroso no es equivocarse: lo realmente peligroso es no reconocerlo. Somos expertos en buscar culpables de nuestras equivocaciones. Desde el mismo Adán que reaccionó echándole la culpa a su mujer ("la mujer que me diste...") hasta nosotros. La historia está llena de personas que nunca supieron reconocer sus errores. ¿Cuántas veces has escuchado estas palabras? : "Yo no sabía" "Fue él que...”, "No pude evitarlo...", "Si alguien me lo hubiera dicho......", "Cualquiera, en mi situación, hubiera hecho lo mismo... ", "Yo soy así...” La gente inventa lo que sea antes de reconocer sus propios errores. Dios dice que los “pobres en espíritu" son felices. Un pobre en espíritu es aquel que sabe que necesita aprender, uno que es capaz de reconocer sus errores, uno que es capaz de pensar en cada situación que quizás es él el que está equivocado. Todos los sabios son en cierta manera "pobres en espíritu” porque un sabio es aquel que sabe rectificar sus errores y aprender de ellos. Nuestra capacidad para crecer en la vida espiritual depende de sí somos capaces de reconocer y rectificar nuestras equivocaciones. Nuestra capacidad para vencer al enemigo depende de sí sabemos ver nuestros puntos flacos, pedirle a Dios que los rectifique y considerar que, en muchas situaciones, los errores son nuestros. Por otra parte, Dios nunca va a cometer una equivocación, así que más vale que seamos sabios y ante cualquier situación dudosa debemos preguntarnos: ¿Me habré equivocado?

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