“Europa no está en riesgo, sino su modelo de construcción”

¿Podría la victoria de Syriza ser un primer paso hacia nuevas formas de entender Europa? Opina Jaume Llenas.

Redacción PD

Evangelical Focus · ESPAÑA · 28 DE ENERO DE 2015 · 19:47

Banderas de la Unión Europea y Grecia, con el Partenón de fondo.,
Banderas de la Unión Europea y Grecia, con el Partenón de fondo.

El 2015 es año electoral en varios países de Europa. Grecia comenzó este domingo con el primer golpe al juego político basado en el bipartidismo que ha dirigido gran parte de las democracias de la Unión Europea en los últimos años.

Así, la victoria de Syriza podría sentar un precedente importante, teniendo en cuenta el surgimiento de propuestas de extrema izquierda o derecha, nacionalistas o antieuropeístas entre otras, con posibilidades de romper el status quo.

Estonia (marzo), Finlandia (abril), Reino Unido (mayo), Dinamarca (septiembre), Polonia (octubre) y España (noviembre o diciembre) llaman a sus ciudadanos a votar.

Preguntamos a Jaume Llenas, abogado y presidente del Grupo de Participación en la Vida Pública de la Alianza Evangélica Española, sobre los retos políticos que se presentan en Europa.

 

 

Jaume Llenas.

 Pregunta. ¿Cómo valoras la victoria de Syriza en las elecciones griegas?

Respuesta. En primer lugar como un acto de normalidad democrática. Ha habido unas elecciones convocadas conforme a la ley, se han presentado partidos constituidos conforme a la ley y uno de ellos ha ganado las elecciones.

En segundo lugar, lo valoro como una respuesta a una situación difícilmente soportable. Cuando tenemos un país, terriblemente mal administrado, en el que antes de la crisis el 1% de la población tiene el 48% de la riqueza y después de dos rescates, intervenido, etc. éste 1% de la población posee entre el 54 y el 56% de la riqueza nacional, más de la mitad, llegamos a una situación insostenible. Cuando además la población, especialmente la parte más desfavorecida, empobrecida, castigada, paga tres veces más impuestos que al inicio de la crisis, me parece bien que la gente responda y no vuelva a votar a los partidos que representan un régimen que ha castigado y empobrecido a la población.

Desconozco si la situación mejorará con Syriza, soy bastante escéptico con las soluciones de este tipo, pero sé que los partidos que han gobernado en los últimos años no tienen la solución, como no sea la de privatizar el Estado para entregarlo en manos del 1%, eliminar la clase media y empobrecer a la población. Por lo tanto, me parece que votar a quien no ha participado de este expolio es otro acto de normalidad.

 

P. ¿Crees que Europa enfrenta riesgos por las propuestas, inicialmente contrarias a la troika, del partido ganador?

R. Me parece que un modelo de Europa está en riesgo con el despertar de la conciencia de una parte de la población. Pero hay otros modelos para construir Europa, hay otras Europas, decir que Europa está en riesgo es admitir que el resto de europeos estamos de acuerdo con una determinada forma de construcción europea, y lo que diría es que muchos europeos no encuentran una alternativa fiable para oponerse a una forma de administrar la crisis que no les gusta nada.

 

P. ¿Piensas que en España podría darse un escenario parecido en las próximas elecciones generales?

R. La situación de España tiene elementos comparables a la situación griega, aunque cada país es diferente. Lo que sí se produce es un enriquecimiento de los más responsables de la crisis, una sensación de expolio de la mayoría de la población, un empobrecimiento de grandes capas, una falta de expectativas para los más jóvenes y los más mayores, una situación de corrupción generalizada del sistema, etc. Eso permite que surjan “outsiders” que pesquen en aguas revueltas. Me temo, que como en Grecia, la solución no es nada atractiva.

Cada vez queda más en evidencia que nos echamos en brazos de cualquier “mesías” laico que no tiene la capacidad de proveer lo que promete. Pero me parece que seguir votando a los responsables de la situación como si fuera solución es como darle a la misma tecla del ordenador cuando la pantalla nos dice que la operación no es posible, esperando que a la enésima vez, la solución se produzca como por casualidad.

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