Migración

Debemos ser testigos contra ellos, llamarlos por nombre, y procurar que no gobiernen. Hoy los salteadores son los estados, con sus intereses.

20 DE SEPTIEMBRE DE 2015 · 14:40

Refugiados tras la 2ª Guerra mundial.,
Refugiados tras la 2ª Guerra mundial.

Nos están vendiendo como esclavos con palabras infladas. Palabras a las que han forzado a migrar su significado por los que, como el Salmo avisa, dicen: por nuestra palabra prevaleceremos. Ya estaba desde el principio: el hombre y la mujer fueron expulsados, toda la Humanidad en ellos, migraron del paraíso, porque primero migró para ellos el significado de la palabra. El significado de lo que Dios había dicho se lo explicó el diablo, y le creyeron. Así seguimos; el significado de la realidad lo explica el diablo, por medio de sus siervos, que son tanto pensadores ateos, escépticos, agnósticos, como clérigos y predicadores de todo pelaje, y cada vez con más medios para comunicar. El príncipe de este mundo, con los suyos, fuera de la presencia de Dios. Migraron la justicia y la verdad y la reconvirtieron en palabra de muerte; y su muerte migró a todos los hombres. Polvo eres y al polvo migrarás, aunque haya quien pretenda transmigrar por ahí.

Nos venden una realidad fabricada por el mentiroso y criminal. Conviene recordarlo para luego pensar sobre ella, con la máxima prevención. ¿Se acuerdan de la 1ª Guerra, la del 14? Millones de muertes y destrucción. Luego los que ganan condenan a los perdedores, y cuentan su historia. Los actos de miseria y destrucción de los otros son condenados, los propios son elevados a la categoría de heroicos. Por el mismo hecho, según dónde estés, te cuelgan hasta morir o te cuelgan una medalla. ¿Y la 2ª Guerra? Otra vez lo mismo. Retórica, migración del sentido de las palabras; las palabras y los discursos como armas de guerra. Otra vez los clérigos siendo portavoces de la Antigua, la de la muerte en el paraíso. Y seguimos. Luego la ONU, y la OTAN. La paz y la seguridad, la garantía contra las guerras. Para lo mismo.

Ya nos acercamos a lo que ahora nos han dado. Los refugiados, los migrantes. Pero antes, para ver lo mejor posible, veamos algo de lo inmediato. Con los cambios en Rusia, y para mostrar el músculo de los vencedores de la guerra fría, se destruyó un orden político en transformación de frontera, pues tampoco estaba la cosa para darle a Rusia en su cara. La guerra de Bosnia, ¿se acuerdan? La excusa para la destrucción después de la República Federal de Yugoslavia. Conviene mirar ese tiempo y espacio, porque los refugiados actuales proceden en buena parte de ahí.

Empecemos por algo que ya nadie se acuerda, pero que es clave. Croacia se separa por las armas de la Federación a la que pertenece, y pertenece a la ONU en tanto que parte de la misma. Faltó tiempo para que el Estado de la Ciudad del Vaticano reconociera al “nuevo” estado (enero de 1992), su fiel hija católica freno y frente a la ortodoxa Serbia, con tanta historia. Alemania hizo lo propio, no podía olvidar a su fiel aliada en la guerra. Y todos los demás siguieron el paso. Pero el paso dado era nada menos que reconocer la legalidad de una parte de un Estado que se separa por las armas en contra de su propia constitución, con la cual se ha aceptado como Estado libre en la ONU. Los complejos Balcanes, la guerra Bosnia, el medio de mostrar la falta de fuerza de Rusia. Los musulmanes son luchadores por la libertad, como en Afganistán. Ya se sabe que eso de terroristas depende de contra quién disparen.

Después de tanto tiempo, todavía hay quien se pregunta por qué no interviene la ONU en este conflicto actual de refugiados. (Realmente ni siquiera puede autorizar un ataque contra el llamado Estado Islámico, ni eso.) La ONU quedó en su sitio en ese tiempo. No pudo ni protestar contra el ataque de la OTAN contra uno de sus Estados miembros. Ese momento es fundamental. Ahí debemos mirar, no hace tanto, en 1999. Ahí se publicó el mensaje internacional de que el derecho y la ley son solo la voluntad e interés de quien tiene armas y las puede usar. También hubo refugiados y migrantes, pero migró antes el sentido de las palabras, las cuales fueron revestidas a posteriori para envolver a las bombas que ya habían destruido el país. Se hizo mercadería con nosotros con palabras infladas. Hagan la prueba. Se recurrió (a posteriori, no se olvide) de la retórica de migración de los términos. Se dijo que era necesaria la intervención humanitaria para evitar otra Srebrenica. Y todos de acuerdo. Pues ya se sabe que allí se produjo “la mayor matanza desde la 2 Guerra Mundial” (esto es definición de un tribunal internacional), y se calificó la muerte de 8000 musulmanes bosnios de “genocidio” (definición oficial). Esto ocurrió en 1995. Y si no estuviéramos a la retórica de la mentira y el cinismo, a ver qué tendríamos que pensar al escuchar estas definiciones oficiales, por tribunal internacional reconocido, cuando un rato antes, en 1994, se había producido el, este sí, genocidio de Ruanda, con entre 500000 y un millón de muertos. Dejado en medio, 750000, ya es una cifra que asusta. Ni siquiera se le dio la calificación oficial de genocidio. La ONU, pues a la orden de quien ordena.

Hagan la prueba de la migración del sentido y el sentimiento inducido. ¿Qué piensan de Srebrenica? Pues ya hemos visto en la tele su significado. Solana incluso en una ceremonia de recuerdo puso ocho velas, una por cada mil. Y eso es un modelo de la maldad serbia, apoyada por Rusia, contra la bondad de los bosnios musulmanes; que no hicieron nada, solo estaban allí y los mataron. Con todo respeto para las víctimas, de uno u otro campo. Eso es una fabricación para justificar la destrucción del derecho internacional, o mejor, hacerlo súbdito de quien tiene la fuerza. Santa Srebrenica es la imagen que hizo con sus manos y luego a ella se encomendó la OTAN para justificar su actuación.

Antes del suceso, Srebrenica era una pequeña ciudad, no más de 7000 habitantes; también es el nombre de la comarca en la que se enclava. Su situación geográfica le daba importancia en los movimientos de guerra. Los distintos grupos la tuvieron en su mano. Está reconocido que el líder musulmán Naser Oric causó con sus grupos matanzas civiles contra los serbios. Este es el contexto; un lugar de enfrentamientos. Las fuerzas de la ONU le concedieron la condición de “territorio seguro”. Se agruparon en la pequeña ciudad, como táctica al amparo de esa condición, unos 60000 musulmanes bosnios, que siguieron en el ámbito de enfrentamiento. Los líderes militares musulmanes se fueron y dejaron a grupos de sus milicianos en la zona. En ese contexto, las fuerzas militares y paramilitares, en la misma cara, con toda su complejidad, de las fuerzas allí desplegadas de la ONU, mataron a varios miles de bosnios musulmanes. A esto se sumó otros varios miles de desaparecidos hasta llegar a la cifra de los 8000. Los muertos se han podido contar, los desaparecidos es un artificio para sumar. Todo, además, en una comarca, en sitios diversos. (No es lo mismo que suponer que unos soldados entran en un pueblo y matan a 8000 hombres desarmados; es un acto miserable de una guerra, pero no es lo que se nos ha vendido.) Llamar a la muerte de varios miles (las cifras de las entidades independientes varían, pero lejos de los 8000), en un contexto de enfrentamiento de guerra, la “mayor matanza desde la 2ª guerra mundial”, pues es mucho decir. Pero sirvió para lo que los del poder quisieron.

Los milicianos musulmanes, aliados, eran luchadores por la libertad. Hasta que se convirtieron en terroristas. Las torres gemelas. Bombas contra Afganistán. Luego contra Iraq; que ya se sabe, desde que le miramos a los ojos a aquel presidente de aquí, como él pidió, que allí había armas de destrucción masiva. Mentira; pero es lo que sirve a los siervos del mentiroso, desde el principio. Luego las primaveras en esos sitios árabes. Sigan haciendo la secuencia. Hasta Libia, sin olvidar Siria. Todos esos lugares, con más o menos gobiernos tiranos, se han convertido en consumidores de bombas.

Esto es solo para avisar sobre la necesidad de no tragarse la información y seguir el sentido y sentimiento que nos ordenan. Seamos libres. ¿Se acuerdan de Ucrania? Las banderitas y las canciones, con carpa de oración y todo. ¿Quién nos dijo que comerciar con Rusia era malo? Por qué se dejaron llevar cautivos, una vez más, por falta de conocimiento. Ahora tenemos a las puertas de varios países miles de refugiados. Ahora, porque ha tocado por orden de no se sabe quién. Los cientos de miles de otros lugares, África sin ir más lejos, ¿dónde estarán?

Esto de los refugiados (por supuesto, y la próxima semana, d. v., les pongo algo sobre esa condición, y la gran bendición de tener lo que aquí tenemos, con todo el afecto para los que sufren) se ha convertido en refugio moral, para salir bien parados los que no hace tanto no pararon sus gobiernos de tirar bombas y de quitar y poner súbditos en el poder aquí y allí.

Ante el drama de los refugiados (no se debe separar de los migrantes) se nos pone delante la parábola del buen samaritano. Eso está muy bien. Cuando veas por el camino al herido, cuídalo. Pero esa parábola no vale para este contexto. Pues aquí te ponen en tu puerta al herido. Es como si los salteadores, además de robar y casi matar al hombre, te lo ponen a tu puerta para que lo cures. Y encima, con un letrero pegado que diga que tiene unos derechos a los que tú te debes. Eso es lo que hacen los modernos salteadores. Lo único que procuro con esta reflexión es que no olvidemos a los salteadores, porque están en el camino como el herido. Debemos ser testigos contra ellos, llamarlos por nombre, y procurar que no gobiernen. Hoy los salteadores son los estados, con sus intereses.

Termino con un recuerdo para ciento y pico mil de aquí, cada año, que han sido asaltados y no han tenido a nadie que siquiera pasara al lado. No han tenido refugio; murieron sin nacer. ¿Cómo no acordarse de ellos y ellas, cuando tantos ellos y ellas hoy hablan tanto del derecho a vivir? Falsificación, mercadería con palabras infladas y vanas.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Reforma2 - Migración