Medir resultados de plantación de iglesias

Demasiado a menudo, los plantadores de iglesias se centran en las cosas que se pueden contar con facilidad, lo que les puede impedir ver medidas transformadoras más importantes que están estrechamente relacionadas con los conceptos bíblicos de arrepentimiento y discipulado.

  · Traducido por Joana Morales

19 DE SEPTIEMBRE DE 2015 · 08:05

Córdoba, en España, donde el autor trabajó plantando iglesias. / José García (Flickr, CC) ,cordoba
Córdoba, en España, donde el autor trabajó plantando iglesias. / José García (Flickr, CC)

Durante el tiempo que trabajé como plantador de iglesias en el sur de España (concretamente en las comunidades rurales del sur de la provincia de Córdoba, donde estuve catorce años), a menudo me hacía dos preguntas. La primera era cómo podía medir la efectividad de lo que estaba haciendo, y la segunda era qué iba a hacer con todas las cosas que Dios estaba haciendo claramente en mi comunidad y que no tenían nada que ver con mis estrategias para construir su Reino.

En algunas partes del mundo se pueden plantar iglesias en cuestión de semanas, y de ese modo los plantadores pueden evaluar fácilmente su ministerio. Plantar iglesias es un proceso lento y laborioso en muchas partes de Europa. Entonces, ¿cómo pueden medir los plantadores europeos la efectividad de su trabajo? Esta es la pregunta fundamental que pretendo abordar en este capítulo.

La primera parte de esta serie presenta los resultados de una investigación acerca de la eficacia en la plantación de iglesias que se llevó a cabo en 2011 entre plantadores de iglesias europeos. La segunda parte evalúa la eficacia de la plantación de iglesias desde una perspectiva teológica y misionológica y cuestiona qué significa para la plantación de iglesias que el lugar preeminente le pertenezca a la “missio Dei” (misión de Dios). La tercera y última parte hace uso de las cuatro marcas de la iglesia en el Credo de Nicea para sugerir cómo podrían desarrollarse medidas de eficacia más útiles.

 

PARTE UNO: LA EFICACIA DE LA PLANTACIÓN DE IGLESIAS EN EUROPA

A continuación podrán ver un resumen de una investigación mía que fue publicada por primera vez en Vista, la revista trimestral de información basada en investigaciones sobre la misión en Europa publicada por Redcliffe College [1].

 

Metodología y muestreo

La investigación se realizó a principios de 2011 en colaboración con una red abierta de plantadores europeos. Utilizamos la base de datos de eurochurch.net para ponernos en contacto con los encuestados a través de correo electrónico, y los resultados fueron recogidos mediante un cuestionario en línea auto administrado. (Eurochurch.net es una asociación que pretende involucrar a los plantadores de iglesias y a los pensadores misionales en una conversación continua sobre la misión en Europa. Esto significaba desarrollar una base de datos de las redes de plantación de iglesias, base que se utilizó para esta investigación [2]). En la investigación había tres preguntas principales:

1 ¿Utilizan los plantadores europeos herramientas específicas para medir la efectividad de su enfoque a la hora de fundar iglesias? En caso afirmativo, ¿cuáles?

2 ¿Utilizan los plantadores europeos herramientas específicas para medir su efectividad personal? En caso afirmativo, ¿cuáles?

3 ¿Utilizan los plantadores europeos herramientas específicas para medir el impacto o la influencia de la plantación de iglesias en su comunidad local?

En total, 125 plantadores respondieron a la encuesta. El noventa por ciento de los encuestados eran varones y su distribución por edades se puede ver en la figura 1. De media, tenían doce años de experiencia en la plantación de iglesias. La muestra incluía a ciudadanos de 18 países diferentes, pero hubo un claro sesgo anglosajón, ya que uno de cada tres encuestados era de origen británico y uno de cada seis era estadounidense. Había más diversidad en cuanto a su localización, ya que se mencionaron veinticuatro países europeos.

 

Edad de los plantadores de iglesias.

La pregunta acerca de la afiliación reveló una diversidad significativa en el conjunto de datos, con más de veinte denominaciones eclesiásticas diferentes, doce organizaciones misioneras y más de veinte redes de plantación de iglesias tanto locales como internacionales. No obstante, hay que señalar que veinticuatro de los encuestados dijeron que pertenecían a la iglesia bautista, y diecinueve eran misioneros de Misión Cristiana Europea (MCE) [3].

 

Resultados

Casi la mitad (58) de los encuestados dijo que utilizaba algún tipo de herramienta para evaluar la efectividad de su enfoque a la hora de plantar iglesias. La herramienta más popular era contar personas. Uno de cada seis (20) utilizaba alguna medida cuantitativa simple: el número de iglesias fundadas o de grupos establecidos, los líderes capacitados, la asistencia, las conversiones, los discípulos, los datos financieros y así sucesivamente.

La segunda herramienta más popular (13) era la evaluación de sus compañeros. Podía ser a través de una evaluación formal con compañeros o líderes, de informes ministeriales mensuales, de la participación en una comunidad de aprendizaje o de la práctica reflexiva. Otros encuestados (9) utilizaron medidas cualitativas para evaluar la salud espiritual de la nueva comunidad cristiana: la calidad del discipulado de la iglesia, el desarrollo de líderes o la salud espiritual de los participantes. Hubo uno que se fijaba en si se construían relaciones auténticas y si el amor se fomentaba y se practicaba.

Había otras dos herramientas que se utilizaban con frecuencia. Siete personas dijeron que utilizaban encuestas o cuestionarios para evaluar su trabajo[4], y otros siete medían la plantación de iglesias con objetivos, propósitos o una declaración de visión, tales como el plan estratégico de su agencia misionera o los cinco propósitos de Rick Warren [5]. Solamente uno consideraba la comunidad en la que estaba la iglesia como una forma válida para medir la efectividad de su método de plantación de iglesias.

 

La efectividad de una estrategia de plantación de iglesias

 

Medición de la efectividad de la estrategia de plantación.

 

Efectividad personal del plantador de iglesias

 

Herramientas más comunes para medir la efectividad del plantador de iglesias.

Sólo el 37 por ciento (46) de los plantadores que participaron en la encuesta afirmaron evaluar su efectividad personal de manera consciente. Su método principal era compararse frente a los objetivos, propósitos o declaración de visión de su misión o ministerio (15). Varios mencionaron que esto ocurría cuando sus líderes les evaluaban. ¡Hubo dos que incluso se evaluaban con un parte de horas.

Una vez más, se mencionaron bastantes medidas cuantitativas. Ocho plantadores tenían en cuenta el número de asistentes, conversiones, bautismos, células, sostenibilidad financiera y demás como medidas válidas de su eficacia personal. Sólo tres veían la salud espiritual de su congregación como un indicador de lo bien que estaban haciendo su trabajo. Y estos parecían hacerse algunas preguntas valiosas: "¿estoy orando por la comunidad, por la plantación de la iglesia y por todas las relaciones que se están estableciendo? ¿Estoy haciendo un esfuerzo por conocer gente nueva regularmente? ¿Cuál es mi motivación cuando me reúno con personas?"

 

Medición del impacto o la influencia de la iglesia en la comunidad

 

Herramientas más comunes para medir la influencia de la iglesia en la comunidad.

A la hora de evaluar el impacto o la influencia que tiene la plantación de la iglesia en su comunidad, sólo un tercio de los encuestados afirmaron medir esto de alguna manera. Una vez más, la mayoría de los plantadores de iglesia (10) que sugirieron alguna medida específica se centró en el número de asistentes a las actividades, el tamaño de la congregación, el número de líderes o el número de las comunidades misionales.

Siete de los encuestados utilizaban una encuesta para evaluar el impacto o influencia que tenían en la comunidad local, aunque tres de éstas eran encuestas internas acerca de la salud de la iglesia, como los ya mencionados estudios de Natural Church Development (NCD). Sólo seis hablaban de manera más directa con la comunidad y les pedían que evaluaran la plantación de la iglesia. Los métodos específicos incluían la escucha y observación, el diálogo con los visitantes, formularios, entrevistas con personas fuera de la iglesia, desarrollo de relaciones y "saber lo que dice la gente de la ciudad acerca de la iglesia".

Sorprendentemente, cinco encuestados consideraban que sus compañeros eran las personas mejor capacitadas para evaluar el impacto que tenían sobre su comunidad, y otro encuestado consideraba que la visión del discipulado de su organización era la única medida legítima para medir su impacto.

Dado el pequeño tamaño de la muestra, el sesgo por género y nacionalidad de los encuestados y la preponderancia de bautistas y misioneros de la MCE, no podemos decir que se trate de una muestra representativa de cómo los plantadores miden la efectividad de la plantación de iglesias. Sin embargo, sí que muestran algunas cuestiones que se podrían abordar en futuros estudios o que podrían tener en cuenta las agencias misioneras, ya que recaen sobre sus propias estrategias de evaluación.

 

Muchos plantadores no se paran a evaluar lo que hacen

Menos de la mitad de los plantadores en este estudio hizo algún intento de evaluar su trabajo, ya fuera la estrategia de plantación de iglesia, su propia eficacia personal o su impacto en la comunidad local. No es sorprendente que los plantadores están más interesados en la acción que en la reflexión. El hecho de que haya tan pocos que participen en algún tipo de evaluación de su ministerio es sorprendente. Haría falta una investigación adicional para determinar las razones de esta reticencia.

 

Muchos plantadores se centran en los números

Esta investigación descubrió que cuando los plantadores se paran a evaluar lo que están haciendo, parecen depender predominantemente de medidas cuantitativas. Para algunos esto implica un simple recuento de los asistentes, de las conversiones o de los líderes que se están formando. Otros miran los datos financieros, o el número de grupos establecidos en un plazo determinado. Puesto que la misión de un plantador de iglesias es formar nuevas comunidades cristianas, cierto grado de evaluación por números resulta útil. Más preocupante, sin embargo, fue el gran número de plantadores que juzgan su propia eficacia personal de ese mismo modo: “si un par de personas se convierten y se añaden a la iglesia cada semana, mi trabajo como misionero ha sido eficaz”. Dado el difícil contexto de la misión en Europa, esta forma de pensar ejerce una enorme presión sobre el misionero para que produzca resultados, y esto puede conducir a la frustración, o a algo peor, si no se logran los resultados esperados.

 

La evaluación de los compañeros es una herramienta importante para la evaluación de la estrategia de plantación de iglesias

Este estudio descubrió que, después de los datos en sí mismos, la herramienta más importante para evaluar el enfoque o la estrategia de la plantación de iglesias era alguna forma de evaluación de los compañeros. Los plantadores de iglesias recurren a sus compañeros para que evalúen su trabajo de plantadores y les proporcionen comentarios constructivos, y evalúan así la efectividad de su enfoque. En algunos casos, esto sucede formalmente a través de reuniones de equipo periódicas, o de la participación en una comunidad de aprendizaje o entrenamiento, o en un contexto de supervisión, formación y revisión periódica. Pero da igual en qué contexto se dé, está claro que hay un número de plantadores que participan en una práctica reflexiva y que recurren a sus compañeros para una evaluación honesta de su trabajo.

 

La calidad es importante para los plantadores de la iglesia

La salud espiritual de la congregación plantada fue la tercera medida más popular a la hora de evaluar la eficacia de su ministerio (al menos para los plantadores de iglesia que participaron en este estudio). A menudo lo hacen preguntándose a sí mismos: "¿la iglesia está creciendo espiritualmente? ¿En qué punto están las personas en su crecimiento personal en Jesús? ¿Cómo utilizan sus dones espirituales?". La mayoría de los plantadores utilizó o bien medidas cuantitativas o bien cualitativas. Sólo una pequeña minoría utilizó ambas.

 

La eficacia personal de los plantadores se mide principalmente frente a objetivos

Es común que los plantadores, o sus organizaciones o líderes, establezcan una visión, propósitos u objetivos para orientar y evaluar el desarrollo de una iniciativa de plantación de iglesias. Lo que esta investigación ha demostrado, sin embargo, es que esos objetivos no se utilizan tanto para evaluar la estrategia o el impacto en la comunidad, sino como el principal medio para evaluar la eficacia personal del plantador de la iglesia. Esto puede satisfacer los requisitos de la organización misionera o de la agencia patrocinadora, pero ¿puede un parte de horas, el establecimiento de objetivos o una revisión anual proporcionarle al plantador de iglesias los comentarios constructivos que necesita?

 

Los plantadores de iglesias utilizan encuestas para evaluar su trabajo, pero no siempre las utilizan adecuadamente

Los plantadores de iglesias utilizan encuestas para evaluar su trabajo, sobre todo el material de la Natural Church Development (NCD) de Schwartz.[6] Sin embargo, ¿cómo podemos medir la efectividad de la plantación de iglesias? El perfil de iglesia de la NCD se centra en las características de calidad interna de la congregación, no en la efectividad del plantador ni en el impacto en la comunidad local. Sin embargo, varios de los encuestados dijeron que utilizaban la NCD para evaluar estas cosas. Otros plantadores utilizaron otras encuestas para evaluar el impacto de la iglesia en la comunidad, aunque no especificaron cuáles. Muy pocos plantadores le piden a la comunidad que evalúe su trabajo.

Por último, los plantadores parecen muy reacios a pedirle a su comunidad que evalúe su trabajo. Aun cuando se preguntaba específicamente por las herramientas que utilizaban para medir el impacto o influencia de la congregación en su comunidad, sólo seis afirmaron que le pedían a la comunidad que les evaluara.

Seguramente un poco de investigación contextual le proporcionaría valiosa información a los plantadores, y también recibirían comentarios sobre el impacto que tienen en la localidad donde trabajan. Las preguntas de un plantador de iglesias en este sentido serían extensibles a todos aquellos comprometidos con la plantación de iglesias en Europa hoy en día: "¿se identifica la plantación de la iglesia con la comunidad y forma parte de ella? ¿Se está moviendo la plantación de la iglesia hacia un futuro mejor para la comunidad y está permitiendo que se lleve a cabo la transformación?".

El título provisional para este capítulo era "Efectivamente ignorantes", porque esa es la triste situación de la mayoría de plantadores europeos. Muy pocos dedican tiempo a evaluar la efectividad de lo que están haciendo. Demasiados usan herramientas cuantitativas poco adecuadas y sacan conclusiones inexactas porque miden incorrectamente.

¿Hay alguna forma de que los plantadores escapen de la "obsesión cuantitativa"? Demasiado a menudo nos centramos en las cosas que podemos contar fácilmente (por ejemplo, el número de asistentes a una reunión), lo que nos puede impedir ver medidas transformadoras más importantes que están estrechamente relacionadas con los conceptos bíblicos de arrepentimiento y discipulado. Quizás el modo de avanzar es evaluando la efectividad de la plantación de iglesias, y de las misiones en general, desde la perspectiva de la “missio Dei”.

 

Próximo artículo: "Parte dos: plantación de iglesias y la Missio Dei"

 

Notas

Jaime Memory es profesor y plantador de iglesias.

Usado con permiso de Wipf y Stock Publishers.

 

[1] Memory, Vista, 2011/1, 1-3. 2 https://europeanmission.files.wordpress.com/2011/08/vista-issue-6-july-2011-final.pdf

[2] www.eurochurch.net

[3] El sesgo en la muestra refleja en parte de afiliación eclesiástica dominante en la base de datos de eurochurch.net, y también el hecho de que, como el investigador principal era miembro de la MCE, existían más probabilidades de recibir respuestas de personas pertenecientes a dicha organización.

[4] Por ejemplo, la herramienta de desarrollo de la Natural Church Development (NCD) desarrollado por Christian Schwartz.

[5] Warren, Una iglesia con propósito, Editorial Vida, 1999

[6] Schwartz, Natural Church Development, Churchsmart, 1996

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