Educar, la clave contra la ablación

Cada año, tres millones de niñas – una cada seis minutos – son sometidas a la mutilación genital. Susanna Oliver, de la ONG World Vision, nos da detalles sobre esta práctica y cómo luchan para erradicarla.

Daniel Hofkamp

MADRID · 05 DE FEBRERO DE 2015 · 19:22

Niñas en un colegio en Mali. / World Vision,colegio mali ablacion
Niñas en un colegio en Mali. / World Vision

Cada seis minutos, una niña pasa por el rito de la ablación en algún lugar del mundo. Así lo confirma Susana Oliver, responsable de proyectos de la ONG cristiana World Vision, que durante esta semana promociona la campaña #stopablacion para dar a conocer el grave problema al que son sometidas millones de mujeres cada año en todo el mundo.

Porque a pesar de parecer un problema lejano, la ablación ha entrado en Europa, sobre todo a través de los movimientos migratorios. Según Unicef unas 17.000 niñas en España estarían en riesgo de sufrir la mutilación genital, cifras que han hecho saltar las alarmas en diversos estamentos – educación, sanidad, inmigración – los cuales están planteando en los últimos meses diversas estrategias para impedir esta práctica.

El objetivo de la ablación es el control de la mujer”, nos explica Susana Oliver, y por eso la educación es la clave. Desde World Vision trabajan desde hace años en Mali, país africano donde el 98 por ciento de las mujeres han pasado por el rito de la ablación. Siendo una costumbre tan arraigada y que concierne a algo tan íntimo de las personas, la mejor estrategia está en que sean ellas mismas quienes se den cuenta de los peligros que supone para su salud y para su futuro el pasar por esta intervención mutiladora y dolorosísima.

 

UNA TIENDA QUE QUIERE CERRAR

Este 6 de febrero es el Día de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina. Aprovechando la efeméride, World Vision ha abierto una tienda en Madrid cuyo objetivo... es cerrar cuanto antes.

“Cierra esta tienda”, nos explica Susana Oliver, “es un proyecto puesto en marcha en el Barrio de Malasaña (C/ Vicente Ferrer 33, Metro Tribunal) donde se espera que la gente acuda, compre artículos, con el fin de destinar todos los fondos a la lucha contra la ablación”. “Queremos que la tienda cierre – añade Susana - porque eso significará que todo se ha vendido y se ha recaudado lo necesario para continuar en nuestra labor”.

 

La tienda que ha abierto para cerrar, en el barrio de Malasaña (Madrid).

CONOCER MÁS SOBRE LA ABLACIÓN

Susana Oliver nos responde a algunas de las cuestiones que surgen sobre la mutilación genital femenina.

 

Pregunta. ¿Cómo está de extendida la ablación en el mundo?

Respuesta. Actualmente se calcula que son 125 millones las mujeres y niñas que han pasado por el rito de la ablación o mutilación genital femenina, y cada año son tres millones de niñas más las que son sometidas a este rito. Cada seis minutos, una niña está pasando por este rito.

 

P. ¿Por qué se practica la ablación?

R. El factor principal es controlar la sexualidad de la mujer. Asegurar, por ejemplo, que llega virgen al matrimonio, que es una persona dócil, que puede soportar el dolor... Hay muchas etnias que consideran que si la niña es capaz de soportar el dolor de la ablación podrá soportar el dolor del parto, que en este contexto es su principal función, la reproductora.

En otros lugares está vinculado a que las mujeres no tengan capacidad para generar recursos económicos por sí mismas. Es decir, como ellas no pueden mantenerse, deben buscar un buen marido, y para obtenerlo, hay que asegurarse de que serán buenas esposas, y por eso deben pasar por este rito exigido dentro de su cultura.

 

P. ¿Hay motivos religiosos?

R. La ablación data de más de 4.000 años, por lo que es anterior a la mayoría de las religiones monoteístas que conocemos hoy en día. Otra cosa es que hay líderes, en algunos casos son musulmanes, en otros casos católicos, o animistas, que lo puedan vincular con su religión. Nos hemos encontrado con personas que dicen que en su momento sufrieron la ablación porque esto está en la Biblia o en el Corán. En ninguno de ambos casos es cierto.

Otra cosa es que sean personas analfabetas, que tienen que creer lo que les dicen sus líderes religiosos, y éstos a veces por tradición, por desconocimiento o por controlar la sexualidad de las mujeres, utilizan estos argumentos. Pero no se puede decir que esté vinculada la ablación a ninguna religión.

 

La ablación se practica sin control sanitario y muchas veces con cuchilla o navaja.

P. ¿Cuáles son los principales focos de la práctica de ablación en el mundo?

R. En el África subsahariana es donde más se practica la ablación. Desde Ghana, Mali, siguiendo esta franja del Sahara, hasta países como Arabia Saudí. Luego se ha ido extendiendo a causa de los movimientos migratorios, y encontramos casos aún en nuestro país.

 

RIESGO EN ESPAÑA

P. Hemos leído en la prensa recientemente que personas que viven en España viajan a sus países de origen para practicar la ablación a sus hijas. ¿Es así?

R. Esto es un problema en muchas comunidades. En Cataluña se redactó un protocolo para intentar prevenir estos casos, y lo que se hace es intentar trabajar con las escuelas, desde los centros de salud, y también con la Policía. Si no se puede hacer la prevención hay que llegar al punto de prohibir la salida de estas familias, porque queremos que una niña que es ciudadana española no sufra esta práctica.

La educación es clave. Una compañera de World Vision Kenia nos contaba que ella se había salvado de la ablación gracias a que una profesora suya le había dicho que ella tenía derecho a mantener la integridad de su cuerpo y que podía oponerse a que sus padres le practicasen la ablación. Ella de niña tuvo que escapar de casa y buscó refugio para que no se la practicaran.

Es muy importante que se transmitan las consecuencias físicas y psíquicas que tiene la ablación, así como el hecho de que la integridad física de las personas es un derecho humano.

 

CONSECUENCIAS FÍSICAS Y PSICOLÓGICAS

P. ¿Qué consecuencias físicas tiene la ablación en la mujer?

R. A veces se perciben sólo las consecuencias a corto plazo. La ablación se practica no en un centro médico, sino sin condiciones de higiene, con una cuchilla o un trozo de cristal incluso. Esto provoca infecciones, hemorragias, y estas son las consecuencias físicas inmediatas. Pero además, ese corte, se produce en una zona donde todo está muy unido. La vagina, la uretra, el ano pueden quedar afectados y pueden venir fístulas, puede haber complicaciones en el parto, que pueden llevar a la muerte del bebé o de la mujer el parto.

 

En la tienda se venden productos varios con mensaje y cuyos fondos se destinan a la lucha contra la ablación. / World Vision

P. ¿Y las consecuencias sociales y psicológicas?

R. Normalente se produce la ceremonia de la ablación cuando la niña va a dar el paso a la edad adulta, ya sea con la primera menstruación o cuando esté preparada para ser entregada en matrimonio. Se practica la ablación en una especie de fiesta, una celebración entre las mujeres de la comunidad. La niña no sabe que uno de los pasos será ese dolor tan tremendo al que le están llevando su madre o su abuela. Esto hace que haya miedo, pérdida de confianza en la familia, inseguridad en sí misma, aparte de los dolores físicos que provoca. Tiene consecuencias tremendas.

 

TRABAJAR EN MALI CONTRA LA ABLACIÓN

P. ¿Cómo trabajáis desde vuestra entidad?

R. Uno de los países más complicados es Mali, porque donde trabajamos un 98 por ciento de las mujeres son sometidas a la ablación. Es algo tan arraigado y tan generalizado que es difícil luchar contra ello, más cuando la legislación tampoco ayuda.

Estamos trabajando en la difusión de información en las escuelas, y en los centros de salud, porque muchas personas no son conscientes de las consecuencias que tiene a largo plazo. Además trabajamos con los hombres, para que se impliquen en la lucha, para que comprendan la importancia de luchar contra esta práctica.

Y luego también trabajamos con las comadronas, las parteras, personas muy respetadas, que se ganan la vida con esto. Queremos que ellas vean las consecuencias nefastas de practicar la ablación, pero además les intentamos proveer un método de vida alternativo.

En Kenia tenemos varios ejemplos de comadronas, una de ellas es ahora pastora de cabras, y es una de nuestras mejores voluntarias practicando los efectos negativos de la ablación.

Es un trabajo de muchos años. La ventaja que tenemos es que nos hemos comprometido a trabajar durante quince años. Y además estamos construyendo colegios, pozos, ayudando en otros aspectos sanitarios, no sólo luchando contra la ablación. Están viendo que les ayudamos en muchas cosas, y esto nos ayuda a meternos en temas tan tabú como estos y así ir reconduciendo la situación y recibiendo el compromiso de las comunidades de trabajar contra la ablación.

Por ejemplo en Mali acabamos de recibir el testimonio de un alcalde que nos decía que hacía tiempo que quería luchar contra la ablación, pero que no se atrevía porque se sentía solo. El hecho de que World Vision se haya metido en esto le dio fuerzas para sumarse a esta lucha.

 

P. ¿Qué iniciativas habéis planteado desde España?

R. Hemos puesto en marcha una tienda diferente. Es una tienda que abre para cerrar, abierta ahora en Madrid (Barrio de Malasaña, C/ Vicente Ferrer 33, Metro Tribunal) que organiza cursos y actividades para difundir la lucha contra la ablación, y también otro tipo de talleres lúdicos y de artesanías, para que la gente acuda, compre artículos, con el fin de destinar todos los fondos a la lucha contra la ablación. Así que queremos que la tienda cierre, porque eso significará que todo se ha vendido y se ha recaudado lo necesario para continuar en nuestra labor.

Antes del sábado queremos vender todos los artículos. Quien no pueda acercarse puede entrar en www.stopablacion.es y apoyar nuestros proyectos.

 

P. ¿Como se aplican los valores cristianos en la lucha contra esta práctica tan arraigada en la cultura?

 

Susana Oliver, responsable de proyectos de World Vision. / Adventist News Network

 R. Para nosotros es fundamental el hecho de que la gente, en las comunidades que trabajamos, sepan que tenemos unos valores detrás, el hecho de poder trabajar con conocimiento de la fe. En Mali hacemos un trabajo más interconfesional, porque la mayoría son musulmanes y nuestro trabajo es buscar los valores comunes que tienen la fe cristiana y musulmana y a través de ellos luchar contra temas como la ablación.

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