Tu voz transforma todo

Con grandes cerrojos de amor nos defiendes. Tus cálidos y protectores brazos nos rodean, nos transmiten seguridad.

29 DE MAYO DE 2014 · 22:00

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Alzo mi voz. Mi corazón roto canta hoy agradecido. Agradecido a ti, mi Dios. No importa cuán deteriorada esté mi alma cuando anochece, pues tú, al amanecer de cada día, la restauras. La levantas de los pesados escombros que intentan ahogarla. Al observar mis carencias aprendo cuánto te esmeras en librarme. Nadie más sería capaz, ni tendría poder para hacerlo. Valoras la obra de tus manos y no permitirás que se lastime. De cerca y de lejos conoces lo que has creado. No te olvidas. Pusiste nombre a cada criatura para hacerla especial y poder convocarla hacia ti sin equívoco. Llamas y acuden. Te reverencian. Los humildes llegan a tu presencia y reciben bienestar. El miedo y la indefensión los llevan hasta tus manos defensoras. Los preservas de los malvados que les hacen daño. Por eso te cantan con dulzura su reconocimiento, por eso sus instrumentos musicales rebosan acompasadas notas. Te apiadas de tu creación, no la abandonas porque en ella derramaste una parte de tu esencia. No te agrada la majestuosidad orgullosa de los poderosos porque es dañina. Te deleitas en los que confían en ti y te reconocen como Dios, como padre. Con grandes cerrojos de amor nos defiendes. Tus cálidos y protectores brazos nos rodean, nos transmiten seguridad. Tu voz es sincera y certera. Tus mensajes llegan presurosos a nuestros oídos que están prestos para agradarse y obedecerte, pues al sonido de tu voz todo se transforma, ¡cuán grande eres! ¿cómo no hemos de venerarte?

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Tu voz transforma todo