Muerte digna y eutanasia, se reabre el debate público

El caso de la menor con una enfermedad degenerativa para quien sus padres solicitaron la retirada de la alimentación genera controversia en España.

Redacción PD

Evangelical Focus, El Mundo, El País · SANTIAGO DE COMPOSTELA · 05 DE OCTUBRE DE 2015 · 17:53

El debate sobre la eutanasia está activo en varios países en Europa. / HuffPost,
El debate sobre la eutanasia está activo en varios países en Europa. / HuffPost

El equipo médico pediátrico que atiende a Andrea Lago Ordóñez ha accedido a retirar la alimentación artificial que la mantiene con vida y en las próximas horas empezarán a suministrarle sedación con el fin de facilitar la muerte de la menor, de 12 años y con una enfermedad neurodegenerativa irreversible.

La salud de la menor ha empeorado en los últimos días, según sostiene la familia de la pequeña y reconoce el equipo médico que la atiende este lunes.

Los padres pedían que “dejaran morir a su hija tranquilamente” porque veían que ya su cuerpo no aguantaba más, que ya no había nada que hacer y que “el final todo el mundo sabía cuál era”. Sin embargo, los pediatras del centro argumentaban que estaban aplicando una terapia adecuada, refrendada por un auto judicial del mes de julio, y que no estaban incurriendo en “obstinamiento terapéutico”.

 

UN DEBATE COMPLEJO

Cada vez que se produce un caso como este se reabre en el ámbito social e informativo el debate sobre la muerte digna y la eutanasia.

Sin embargo no todos los términos relacionados con este asunto son sinónimos, sino que hay matices importantes y diferencias.

Como explicaba un reportaje en El Mundo, la “muerte digna” es la que se produce “con todos los alivios médicos adecuados y los consuelos humanos posibles. No es equivalente a la eutanasia, porque no es una muerte bajo petición ni a demanda”.

En cuanto al suicidio asistido, es “el paciente el que acaba con su vida” tras recibir “de forma intencionada y con conocimiento los medios necesarios para suicidarse”.

Por último, la eutanasia cuenta con diversas definiciones, pero para el experto en bioética Antonio Cruz, una de las más adecuadas es: “Muerte indolora infligida a una persona humana, consciente o no, que sufre abundantemente a causa de enfermedades graves e incurables o por su condición de disminuido, sean estas dolencias congénitas o adquiridas, llevada a cabo de manera deliberada por el personal sanitario, o al menos con su ayuda, mediante fármacos o con la suspensión de curas vitales ordinarias, porque se considera irracional que prosiga una vida que, en tales condiciones, se valora como ya no digna de ser vivida”.

Suele distinguirse entre eutanasia activa -la que busca terminar con la vida del enfermo-, de la eutanasia pasiva -sólo pretende eliminar o disminuir los sufrimientos aunque de ello se pueda derivar indirectamente el acortamiento de la vida-. “En nuestra opinión este segundo tipo no debería considerarse como auténtica eutanasia ya que, en realidad, no persigue el fin prioritario de dar muerte al paciente”, aclara Antonio Cruz.

En el caso de Andrea es aún más complejo al tratarse de un menor, al que sus padres quieren retirar la alimentación y que -en un principio- se encontraron con la oposición de los médicos.

 

DEBATE EN EUROPA

El candidato a la presidencia del PSOE, Pedro Sánchez, expresó recientemente en una entrevista que está dispuesto a llevar el debate sobre eutanasia y muerte digna al Congreso en la próxima legislatura.

El debate sobre suicidio asistido en el ámbito político se ha dado recientemente en Reino Unido, donde el Parlamento votó en contra de una medida para permitir que los adultos con enfermedades terminales puedan poner fin a su vida con supervisión médica. Es la tercera vez que dicha legislación no se rechaza, desde 1997.

La Alianza Evangélica de Reino Unido se opuso a la norma y exhortó a los creyentes a escribir cartas a sus representantes para hacerles saber sus preocupaciones. 

También en Francia, en abril de este año, se aprobó una ley sobre el final de la vida que legalizaba la sedación continua y permanente de los pacientes terminales, una norma que para presidente de la Comisión Protestante Evangélica de Ética puede utilizarse tanto para bien como para mal. “¿Se usará sistemáticamente la sedación terminal? ¿Ayudará la nueva ley a que se produzca la eutanasia a escondidas? Hemos visto éste fenómeno en los Países Bajos. Tendremos que estar muy atentos a los decretos que aplicaran esta ley. Por otra parte, existe el riesgo de detener el desarrollo de los cuidados paliativos. Es mucho más fácil sedar a alguien que escuchar a aquellos que sufren”, explicaba hace unos meses Luc Olekhnovitch.

Para conocer más en profundidad una perspectiva evangélica sobre la eutanasia pueden leer esta entrevista con Antonio Cruz, previa a la celebración de las III Jornadas sobre Bioética celebrada en 2011 o escuchar el audio a continuación:

 

 

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