Brasil 2014 tiene un ‘árbitro predicador’ mexicano

Marco Rodríguez, pastor evangélico, es el primer árbitro mexicano en pitar en tres Copas del Mundo de fútbol: 2006, 2010 y 2014.

RÍO DE JANEIRO · 18 DE JUNIO DE 2014 · 22:00

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De los 25 árbitros que desempeñan este papel clave en el Mundial Brasil 2014, uno de ellos es cristiano evangélico: Marco Rodríguez, de 40 años. Fue el encargado de dirigir el pasado martes la victoria 2-1 de Bélgica sobre Argelia. En su larga trayectoria de 17 años en el arbitraje ha participado en todos los Mundiales desde Alemania 2006, además de haber silbado ocho finales de torneo mexicano, y tener partidos de Copa América y de Copa Libertadores. Rodríguez es un árbitro con más de media docena de finales de liga pitadas en su país, al que llaman con el desgastado apodo del ‘Chiquidrácula’. Sus facciones afiladas, el pelo peinado para atrás y de dientes grandes le han ganado desde hace años este sobrenombre por su parecido con el personaje de un Drácula infantil que interpretaba el comediante mexicano Carlos Espejel (Marco prefiere que le llamen "Chuiquimarco", porque dice que no le gesute que le asocien con un nombre diabólico"). Es también una forma de hacerle pagar con este apodo su aplicación estricta del reglamento durante los partidos. De hecho, es conocido por su facilidad para sacar tarjetas amarillas, así como no perdonar la roja cuando él lo considera necesario; por lo cual los jugadores se toman las cosas con mucha tranquilidad cuando él es quien arbitra el partido. Sin embargo, no debe hacerlo nada mal cuando Marco Rodríguez es el primer árbitro mexicano en pitar en tres Copas del Mundo: 2006, 2010 y 2014. ENTRE EL ESTADIO Y LA IGLESIA Actualmente, Rodríguez divide su tiempo entre el arbitraje en la Liga de fútbol mexicana y como pastor de una iglesia en la zona metropolitana de la capital mexicana. Marco Antonio, árbitro internacional, no encuentra problemas para ejercer ambas actividades. «Decidí entregarme, desde hace años, al servicio de Dios. Procuro estar en la iglesia el mayor tiempo que puedo. Cuando no estoy en mi profesión de árbitro, me encuentro en el templo», explicó. “En cada partido pido a Dios que me ayuda para hacer justicia dentro de la cancha”, resalta Rodríguez. Y para eso, antes de cada partido ora para poder impartir la justicia de forma equitativa.

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