Los países más felices no son ricos

Las islas Fiyi, Colombia y Nigeria se sitúan a la cabeza del ranking mundial de felicidad elaborado por WinGallup.

La Vanguardia · NUEVA YORK · 10 DE ENERO DE 2015 · 13:15

,felicidad, pareja

La felicidad es un concepto difícilmente medible y se circunscribe al ámbito personal, pero el lugar en el que se vive pesa en la forma de percibir y encarar la vida. La última macroencuesta de la empresa de mercados WinGallup International, realizada en 65 países, vuelve a demostrar que la riqueza y el desarrollo económico no son sinónimo de altas tasas de felicidad.

Los habitantes de las Islas Fiyi, los colombianos y los nigerianos son los ciudadanos de los tres países donde la gente declara ser más feliz, a tenor de la encuesta de fin de año del 2014 y donde también el porcentaje de tristes es realmente escaso.

Cada lugar tiene sus propias características, pero en una visión general de los datos recogidos en este macroestudio en el que se han encuestado a 64.000 personas, Oceanía, la franja de Oriente Medio y el Magreb y Europa occidental (la vieja Europa) aparecen con los porcentajes más altos de ciudadanos que dicen ser infelices (14,13 y 11% respectivamente). Y Europa, además, tiene en sus fronteras a seis de los diez países más entristecidos del mundo: Grecia, Rumanía, Francia, Bulgaria, Letonia e Italia.

En cambio, el continente Africano (al margen de la zona Norte) aparece retratado como el más feliz, con un 83% de ciudadanos que dicen serlo, seguido de Asia, con el 77%.

 

VALORACIÓN, INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS

No se trata de tomarse los datos al pie de la letra, pero sí de observar estas tendencias ya que, según explica el psicólogo Rafael Santandreu -autor del libro Las gafas de la felicidad (Ed. Grijalbo)-, se ha visto a lo largo de toda la historia que los países más opulentos, si bien es cierto que crean muchas oportunidades, estas son un arma de doble filo ya que fácilmente los deseos legítimos de cada persona se convierten en necesidades irracionales.

El desarrollo económico puede producir también, indica, grandes exigencias personales que crean problemas. "La gente acaba autoexigiéndose tener una vida emocionante, tener hijos, alcanzar metas.., nos exigimos mucho a nosotros mismos y a los demás, que no es lo mismo que tener deseos, y una sociedad de este tipo necesita de una educación en valores, psicológica, filosófica y también espiritual que ahora no tenemos", indica Santandreu. 
En este macroestudio, Finlandia aparece como el país más feliz de Europa (un 80% de sus ciudadanos encuestados dicen ser felices), un país desarrollado pero en el que, según la observación de este psicólogo, rige un sistema capitalista "muy poco capitalista" con niveles impositivos muy altos, lo que supone un reparto de la riqueza, con un sentido de la colaboración social y muy conectado con la naturaleza. Elementos que se consideran importantes en este impacto sobre el bienestar interior de un país. 
España aparece con un 55% de ciudadanos que se declaran felices frente, por ejemplo, al 42% de los franceses, una media ligeramente superior a la de la Europa occidental. En términos comparativos con respecto a la encuesta del 2013, la felicidad global ha dado un salto del 10% mientras que en España también ha aumentado.

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