Crisis de refugiados deja Hungría “muy dividida”

Dos pastores evangélicos en Szeged comparten sus puntos de vista poco antes del cierre de fronteras. El país “necesitará a la iglesia para ayudar a integrar y aceptar a los refugiados que se quedan”.

Joel Forster

Evangelical Focus · SZEGED (HUNGRÍA) · 22 DE SEPTIEMBRE DE 2015 · 15:51

El campo de refugiados en Rozske, antes de ser desmantelado la pasada semana. / K. Eckhart,refugiados hungria
El campo de refugiados en Rozske, antes de ser desmantelado la pasada semana. / K. Eckhart

Hungría cerró sus fronteras a los refugiados hace una semana, el pasado martes día 15, y arresta a cualquiera que trata de entrar en el país ilegalmente. ¿Qué ocurrió en esos últimos días? ¿Cuáles son las perspectivas de los cristianos que viven en el país?

Dos pastores de las iglesias evangélicas en Szeged (Hungría) compartieron con Evangelical Focus sus impresiones de lo que han vivido.

“En los últimos días hubo un aumento de grupos de refugiados tratando de evitar a la policía. Hemos visto a gente caminando por la antigua carretera a Budapest; y otros siendo recogidos por la Policía”, explicaba Andy Cheesman, pastor de una iglesia pentecostal en Szeged.

“El domingo (día 13), se produjo un flujo masivo de personas en el área de refugio temporal al lado de la estación de tren de Röszke, junto a la frontera. A las 2 de la madrugada del lunes comenzó el envío masivo de refugiados en los autobuses de la ciudad. A las 10 de la mañana el sitio estaba cubierto en un 40 por ciento y por la tarde, hacia las 17:00, el sitio era un pueblo fantasma, con organizaciones, iglesias y ONG empacando y trabajando para trasladarse a la parte serbia”.

 

Un punto de recogida de alimentos junto a la estación de tren de Szeged. / K. Eckhart

“Todo el mundo está cansado: los migrantes, la policía y los voluntarios”, añade Kyle Eckhart, otro pastor sirviendo en Szeged y que ha vivido en el país en los últimos 20 años.

En ocasiones, han surgido tensiones, ya que “grupos civiles han estado ayudando y mucha de la ayuda humanitaria que ha llegado se ha desperdiciado. Es decir, los migrantes reciben alimentos, agua, tiendas de campaña, y luego tan pronto como se desplazan lo dejan todo atrás. Lo que no quiere decir que no aprecien lo que se les ha dado”.

 

VARIAS IGLESIAS HÚNGARAS TRABAJAN SIN DESCANSO

Los cristianos no han sido ajenos a la situación. "Hemos recogido dinero, alimentos y artículos de primera necesidad para distribuirlos en la estación de tren (donde los refugiados anteriormente estaban siendo trasladados en trenes) y más recientemente directamente al campamento de Röszke”, explica Cheesman.

“Otras iglesias han estado trabajando más de 18 horas distribuyendo ayuda y proporcionando alojamiento temporal”.

Pero ha sido “muy difícil y frustrante para las iglesias locales”, especialmente para "los líderes, ya que los recursos limitados significa que todos tenemos uno (o más) trabajos de tiempo completo que han limitado directamente la oportunidad de ayudar”.

Eckhart añade: “Nosotros como iglesia (una pequeña iglesia) hemos estado llevando lo que podemos, cuando podemos, a un grupo de voluntarios que han estado haciendo un buen trabajo liderando los esfuerzos para ayudar a los inmigrantes en la estación de tren de Szeged”.

Otras denominaciones también han dado en abundancia: “Cuando la situación explotó en la frontera muchas de las iglesias nacionales (que tienen mucha más mano de obra y recursos) se involucraron en la crisis. Han establecieron tiendas, con sus voluntarios distribuyendo ayuda a los migrantes”.

 

APOYO CIUDADANO A LOS REFUGIADOS

¿Cuál ha sido la actitud de los ciudadanos húngaros hacia los refugiados que llegan? “Muchos húngaros han sido muy generosos con su tiempo y dinero”, dice Andy Cheesman. “Todo el apoyo a los refugiados ha venido de la sociedad civil, con gente que ha tendido la mano a otros seres humanos”.

“El gobierno directamente no ha estado involucrado en ayudar, solamente en el ámbito policial, seguridad de las fronteras y el transporte de los refugiados en todo el estado. El comportamiento de la policía y de los refugiados ha sido ejemplar”, opina Cheesman.

Andy, cuya esposa trabaja como profesora en la Universidad de Szeged, comparte cómo “incluso los estudiantes internacionales, incluyendo estudiantes de medicina de la universidad local, han estado ayudando en particular con la traducción”.

 

“LA MAYORÍA DE LOS HÚNGAROS ESTÁN DIVIDIDOS”

Pero no todo el mundo es tan positivo. Cuando se trata de cómo manejar la crisis de los refugiados, muchos apoyan las políticas restrictivas del primer ministro Víctor Orban.

“Creo que la mayoría de los húngaros están indecisos”, dice Kyle, profesor de Inglés en una escuela secundaria bilingüe. “He hablado con muchos en nuestra iglesia y también con las personas con las que trabajo. Ellos están indecisos porque quieren ayudar a los migrantes, pero tienen miedo de los malos elementos que podrían estar viniendo y creen que muchas de estas personas tienen exigencias, cuando cruzan la frontera de manera ilegal”.

 

INFORMACIÓN EN MEDIOS: ¿EXTREMA DERECHA?

Eckhart cree que los medios de comunicación internacionales “no han hecho un muy buen trabajo describiendo a Hungría y su gobierno”.

“Aunque no estoy de acuerdo con todo lo que hace este gobierno actual, creo que Hungría ha sido tratado injustamente en lo que respecta a esta crisis. Todo lo que uno oye hablar en los medios de comunicación es como el gobierno de 'extrema derecha' erigió este muro en la frontera de Serbia”, piensa.

“Lo que no se escucha es que hay leyes para los refugiados en la UE. La legislación de la UE establece que un solicitante de asilo debe registrarse en el país en el que entra en la UE”.

 

Las tensiones surgieron entre los refugiados y la policía. / Delmaghyar

Grecia, dice Eckhart, no ha cumplido sus deberes. Así, la “parada siguiente es Hungría”. Lo que el gobierno húngaro quiere, según Eckhart, “es buscar asilo para los refugiados en las fronteras internacionales. Los refugiados no quieren acceder a este registro porque piensan que van a tener que quedarse en Hungría. Así que entiendo a los migrantes por querer abandonar su países de origen para huir de la guerra y buscar una vida mejor para sus familias, pero también entiendo que el gobierno húngaro trate de proteger sus fronteras y las actuales leyes de la UE”, dice Eckhart.

Cheesman está de acuerdo en el hecho de que la sociedad húngara está “muy dividida” en este tema. Pero su punto de vista es diferente. “Los húngaros son pobres, pero no tan pobres como piensan”.

También es cierto, admite Cheesman, que “el número de personas que vienen es abrumador - el número de refugiados es equivalente a 1,2% de la población nacional y más o menos igual a la población de Szeged. Sin embargo, Hungría ha sufrido una migración económica masiva al oeste con un gran número saliendo para ir a Alemania e Inglaterra”.

 

COBERTURA MEDIÁTICA LOCAL

¿Qué está ocurriendo con las emisoras y periódicos húngaros? Los medios de comunicación nacionales, piensa Cheesman, “sólo se han centrado en los puntos de vista extremistas de línea dura y estado jugando con el miedo y la falta de entendimiento”.

Los medios de comunicación nacionales están vinculados al partido que gobierna, así que se da una visión favorable sobre las acciones de Viktor Orban.

“Hay una fuerte presentación de los medios correlacionando Islam, refugiados y terrorismo. Esto alimenta el miedo, la preocupación y el odio”, piensa Cheesman. “La mayoría de la gente busca en los medios de comunicación extranjeros para obtener una imagen real”.

Desde el jueves Hungría ha cerrado completamente la frontera con Serbia.

 

EVANGÉLICOS: TRABAJANDO POR “OBJETIVOS COMUNES”

Ante la complejidad de la situación, ¿qué pueden hacer los cristianos? “En primer lugar, trabajar juntos por objetivos comunes”, dice Cheesman. “Hay una tendencia de las personas e iglesias a trabajar para sí mismos, mostrando la forma en que están haciendo la diferencia. Ha sido alentador ver que algunos grupos tienen recursos comunes y unen esfuerzos”.

Los cristianos deben saber cómo “comunicar esta situación con compañeros de trabajo y familiares. Hungría es un lugar muy monocultural, necesitará a la iglesia para ayudar a integrar y aceptar a los refugiados que se queden en la cultura húngara”.

Eckhart está de acuerdo en el hecho de que “las iglesias evangélicas pueden ser sal y luz al trabajar juntas, y deben seguir dando un vaso de agua fría a los necesitados, en nombre de Jesús”.

“El desafío es cómo avanzamos ahora”, concluye Cheesman. “No está mal hacer el trabajo a corto plazo en la frontera cuando la gente se mueve con rapidez, pero ¿cómo vamos a responder a un desafío que podría durar años?”.

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