La nueva Meriam de Sudán se llama Faiza

Una mujer cristiana está en la cárcel, esperando condena (presuntamente la horca) acusada de apostasía y adulterio por su nombre musulmán y declararse cristiana, como su marido.

JARTUM · 14 DE JULIO DE 2014 · 22:00

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	Iglesia derribada en Jartum, capital de Sud&aacute;n. / CompassDirect</p>
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Iglesia derribada en Jartum, capital de Sudán. / CompassDirect

Mientras la liberación completa de Meriam Ibrahim saliendo de Sudán sufre más retrasos y la familia se mantiene refugiada en la embajada de EE.UU., un nuevo caso de características muy similares acaba de surgir. Según fuentes locales fiables, lo ocurrido con Meriam Ibrahim ha agravado aún más la hostilidad de la comunidad musulmana hacia los cristianos, que son cada vez más considerados y tratados como ciudadanos de segunda clase. Aunque aún se les permite asistir a sus celebraciones religiosas, no siempre está garantizada. El caso de Meriam no es aislado. FAIZA ADBALLA Casi parece que cambia sólo el nombre, ya que la mujer cristiana que es ahora perseguida por la ley Sharia en Sudán se llama Faiza Adballa. Cuenta su historia Antonella Napoli, periodista y activista social. Faiza fue encarcelada el pasado 2 de abril por cargos de apostasía. Ocurrió tras acudir a una oficina de registro en El Gadarif al este de Sudán, para pedir su carnet de identificación. Después de haber declarada que era "cristiana" al ser preguntada sobre su fe, fue detenida porque su nombre era musulmán y por lo tanto había nacido musulmana. A partir de aquí, la detención para ser juzgada por apostasía, y la anulación de su matrimonio con un hombre cristiano de Sudán del Sur, lo que la convierte en adúltera y declara ilegales a sus seis hijos. La Sharia prohíbe a las mujeres musulmanas a casarse con hombres de otras creencias, no reconociendo este tipo de matrimonios mixtos. El proceso aún no ha llegado a su fin, aunque se espera que la sentencia se produzca en los próximos días, pero todos los indicios llevan a pensar en un fallo similar al de Meriam, que fue condenada a la horca, con la salvedad de que una abjuración de su fe cristiana puede salvarle la vida.

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