“La adopción y el acogimiento están en el corazón de Dios”

Ana Ribera es madre de acogida. En Valencia, apoya a una plataforma que lucha para que el gobierno autonómico no abandone a las familias que realizan esta importante labor social.

Daniel Hofkamp

VALENCIA · 06 DE MAYO DE 2015 · 19:28

En la Comunidad Valenciana, 2.600 menores están bajo acogimiento familiar.,
En la Comunidad Valenciana, 2.600 menores están bajo acogimiento familiar.

Miles de niños y adolescentes en España viven la difícil circunstancia de tener que dejar su hogar. Sea porque hayan sufrido malos tratos, abusos, falta de cuidado, o por alguna problemática legal que enfrenten sus progenitores, estos menores pasan a ser “hijos del Estado” y como tal son destinados al cuidado de centros especializados.

Sin embargo, hay una alternativa a este ingreso en un centro y es el acogimiento familiar. Los menores son llevados a vivir con algún miembro de la familia biológica, denominada “familia extensa” – normalmente sus abuelos – o con alguna “familia educadora”, concepto bajo el que se agrupan familias que voluntariamente se ofrecen a la administración para educar a estos menores.

En la Comunidad Valenciana hay 2.600 menores que viven en una familia extensa o educadora. Una de estas es la familia de Ana Ribera, madre de acogida desde hace muchos años y que actualmente está a cargo de dos menores.

 

Ana Ribera.

 Ana Ribera es evangélica y trabaja como asesora para los Grupos Bíblicos Universitarios en Valencia. Ser madre de acogida “es una labor intensa”, reconoce, “pero estoy convencida que la adopción y el acogimiento están en el corazón de Dios. Poder brindarle esperanza a un niño es un privilegio”.

“El acogimiento es una opción de vida – explica Ana Ribera - y me encantaría que otras familias pudieran considerar esta opción”.

En España la necesidad de familias que acojan a menores es inmensa. Para Ana Ribera se trata de una opción que tiene muchas ventajas sobre los centros. “Un menor institucionalizado no tiene la misma dosis de afecto y cariño que debe tener por derecho propio. Y uno de los derechos de los niños es a tener una familia en la que su carácter pueda forjarse. En un centro, por mucho cariño que puedan darle, no es lo mismo”, reconoce.

En la Comunidad Valenciana hay 1.200 niños en centros y unos 2.600 que viven en familia extensa o educadora. La ayuda para estas familias es, a veces, algo más simple de lo que muchos piensan. “Hay mucha necesidad”, reconoce Ana Ribera. “Yo he elegido esta opción de vida, pero las personas que por alguna circunstancia el menor sale de su casa y alguien de su familia asume el acogerle, normalmente los abuelos, estos no han decidido ser familia educadora. Esto es algo que les ha surgido y son familias, muchas veces abuelas octogenarias, que asumen la guarda de nietos, sobrinos y demás, con sus miserables pensiones y una ayuda mucho más reducida”.

 

PLATAFORMA EN DEFENSA DEL ACOGIMIENTO

Pero las cosas se han puesto más difíciles aún para las familias de acogida en la Comunidad Valenciana. Casi 32.000 personas apoyan ya una iniciativa en la plataforma Change.org pidiendo a la Generalitat que “asuma sus obligaciones con los menores en tutela de la administración”.

Ana Ribera forma parte de la Plataforma, cuya labor ha tenido eco en el ámbito político. Algunos partidos se han adherido, otros les han recibido para conocer su situación.

“Esta reclamación -nos cuenta Ana- surge como consecuencia del desamparo que las familias acogedoras o extensas, por la dejación de las obligaciones que la Generalitat. Hasta ahora estas familias, que acogían a estos niños, tenían una ayuda que a partir de ahora será sometida a la ley de subvenciones estatal”. Esto hace que el presupuesto sea limitado y por tanto no se garantice la ayuda para todas las familias.

“Estamos en desacuerdo con eso, porque consideramos que la Generalitat tiene que asumir integralmente las implicaciones del sustento de estos menores”, dice Ana Ribera, que recuerda que no hay motivos económicos para hacer un recorte en esta partida: el acogimiento familiar ahorra a la administración unos 17 millones de euros al año, según los cálculos presentados por la Plataforma.

“Estamos unas 70 familias, organismos y partidos políticos. Es algo que va en aumento porque en cuanto se enteran más personas, son más quienes se unen”, dice Ana Ribera.

 

ACCIONES EN EL ÁMBITO EVANGÉLICO

Al llevar varios años como familia de acogida, Ana Ribera considera que es una opción que más familias pudieran considerar. Es por ello su intención contactar con otras familias evangélicas con el mismo sentir en el ámbito nacional.

“Las iglesias evangélicas pueden hacer mucho por el colectivo de los menores tutelados”, opina Ribera. “En primer lugar; orar. Porque es muy duro. Es terrible que le aparten de su casa, o que las personas que debían darles protección o ayuda, les hayan tratado de la forma en la que les han tratado. El sentimiento de abandono de estos menores es profundo, y que ellos puedan experimentar el poder de Dios restaurando sus vidas es lo máximo que podemos pedir por ellos”.

Pero además Ribera cree muchos pueden sumarse a esta labor. “Si el Señor nos llama a este ministerio, porque lo es, es una opción de vida”, explica.

“Por otro lado, podemos interesarnos por las familias extensas, y conocer sus necesidades. A veces es algo tan sencillo como llevar a los menores a dar una vuelta, o darles cosas básicas dado que el Estado no se preocupa demasiado por estas familias. Es muy sencillo. Uno va al Ayuntamiento y pregunta, cómo ayudar, cual es la asociación que lo está llevando adelante”.

“Me encantaría -concluye Ana Ribera- que con nuestras familias imperfectas, los evangélicos pudiéramos hacer del acogimiento una opción de servicio. Conozco varias familias, pero me encantaría conocer a más que estén dedicándose al acogimiento. Mi correo es [email protected] e invito a contactar conmigo a todos lo que tuvieran inquietud, y quisieran más información. Como pueblo de Dios podemos aportar mucho”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Sociedad - “La adopción y el acogimiento están en el corazón de Dios”