Crece la familia global universitaria evangélica

Las Asambleas de la Comunidad[1] se realizan cada cuatro años, y uno de los momentos emocionantes y significativos del programa es siempre la recepción y bienvenida  a nuevos movimientos miembros.

Dada la volatilidad del mundo estudiantil y el hecho de que cada nueva generación milita sólo durante cinco o seis años, según la duración de las carreras, para ser admitido como miembro un movimiento requiere tener cierto grado de avance numérico, organización y continuidad.

Debe tener también una constitución en la que conste una base doctrinal igual o equivalente a la de la Comunidad Internacional.

Así por ejemplo, los GBU de España son miembros desde hace varias décadas y han dado muestras de una continuidad envidiable y de solvencia, demostrada por su crecimiento numérico, sus organizaciones de graduados, y por el respetable ministerio de los libros de Editorial Andamio.

En Oaxtepec los GBU de España están representados por tres de sus obreros, Francisco Mira, Antonio Ruiz, y Dorcas González obrera que sirve en el equipo de traducción; y por un líder estudiantil, Israel Suárez.

La mesa de libros de Andamio ha sido un gran atractivo  para los numerosos lectores de habla castellana. Su material bíblico y apologético es muy apreciado por universitarios y peofesionales.

Con la caída del comunismo en Europa Oriental en 1989, se abrieron grandes posibilidades para la evangelización de universitarios. La Comunidad ya había venido contactando creyentes, de manera casi secreta en países como Polonia, Rusia y  Hungría,

En diferentes momentos de esta Asamblea de Oaxtepec y en medio del regocijo general, se ha dado la bienvenida a nueve movimientos nuevos: Grecia, Sudán del Sur, Palestina, Macao, Mongolia y otros 4 países cuyos nombres no podemos dar por razones de seguridad.

Hay también obra pionera en varios países musulmanes pese a las dificultades.

Completado un ciclo sobre Filipenses en la exposición bíblica pasamos al Antiguo Testamento y tuvimos dos exposiciones complementarias sobre el capítulo 1 del libro de Daniel, material ideal para reflexión en un ámbito estudiantil.

Nos guiaron dos maestros: Kim Cheng Lo, Secretaria General de IFES, Malasia; y Ben Johnston estudiante de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda.

Ambos hicieron referencia a que Daniel y sus amigos se encontraban en una situación semejante en ciertos aspectos, a la  de muchos estudiantes creyentes de hoy. Eran, por así decirlo, “becarios” del Rey Nabucodonosor. Habían sido seleccionados: “…jóvenes apuestos y sin ningún defecto físico, que tuvieran aptitudes para aprender de todo y que actuaran con sensatez; jóvenes sabios para el servicio en el palacio real, a los cuales Aspenaz (el jefe de servicio de la corte) debía enseñarles la lengua y la literatura de los babilonios.” (Daniel 1: 4, NVI).

Iban a ser parte de una élite pero también eran cautivos del Rey y la beca incluía una dieta y un estilo de vida que en algunas cosas chocaba con sus convicciones y costumbres judías.

En su exposición Kim Cheng Loh ciñéndose al texto destacó primero la crisis de la cautividad (vs. 1-7), luego la falta de opciones (vs. 8-14), en tercer lugar la firmeza de Daniel en su fe, pese al paso del tiempo (vs. 15-21)  y finalmente la sabiduría que Dios le dio para proponer una alternativa.

Por su parte Ben Johnston bosquejó su exposición prestando atención al contexto y con un enfoque más bien teológico. Primero, Dios es fiel y sólo exilia a Judá que era infiel. Segundo: Dios es compasivo y muestra favor hacia el fiel Daniel. Tercero Dios es sabio y da entendimiento a los amigos fieles.

Esta mirada al mismo texto narrativo desde dos ángulos nos ayudó mucho a ver las posibilidades enriquecedoras de enfoques diversos, partiendo de un respeto básico por la veracidad del texto y su  lugar dentro de la totalidad de la revelación bíblica. Ambos expositores comentaron que los dilemas de Daniel eran semejantes a los que enfrentan los universitarios de hoy, en un mundo regido por ideologías políticas y sociales cada vez más distantes de la fe cristiana. Grupos musicales o de drama, de varios países nos ofrecieron representaciones del texto de gran valor didáctico.

La historia que tomamos hoy del libro Influencia viene de Ucrania, un país afligido por la corrupción que fue la causa de un cambio de gobierno en 2014. Vera Diukanova estudió Contabilidad y Auditoría y se graduó en el año 2005. En la universidad conoció al movimiento estudiantil y aquello trajo una transformación espiritual a su vida: descubrió el valor del estudio inductivo de la Biblia para la formación personal y conoció a creyentes de diversas denominaciones. El estudio, la reflexión y la participación en encuentros internacionales le fueron mostrando el desafío de ser como cristiana, una persona decente en el ejercicio de su profesión.

Vera lleva trabajando siete años en la BBC de Ucrania y ahora es encargada de finanzas y administración de esa compañía en la ciudad de Kiev. Todos los días se ve confrontada con la necesidad de trabajar honestamente y abstenerse, por ejemplo, de ofrecer sobornos para resolver problemas con la Aduana. “Significa que tengo que trabajar más es la opción más difícil. Es muy tentador pagar el soborno.” Sin embargo mira al futuro con esperanza y cree que los creyentes en Cristo deben ser sal y luz, vayan donde vayan: “Pueden ser políticos, abogados o empresarios cristianos. La verdad es que Ucrania necesita una reforma”.[2]

Participar en esta Asamblea me da una clara sensación de ser parte de un movimiento con futuro, por lo cual agradezco al Señor

[1] Con el término “Comunidad” me refiero a la Comunidad  Internacional de Estudiantes Evangélicos (IFES por sus iniciales en inglés). 

[2] Philippa White, Influencia, IFES 2015: pp. 50-51