AEE lanza Guía y consultorio interactivo sobre Bioética

Un servicio de la Alianza Evangélica Española para responder a preguntas difíciles, desde una perspectiva profesional, accesible y bíblica.

Daniel Hofkamp

MADRID · 18 DE FEBRERO DE 2015 · 20:43

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Los avances científicos y tecnológicos no se detienen y abren nuevas incógnitas en el campo de la ética. Aunque la sociedad parece abrazar el desarrollo, hay consideraciones importantes en las que la ética entra en juego.

Para ello, el Comité de Bioética de la Alianza Evangélica Española ha puesto en marcha dos iniciativas que pretenden dar respuesta a los desafíos éticos que se presentan en la actualidad.

En primer lugar, se publica un nuevo cuaderno, la Guía Bioética, de la cual pueden descargarse los dos primeros capítulos desde la web de la AEE.

Además, se ofrece un nuevo servicio de consultas para que cualquiera de forma anónima pueda enviar preguntas sobre asuntos de bioética, los cuales serán respondidos por especialistas cristianos en cada materia.

Carmen Medina Castellano, responsable de la Comisión de Bioética de la Alianza Evangélica Española, enfermera y doctora en derecho, es quien coordina la Guía Bioética y escribe los dos primeros capítulos. En una entrevista con Protestante Digital nos da más detalles sobre esta novedad.

 

Pregunta. ¿Por qué se presenta esta nueva Guía Bioética?

 

AEE lanza Guía y consultorio interactivo sobre Bioética

 Respuesta. El objetivo fundamental es abrir una línea de ayuda práctica a aquellos cristianos que en algún momento de su vida tengan que enfrentar un momento difícil: la enfermedad, la muerte de un ser querido, un embarazo que no es oportuno en cierto momento, un problema de discapacidad... No son cuestiones ajenas al pueblo de Dios y ante ellas, tenemos que tomar decisiones que no siempre tienen una respuesta sencilla, o una resolución de “sí” o “no” inmediata. La Guía quiere ofrecer información y recomendaciones prácticas que ayuden en la toma de decisiones.

Aunque partimos desde un punto de vista de la fe, la Guía Bioética no es sólo para cristianos, sino para todos los que en algún momento de su vida reflexionen acerca de si todo lo que la ciencia avanza debe ser hecho. Si debemos de poner algún límite ético a todas las posibilidades que se nos abre con el avance tecnológico.

 

P. El primer capítulo lo dedicas al “valor del ser humano”. ¿Es posible que el hombre moderno haya perdido de vista su valor esencial?

R. Hay una instrumentalización del ser humano, incluso propiciada desde uno mismo. El tratar de satisfacer nuestros propios deseos es nuestro todo. “Te lo mereces y lo sabes”, decía una publicidad reciente. La esencia de lo humano se desdibuja en este planteamiento. Cuando tratamos de justificar un comportamiento que no es correcto decimos “es que soy humano”, cuando nada se aleja más de la realidad. Dios creó al hombre y a la mujer y dijo que era bueno. No tiene por qué estar en el lugar que no le corresponde, sino en el lugar que se le otorga. Otra cosa es que queramos deshacernos de la imagen que Dios ha puesto en nosotros, lo que nos lleva en realidad a deshumanizarnos.

Esto es importante al considerar el concepto de utilidad. Si lo humano sólo es útil o algo autosuficiente, en cuanto este se pierde, ya no tiene sentido su existencia. Y eso tiene consecuencias como podemos ver en la eutanasia activa, que hace a las personas prescindibles. Hace al ser humano en un medio para lograr un fin, aún desde la propia persona. No sólo los demás nos instrumentalizan sino que es parte de nuestra cultura el instrumentalizarnos nosotros mismos.

 

P. Me ha llamado la atención una frase de la guía de Javier Álvarez, que dice “el hombre actual es un buscador de recetas rápidas… Un hombre crédulo que ha perdido la noción fundamental de muchas cosas…”. ¿Compartes este diagnóstico sobre el ser humano en nuestra sociedad?

R. Sí, totalmente. Vivimos un tiempo en el que contrariamente a lo que parece se ha instaurado el pensamiento único. El único pensamiento que se admite es el políticamente correcto y no hay espacio para plantear dudas. Por ejemplo, no se pueden plantear dudas sobre el derecho a abortar de la mujer. No es compatible con esa receta inmediata de que si algo no funciona, nos deshacemos de ello. Hay determinadas patologías que ya no estamos viendo porque hay niños no llegan a nacer. Tampoco podemos decir “no” o “sí”, hay que ver toda la gama de grises. Parece que necesitamos responder rápidamente a lo que sea.

En cuanto a la credulidad del ser humano, vemos cómo en la búsqueda de soluciones hoy se ofrecen medicamentos que quieren arreglar el paso de la edad, o evitar estar triste. Hay una medicalización de la vida humana que nos intenta mantener como en “El Mundo Feliz”.

 

P. En este primer capítulo se entra a valorar el asunto de la identidad del hombre que vinculas a la dignidad. ¿Por qué este concepto de dignidad, del que tanto se habla y tantos dicen defender, cuesta tanto aplicarlo a situaciones del principio y el final de la vida humana?

 

Carmen Medina.

 R. Tiene que ver con la asociación de la dignidad con corrientes materialistas. Como cristiana, creo que hay una dignidad por ser creados a imagen y semejanza de Dios. Cuando desaparece este planteamiento, queda una dignidad moral o dinámica, que está constituida por lo que cada uno desarrolla a lo largo de su vida. Pero cuando se establece que la dignidad depende de lo que hacemos, se potencia un individualismo en el que el sujeto se puede desarrollar sin depender de otros, lo que es una falacia.

 

P. Recientemente tocábamos la noticia del “bebé de tres padres” que aprobó el Parlamento inglés. Está claro que es un ejemplo de cómo los avances científicos van planteando nuevos dilemas éticos. ¿Crees que es necesario que las iglesias, los creyentes en particular, procuren una respuesta adecuada a estos temas?

R. Tenemos muchos asuntos en los que tenemos que tomar decisiones congruentes con lo que creemos. Podemos caer en la tentación de considerar que puesto que la ciencia pone a mi alcance determinadas cosas estoy en disposición de usarlo. Es cierto que Dios ha dado al hombre capacidad creativa y que la investigación científica con carácter general es positiva. Pero es importante que desde las iglesias se conozca y reflexione sobre la oferta que se hace y consumimos sin pensar si está de acuerdo a lo que la Biblia plantea, donde hay principios que deben ser incorporados a nuestra forma de vivir si queremos ser coherentes con la fe que decimos tener.

 

P. El segundo capítulo entra en el tema del aborto. Sin entrar en detalles, ¿podrías aclararnos qué se expone en este asunto desde el punto de vista médico?

R. Se plantea que la definición que existe de aborto en este ámbito, que es la expulsión del embrión del útero materno. Esto tiene implicaciones desde el punto de vista ético. Es importante considerar la información para que delante del Señor podamos tomar la decisión más adecuada.

 

P. Desde la página de la Alianza se abre además un gabinete de consultas de tipo bioético. ¿Cómo funciona?

R. Es relativamente sencillo. Queremos que cualquier persona que tenga algún problema o quiera plantearnos alguna reflexión sobre bioética, pueda hacerlo desde la página web de la Alianza. La forma de plantearlo es simple y anónima. Se hace desde el anonimato para que nadie se sienta comprometido por hacer la pregunta.

 

Puede acceder a la descarga de la Guía Bioética: Capítulos 1 y 2 aquí.

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