“Debemos ser testigos a personas, no a sistemas”

Thomas Schirrmacher, presidente de la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Mundial, explica cómo afronta la entidad evangélica el diálogo con una Iglesia Católica que renueva sus formas con Francisco.

Joel Forster

  · Traducido por Cristina Rovirola

Evangelical Focus · BERLÍN · 30 DE JUNIO DE 2015 · 18:54

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Las nuevas formas del papa Francisco en su acercamiento a los cristianos evangélicos ha abierto muchos debates en los últimos meses. Mientras algunas iglesias protestantes nacionales han mostrado apertura al ecumenismo, las iglesias evangélicas, generalmente, han defendido “líneas rojas” doctrinales claras.

Pero, ¿qué es lo que piensa la Alianza Evangélica Mundial (WEA) de cómo los evangélicos deberían abordar al catolicismo y al papa Francisco?

El Dr. Thomas Schirrmacher, presidente de la comisión teológica de la WEA, en una entrevista con Evangelical Focus, dio su opinión en relación a los asuntos controvertidos que se están debatiendo en Europa.

 

Pregunta. ¿Cómo ves el papado de Francisco hasta ahora?

Respuesta. De alguna manera, uno puede comparar al papa Francisco a Mikhail Gorbachov, aunque sus visiones del mundo son totalmente diferentes. Con Gorbachov no estaba claro si quería reformar el comunismo hacia algo totalmente nuevo o si sólo quería un comunismo con una mejor cara.

Creo que Francisco empezó una nueva era de relaciones con todo tipo de personas, incluyendo a los pentecostales y evangélicos, y da una imagen totalmente diferente de lo que un papa es a cómo lo hacía el papa Benedicto XVI o Juan Pablo II. Según Francisco, los papas se equivocan, los papas no siempre saben la respuesta, los papas tienen una vida privada y hasta pueden retirarse. Si, al final, solo será una personalidad inesperada en Roma seguido por el siguiente Juan Pablo III, o si será capaz de cambiar cosas más allá de manejar el banco Vaticano y el abuso a menores por parte de curas y obispos, solo el tiempo lo dirá.

También ha tenido ya un efecto positivo sobre el mundo evangélico y pentecostal. Su estilo de vida simple y su discurso en nombre de los pobres están poniendo mucha presión sobre el evangelio-salud-y-riqueza (evangelio de la prosperidad) que predican algunos pastores pentecostales muy ricos, que desde mi perspectiva distorsionan la intención evangélica de seguir la Biblia. Su misma gente empieza a preguntarse porque necesitan un jet Gulf Stream si el papa no tiene uno.

 

P. ¿Ves un peligro en que evangélicos se conviertan al catolicismo por la imagen positiva del papa Francisco?

R. No veo un problema grave en el movimiento evangélico mundial de evangélicos convirtiéndose en católicos ni veo peligro de un movimiento masivo de evangélicos a la iglesia católica romana.

Millones de católicos se convierten en evangélicos cada año, pero solo un puñado de gente va en la dirección opuesta. El número de evangélicos convirtiéndose en católicos es, desde un punto de vista sociológico, increíblemente bajo, dado que hablamos de una de la comunidades religiosas más numerosas en el mundo que automáticamente atrae a muchas personas. Y muchos protestantes que están entrando en la iglesia católica romana lo hacen por el liberalismo – especialmente en cuestiones de ética- de las principales iglesias protestantes de las cuales se fueron. El papa Francisco ha seguido con la nueva línea de dar la bienvenida a los evangélicos, y el resultado es, con certeza, que no se está dando una entrada de un número masivo de evangélicos en la iglesia católica romana. Si Francisco realmente quisiera ganar evangélicos, él sacaría temas que realmente hacen la diferencia para los evangélicos, tal como María, la veneración de los santos, indulgencias o el entendimiento de la misa.

 

P. Entendemos que el catolicismo es diferente en distintos países, e incluso en su estructura jerárquica hay espacio para diversidad interna. ¿Cómo podemos entender todas estas “caras” diferentes del catolicismo en Europa?

R. Aunque la iglesia católica comúnmente se supone que es una unidad con su cabeza en Roma, en realidad contiene un enorme número de alas y partidos teológicos. Las alas mayoritarias que los expertos describen son los tradicionalistas, los liberales y los católicos “evangélicos”.

Los primeros no sólo están en contra de cualquier cambio en la teología, sino que también les gusta venerar a María y los santos, los peregrinajes, el catolicismo folklórico, etc. Este ala es estable en números, ni está creciendo ni decreciendo.

El ala liberal es mayoritariamente tan liberal como el protestantismo liberal, pero no tan honesta. Sus números están decreciendo mundialmente.

El ala “evangélica” no es evangélica en teología, como usamos el término, sino que está formada mayoritariamente por cristianos convertidos recientemente o cristianos con algún tipo de experiencia carismática, con una fe personal muy profunda, un énfasis en la convicción y el testimonio personal, en el estudio bíblico, y en los dones carismáticos. Este ala no habla en contra de los dogmas católicos centrales como la mariología, indulgencias, santos, etc., pero los pone en un segundo nivel, por debajo de la cooperación con cristianos no-católicos. Este ala está creciendo, por un lado a través del movimiento carismático, que crece, y por el otro lado a través del gran número de conversiones en África y Asia como resultado del testimonio privado de católicos.

La jerarquía católica puede pertenecer a todas las alas. Puede ser muy liberal, como en Alemania, donde recientemente un obispo católico públicamente aceptó el matrimonio del mismo sexo, o muy conservador como en Polonia o en Estados Unidos. Tenemos áreas donde la iglesia católica es increíblemente rica con un presupuesto de cien millones de euros, como en el oeste de Alemania o en Polonia, y áreas donde la iglesia católica pasa momentos duros para pagar a sus curas, ¡como en la antigua Alemania comunista del este! Tenemos regiones donde el catolicismo es mayoritariamente un catolicismo folklórico que venera a María y los santos – hasta en formas localizadas como una Madonna negra- y regiones muy secularizadas, donde los católicos raramente van a la iglesia y no se sienten atados por ninguno de los mandamientos morales.

 

P. ¿Cómo pueden los evangélicos encontrar un balance en la manera en la que abordan el catolicismo, teniendo en cuenta la diversidad de la realidad de la fe católica y su liderazgo centralizado que dicta el catecismo católico?

R. En el nivel personal es importante que interactuemos con lo que sea que nuestro amigo católico realmente crea, que podría ser una forma muy liberal o muy conservadora de la fe católica, pero que también podría ser secularismo, astrología, o lo que sea que sea el centro de su pensamiento. Queremos ser testigos a personas concretas, no a sistemas.

Al mismo tiempo la teología católica es el sistema de fe más grande y el mayor sistema de fe cristiana en el mundo, así que tenemos que invertir mucha de nuestra energía para investigarla, entenderla e interactuar con ella, y, cuando creemos que es errónea, necesitamos ofrecer no solo declaraciones negativas; también tenemos que ofrecer alternativas mejores bien pensadas y argumentadas.

 

P. Cuando miramos al rol que las Escrituras tienen para los católicos y para los evangélicos, ¿qué similitudes y diferencias podemos encontrar?

R. Por mucho tiempo, la teología católica puso el magisterio, la autoridad de la enseñanza del Papa, por encima de la Biblia, y, a la vez, se mostró muy crítica con cualquier tipo de protestantes liberales. Esto mató a la autoridad de la Biblia desde dos lados. Pero una moda opositora también emergió: sólo leer la Biblia, regularmente y juntos, lo que los católicos deben hacer desde el Vaticano II, ha iniciado el reavivamiento una vez tras otra. Entonces, el papa Benedicto XVI protestó en contra de los criticismos y la manera de hacer exégesis en su serie de libros de Jesús, lo que ha abierto el camino a leer mucho más la Biblia en la iglesia católica. El papa Francisco ha seguido esta dirección, por lo que ahora la mayoría de curas viven con sus Biblias, y, por lo tanto, ofrecen mayoritariamente predicaciones puras. En sí, eso no cambia ningún dogma, pero solo por confiar y leer la Biblia en ambos contextos tenemos la oportunidad y la esperanza de que hayan mejoras.

 

P. ¿En qué áreas deberían los católicos y los evangélicos cooperar?

R. Varias ideas:

A. Podemos cooperar con los católicos en todas las áreas donde podemos cooperar con todas las personas con buena voluntad, ¡para construir una sociedad justa y pacífica!

B. Podemos cooperar en asuntos políticos y sociales en los cuales estamos usualmente de acuerdo acerca de los valores y las convicciones básicas. Actualmente, esto significa normalmente que los católicos y los evangélicos están de acuerdo en contra de los protestantes liberales, por ejemplo en asuntos de vida (aborto, eutanasia) y la sexualidad. También estamos de acuerdo con los católicos acerca de la trata de personas y la prostitución forzada. También deberíamos darnos cuenta que la iglesia católica es como un estado (“Holy See”), normalmente defiende posiciones morales y vitales en las Naciones Unidas y otras organizaciones supranacionales.

C. Deberíamos mantenernos unidos en el tema de la discriminación y la persecución de cristianos, oponiéndonos tanto a los estados perseguidores como a los que no nos protegen (como Iraq o India); así como con aquellos que están dispuestos a hablar en nombre de la libertad religiosa (como Sudáfrica y Alemania).

D. Esta cooperación puede variar de país a país.

E. Un área importante en la que aún no tenemos ninguna manera de cooperar es en el área de la adoración. Pero considerando que la celebración conjunta de la cena del Señor/misa está prohibida en el lado católico igualmente y que en la iglesia católica a la misa/cena del Señor es el punto definitivo de su comunión, no veo demasiadas razones para preocuparnos por esto. Nuestro acercamiento evangélico es bastante diferente al de los protestantes liberales, que hacen de la celebración conjunta de la cena del Señor un punto de inicio para la cooperación con la iglesia católica.

Una cosa que me gustaría añadir: hay tres cuerpos cristianos globales, la Iglesia Católica Romana, el Consejo Mundial de Iglesias (WCC) y la Alianza Evangélica Mundial (WEA). Si uno no incluye a la WEA en la fotografía internacional, uno no ha escuchado lo que el mundo cristiano en su totalidad quiere decir. Pero la otra cara de la moneda es verdad, también: esto trae mucha responsabilidad. Estoy convencido de que nosotros, los evangélicos, no podemos vivir en una esquina privada del mundo y actuar como si los otros dos cuerpos cristianos globales no existieran. Deberíamos cooperar donde es posible, hablar a los gobiernos juntos hasta donde se pueda, y asegurar que nos escuchan junto a los demás. Nos encontramos con los otros dos en la vida de cada día y en todos lados en la esfera internacional; no deberíamos buscar un sitio escondido donde estamos solos, sino que deberíamos levantar la voz acerca de nuestras convicciones cuando sea posible.

Además de esto: el argumento subyacente en contra de hablar juntos parece ser: la única razón de dialogar con alguien es declarar que pensáis igual. Crecí con esta “doctrina de culpa por asociación” en una casa evangélica muy conservadora, y yo mismo usé este argumento demasiado tiempo. Pero, ¿dónde encuentras en la Biblia que apretando la mano de alguien y hablando con él difundes su perspectiva del mundo o teología? ¿Jesús lo hizo? ¿Lo hizo Pablo? ¿No habló Pablo a muchos tipos de líderes y grupos? Incluso se encontró con líderes judíos en Roma para decirles que líderes judíos de Jerusalén aparecerían y dirían muchas cosas incorrectas (Hechos 8:17-25). La intención de Pablo con esos no-cristianos era asegurar que no tenían una visión distorsionada de su ministerio y de la iglesia cristiana y que no deberían creer a sus compatriotas no-cristianos de Jerusalén.

 

P. En el pasado ha habido documentos entre denominaciones evangélicas particulares y católicos, especialmente en relación a la justificación por fe. ¿Qué podemos decir acerca de estos documentos hoy en día?

R. El único documento que realmente produjo un progreso fue la “Declaración Conjunta de la Doctrina de la Justificación” entre el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad Cristiana (PCPCU) y la Federación Mundial de Luteranos, no evangélicos. La definición de justificación en sí misma en este documento es aceptable para los evangélicos, aunque su espectro es claramente más amplio que la de la teología luterana. Aún así, el que era en ese momento la cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardinal Ratzinger, y después el papa Benedicto XVI, inmediatamente lo rechazó, no porque la palabrería fuera incorrecta sino diciendo que el acuerdo no podía significar que cualquier cosa en el Concilio de Trento podía ser cuestionada. Eso distorsionó todo el proceso y dejó el valor legal en el aire. El papa Francisco nos dijo, además de a los luteranos, que le gustan mucho las definiciones de los documentos y tiene algunas ideas para adoptarlas conjuntamente, pero tendremos que esperar para saber qué significa eso. Claro que está bien que un papa tenga esta voluntad, aún en su pensamiento privado, pero para cualquier cosa oficial algo más tendrá que pasar.

Por cierto: La centralidad de la doctrina de la justificación por fe no está bajo ataque entre los evangélicos por la existencia de la teología católica o por lo que dice el presente papa. Si la justificación por fe en su entendimiento clásico se pierde en los círculos evangélicos es por otras razones: 1) Por la influencia de ideas de teólogos como N. T. Wright, o a través del movimiento emergente de la iglesia (el tema es demasiado complejo para una frase pero quería mencionarlo aquí); 2) Por la disminución en el interés en la teología y los dogmas bíblicos en el movimiento evangélico en su globalidad; 3) por el evangelio de la prosperidad (salud-y-riqueza), que no está interesado en estos temas ya que sus defensores tienen una visión del pecado humano muy débil y no enseñan la extensión en la que los creyentes aún son pecadores.

Al mismo tiempo, uno tiene que añadir que la soteriología reformada está en aumento dentro del mundo evangélico hoy en día, mucho más que en el siglo veinte. Especialmente en el movimiento pentecostal, grandes partes están tomando otra vez la soteriología tradicional evangélica o incluso reformada. Especialmente el número en aumento de los seminarios teológicos y teólogos de alto nivel están mejorando la teología sistemática del movimiento pentecostal.

 

P. La iglesia católica y los evangélicos tienen una visión muy diferente de lo que es la iglesia. ¿Cómo afecta esto al diálogo?

R. Afecta el diálogo en el contenido y en cuestiones prácticas: 1) Sobre el contenido, la iglesia católica cree que ella misma es indispensable para lograr la salvación, así que esto tiene que ser un tema central en el diálogo, que siempre, de alguna manera, está presente; 2) Sobre el procedimiento, la iglesia católica es estrictamente jerárquica y al final siempre importa si el papa está de acuerdo o no (como se hizo con el documento “Testimonio Cristiano en un Mundo Multi-Religioso”), mientras que en nuestro lado tenemos una estructura muy plana y representamos nuestros 600 millones de miembros de las iglesias solo si captamos lo que ellos creen, no por una autoridad legal externa. Por consiguiente, si yo o nuestra comisión de la WEA estuviera de acuerdo con algo que los evangélicos en su mayoría no creen, simplemente no lo aceptarían y estaría fuera de mi posición rápidamente. Pero tenemos que ver que esto es también un punto fuerte en el lado de los evangélicos: alzamos la voz por lo que nuestra gente realmente piensa y hace, mientras que el papa o el Vaticano normalmente defiende cosas que muchos católicos ven y, sobre todo, practican de otra manera. Considera por ejemplo el elevado número de abortos en países católicos.

 

P. ¿Crees que la posición de las Alianzas Evangélicas nacionales de los países donde el catolicismo es una mayoría social tendría que escucharse con especial cuidado dentro de la WEA, cuando se están discutiendo los temas cómo el diálogo entre el catolicismo y el ecumenismo?

 

Thomas Schirrmacher.

 R. Sí, claro. Tres de los cinco teólogos de nuestro grupo que están trabajando con cinco teólogos de la PCPCU en el diálogo sobre las Escrituras y temas relacionados son de países mayoritariamente católicos, incluyendo uno de Italia y uno de España. Antes de que firmáramos “El Testimonio Cristiano en un Mundo Multi-Religioso” conjuntamente con el Vaticano y el Consejo Mundial de Iglesias, pasé mucho tiempo con los líderes de una docena de alianzas nacionales de países mayoritariamente católicos.

Pero déjame añadir dos comentarios aquí: 1) Sería incorrecto pensar que todas esas alianzas piensan igual. Las Alianzas Evangélicas – para limitarme a Europa – en España, Polonia y Austria tienen perspectivas bastante divergentes en cómo tratar al Vaticano y el liderazgo católico. 2) Otras Alianzas tienen que tratar con la teología católica y practicarla también. Alemania tiene más de 30 millones de ciudadanos católicos, y yo personalmente vivo en el área de Cologne-Bonn, el centro histórico de la iglesia católica. Mi piso está al lado de la Universidad Jesuita de Bonn en la cual se inventó la Contrarreforma, justo después de haber expulsado a Martin Bucer. Esta es una de las razones por las cuales escribo libros en contra de las indulgencias, sobre los apócrifos, y sobre la ley de la iglesia católica. Además, otros teólogos evangélicos alemanes, como Rolf Hille, se encuentran entre los mejores equipados para presentar nuestra fe en encuentros con católicos.

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