‘Saber quiénes somos afectará a la sociedad en la que estamos’

¿Está nuestra identidad evangélica en cuestión? Sumamos opiniones al tema que se planteará en la próxima Asamblea de la Alianza Evangélica Española.

Daniel Hofkamp

PONTEVEDRA · 11 DE FEBRERO DE 2015 · 16:45

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Continuamos con nuestra serie sobre identidad evangélica, tema que se tratará en la próxima Asamblea de la Alianza Evangélica Española, Idea 2015, del 20 al 22 de febrero en Valencia.

En el primer artículo, pudimos leer interesantes reflexiones sobre qué significa ser evangélico hoy. Entre los participantes se mencionan los pilares de la Reforma protestante, el sometimiento a la Biblia como autoridad, la identidad que como creyentes tenemos en Cristo y su obra, y la acción o “encarnación” de lo que creemos en nuestra vida cotidiana.

“Es fundamental que redescubramos lo que forma la esencia de ser evangélico – decía Jaume Llenas, secretario general de la Alianza Evangélica Española - porque en esa misma esencia está la salvación de la gente. Y cuando el evangelio se desvirtúa, la gente no encuentra el camino de la salvación”.

Por eso, que los evangélicos conozcan su identidad toma importancia. “Estamos en función de llevar el evangelio a una sociedad que no conoce a Jesús y debemos ser el vehículo para la transmisión del evangelio. Así que más que afectarnos a nosotros, el que sepamos quiénes somos va a afectar a la sociedad en la que estamos”, explica Jaume Llenas.

Sumamos más voces a nuestra pregunta: ¿Qué aspectos consideras que definen la identidad evangélica?”

 

Samuel Escobar, teólogo. Escribe el blog Mi Universo.

Para mí las marcas que definen lo evangélico son a) un fundamento doctrinal protestante y bíblico, sobre la Biblia como Palabra de Dios y la obra de Cristo en la cruz como único camino de salvación b) Una conciencia social de servicio a las necesidades humanas, c) una visión del mundo como campo de misión al cual el Señor envía a la iglesia y los creyentes, d) una apertura a la cooperación para la obediencia misionera con quienes comparten las convicciones sobre el Evangelio, e) una piedad personal que expresa la fe individual y se cultiva en la iglesia f) una ética personal que busca una conducta diaria acorde con la fe que se profesa.

 

Alfredo Pérez Alencart, poeta. Su blog es El sol de los ciegos.

Lo que tendría que definirnos sería el seguimiento fidedigno de la obra del Cristo, su ejemplo carnal, su revelación divina y su misión redentora, cual Goel de todos. Y si cumplimos los Evangelios en toda su dimensión, sin gafas ni consignas que generen miopías interesadas (a diestra y a siniestra), estaremos identificados plenamente con Él. Lo demás es lo de menos, hermosas perlas de salón o banderas por aquí y por allá flameando la imperfección, venteando humos farisaicos, como cuando el Amado galileo.

 

Joel Forster, periodista, director adjunto en Evangelical Focus.

Creo que ser evangélico es apuntar a Jesús como la buena noticia definitiva. Podremos hacerlo si nos acercamos con humildad a su Palabra, con ganas de descubrir quién es realmente Dios y quiénes somos realmente nosotros. Es dejar que el Espíritu Santo nos “reforme” cada día y nos use para su misión en el lugar de la sociedad en el que nos haya puesto.

 

Noa Alarcón. Escritora, coautora del blog Preferiría no hacerlo.

En lineas generales diría que por evangélico se entiende a las comunidades de creyentes que se adscriben a los principios de la Reforma Protestante, y que poseen unas características culturales comunes. Sin embargo, luego existe un submundo de denominaciones y puntos de vista que aleja a las comunidades evangélicas entre sí hasta límites difíciles de explicar (y de definir).

 

Oscar Margenet. Arquitecto, escribe el blog Agentes de Cambio.

Evangelio viene del griego ε?αγγ?λιον y significa ‘buena noticia’. Ser evangélico es estar identificado con Jesucristo, amar al prójimo (amigo o enemigo) compartir bienes, tiempo y fe con los más necesitados. Dios cumplió sus promesas, nos envió a su Hijo Jesucristo, expió pecados de judíos y paganos, lo resucitó, nos redimió, está formando una familia para sí, gente apartada del sistema mundano perverso en el que estamos pero no pertenecemos; pronto lo enviará para reunirnos con Él por la eternidad. Nadie tiene el derecho de ser considerado ‘evangélico’ – yo el primero – si algo de lo que cree, predica o practica cambia u ofende esas enseñanzas o la persona de nuestro Señor.

 

Beatriz Garrido. Maestra, locutora, escribe el blog Follas Novas.

Soy cristiana evangélica, pero muchas veces quisiera obviar esa definición. Frente a la opinión de muchos, prefiero definirme como Protestante, al menos aquí en España, sabemos a qué atenernos. Estoy más que harta de ver bajo el manto de evangélicos y admitidos por la Ferede... Absolutamente de todo, gente que profesa ser evangélica, pero ni sus doctrinas ni sus vidas son válidas ante esa definición. Yo soy cristiana y, muchas veces, creo que ahí lo dejaría. Estoy absolutamente harta de tanta historia, tanto denominacionalismo, de creer que porque somos evangélicos, somos la luz del mundo, la sal de la tierra y el ombligo del mundo mundial. Y estoy muchísimo más que harta de absolutos sectarismos que nada tienen que ver con el Señor y Maestro de mi vida, el Señor Jesús. Creo que mi identidad está en Cristo y en sólo pocas palabras lo digo todo. Las preciosas tesis de Lutero, "Sola Fe, Sola Escritura, Sola Gracia", son más que suficientes; pero mucho mayores son las palabras de Jn. 3:16 "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna". Creo que después de esto, queda todo más que absolutamente claro para mí.

 

Pablo Acuña. Técnico electrónico, escribe el blog Sed de Dios.

Existen tres aspectos obvios que nos definen, nuestra religión, denominación e iglesia local, con sus formas y tradiciones singulares. Somos elementos históricos y clasificables como tales. Pero estos son elementos externos, el aspecto más importante que debiera definir nuestra identidad evangélica es un elemento interno, más bien una persona, Jesús. El Apóstol Pablo lo describe así: “ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” Gá. 2:20. Nuestra identidad es Cristo, por Él abandonamos toda identidad propia para convertirnos en sus discípulos e imitadores de Él.

 

En el próximo artículo nuestros autores contestarán la siguiente pregunta: En relación a la Iglesia Católica, ¿cómo crees que deberían actuar los evangélicos?

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