El embrión ‘también’ es mi prójimo

Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

12 DE ABRIL DE 2015 · 17:00

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Vuelve a surgir el debate en torno al aborto en España, ahora centrado con el hecho de que el PP quiere modificar la Ley para que no sea considerado como un derecho de la mujer.

La gran cuestión, nunca debatida, es que estamos hablando del “derecho a decidir” de la mujer sobre interrumpir su embarazo o abortar, pero también del derecho del embrión a existir.

Sin duda si aceptamos esta colisión de derechos, el debate tendría otra perspectiva. No se trata de negarle a la mujer los suyos, sino en no quitarle al ser humano presente en el embrión los que le corresponden.

A menudo se frivoliza sobre este hecho, y se oyen chistes, burlas, y trato despectivo en la forma de hablar hacia quien no puede defenderse, pero del que nadie puede demostrar que no sea un ser humano.

Al contrario, la ciencia actual aporta que la persona es en su esencia genética igual desde la concepción hasta la muerte. Que la expresión de la persona varíe en su forma, que necesite mayor o menor cuidado y aportación de alimento, sufre numerosas modificaciones a lo largo de su vida; pero el “DNI” genético permanece sin variar, exactamente el mismo.

Por lo tanto, lo progresista, lo avanzado, es hacer todo lo posible para que esa vida humana no sea interrumpida.

Dicho esto, nos preguntamos por qué, en general, los defensores de la vida humana del embrión no ponen el mismo énfasis en la defensa de la vida de aquellos que ya han nacido.

Hablamos de los enfermos con hepatitis C, de los discapacitados en situaciones sociales complejas (la mayoría), de las personas desahuciadas de su hogar en condiciones precarias y de riesgo para su salud, en los atrapados en las trampas crueles de la avaricia de los grandes bancos y cajas, del paro de larga duración que afecta a familias enteras, de los ancianos abandonados y sin recursos, de los retrasos en la atención sanitaria pública que supone en muchas ocasiones un serio riesgo para su vida, de los enfermos mentales que ruedan por las calles, las mujeres traficadas y/o abusadas. Por mencionar algunos, podríamos seguir con esta “lista negra”.

Todas esas personas son también seres humanos. Y pareciese que en este caso los valores, la batalla moral y legal en su favor nada tiene que ver con la vida. Dirán muchos “próvida” que sí, que en teoría se les incluye, pero en la práctica están olvidados, dejados y sin formar parte de la lucha ideológica y legislativa.

El embrión es nuestro próximo. Pero también todas las personas que están cerca de nosotros, y cuya existencia corre peligro o está en riesgo por culpa de los asaltos de los muchos ladrones de la vida que están al borde del camino que recorremos.

 

Lucas 10:25-37 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?

Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.

Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.

Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.

¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.

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