El Air Force One

El propio presidente Obama se ofreció como evangelista y se desplazó hasta la selva con su Air Force One. 

19 DE JUNIO DE 2015 · 07:40

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Aquella generación protagonizaría un hecho sin precedentes. Por fin el evangelio se había extendido por todo el planeta y el fin de los tiempos se acercaba según la promesa de Mateo 24:14.

Tan solo faltaba una tribu perdida en la selva del Amazonas que retrasaba ese momento porque hasta entonces ningún misionero la había visitado. Conocedoras las autoridades yanquis de este hecho, se pusieron manos a la obra para hacerles llegar el evangelio del modo más rápido.

El propio presidente Obama se ofreció como evangelista y se desplazó hasta la selva con su Air Force One. El autor de este relato no ha sabido dar explicación de cómo aterrizó este avión en la selva, pero no hay imposibles para los americanos.

Junto al presidente viajaron varios empresarios, como el de la Coca-Cola, que no tardó en instalar una máquina expendedora de refrescos en medio del poblado. Mientras el presidente desplegaba el evangelio ante los indígenas, los empresarios cambiaron por completo la fisonomía del territorio. Explotaron todas las riquezas naturales del lugar, construyeron un aeropuerto internacional e hicieron del poblado una próspera ciudad capitalista en un plis plas, según el modelo occidental.

Los indígenas no opusieron resistencia al credo cristiano y pronto se edificó la primera iglesia que debería ser la última del planeta si todo funcionaba según lo profetizado. Pero viendo la avidez ansiosa con que los empresarios violaban el entorno, los neo conversos quedaron estupefactos y se preguntaron si de verdad esos individuos habían entendido el Evangelio.

Los pobladores indígenas, ahora cristianos, cada vez estaban más extrañados de que no llegase el fin. Con este motivo se reunieron los pastores y buscaron la dirección divina. La revelación no se hizo esperar. Al parecer había otro país que faltaba evangelizar y que retrasaba el fin de los tiempos.

Al día siguiente los pastores acompañaron diez misioneros al aeropuerto y fletaron el Air Force One con destino Norteamérica.

El autor de este relato no sabe dar cuenta de qué pasó finalmente con Obama, ni por qué estaba todavía allí su avión. Pero sean comprensivos con esta historia, no es fácil atar todos los cabos. 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cuentos - El Air Force One