Se fue Diciembre

Cada año Diciembre se nos prostituye entre luces de colores que adornan las calles cuando el sol se oculta.

15 DE ENERO DE 2015 · 16:55

Another Christmas over /  rosipaw (Flickr - CC BY-NC-SA 2.0),bola
Another Christmas over / rosipaw (Flickr - CC BY-NC-SA 2.0)

Diciembre de 2014 se presentó a toda prisa y ya se ha ido para no volver jamás. Sus días avanzaron a galope, señoreando con sus fiestas y sus puentes. Es un mes que cada vez me gusta menos, o me gusta a ratos. Contiene demasiadas historias, guarda demasiados recuerdos que ya sea por voluntad propia o por iniciativa ajena tienden a distorsionarse, pues como ninguno, contiene esa mezcolanza agridulce que va de lo pagano a lo sagrado y viceversa.

Cada año Diciembre se nos prostituye entre luces de colores que adornan las calles cuando el sol se oculta, compras aceleradas, comidas de familia y empresa que agotan el presupuesto, las rebajas que comienzan antes de cobrar la nómina, abriendo las puertas de los comercios al gasto anodino que sólo sacia un rato nuestros deseos. Terminaron las fiestas de amigos invisibles, las de amigos bien visibles. Regalos sorpresa. 

Se nos fue Diciembre, con sus abrazos postizos, sus saludos falsos, felicitaciones vacías de compromiso, falsos árboles cargados de bolas de colores, sin frutos comestibles, belenes con figuras fuera de contexto concebidas por diferentes fabricantes cuya exposición durará más de la cuenta a causa de la pereza. En las ventanas, castigados por el sol, el frío y la nieve, colgaron muñecos que simulaban hombres rollizos, de pelo blanco, vestidos de rojo que, cual ladrones, procuraron colarse en nuestros hogares, intentando ocultar la crisis que vivimos. Hemos asistido a cabalgatas, oído villancicos con letras sin sentido metidos en ritmos creados de manera especial y ocurrentes para esa época del año. El nuevo rey nos felicitó con su discurso, todos le vimos aunque él no vio a ninguno de nosotros ni conoce nuestras circunstancias. Políticos nos saludaron aportando palabras untadas con vaselina que ya nadie cree.

Todo esto provoca la desviación del alma del verdadero mensaje de la Navidad. La inspiración se me bloqueaba a medio camino entre festejos, antiguos recuerdos y fe. 

Diciembre, el último de la fila, el postre, la guinda del pastel, final de ciclo, the end, ha dado paso a Enero que se ha abierto nuevo, limpio, con treinta y un días a estrenar. Ojalá sepa utilizarlos, ese es mi deseo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Se fue Diciembre