El ejercicio, sin dieta, no acaba con los michelines

Especialistas han comprobado que hacer mucho ejercicio no acaba con la grasa abdominal si no se cuida además la alimentación.

ESPAÑA · 07 DE ENERO DE 2014 · 23:00

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El compromiso de ir al gimnasio o hacer más ejercicio al comenzar el año y para combatir los efectos de las 'comilonas' de las Fiestas no sirven para 'bajar barriga' si no se acompaña de una dieta equilibrada, al menos entre adolescentes. Es la conclusión a la que han llegado en un estudio de la Universidad de País Vasco, que ha realizado pruebas entre estos jóvenes en desarrollo para desmentir la idea de que “sólo con hacer ejercicio es suficiente”. De hecho, el sobrepeso y la obesidad han aumentado en los últimos años en este margen de población. El estudio comprobó que independientemente de las calorías totales consumidas e independientemente de la actividad física realizada, un porcentaje excesivo de grasa en la dieta da lugar a una mayor acumulación de grasa en el abdomen. “Hasta ahora se pensaba que aún teniendo una dieta desequilibrada, si hacías mucho ejercicio físico lo compensabas de alguna manera. En este estudio, hemos comprobado que eso no es así”, explica Idoia Labayen, investigadora principal del estudio publicado en la revista Clinical Nutrition. El objetivo ha sido estudiar qué papel ejerce la grasa de la dieta en la acumulación de grasa abdominal en los adolescentes. La acumulación de grasa en el abdomen es la más perjudicial para la salud ya que incrementa el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, diabetes mellitus, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, etc. PRIMER ESTUDIO EN ADOLESCENTES Sin embargo, hasta ahora no existían trabajos previos que examinaran el papel de la composición de la dieta en el exceso de grasa abdominal en una etapa tan crítica del desarrollo como la adolescencia. “Los adolescentes son un grupo de riesgo en cuanto a estilos de vida se refiere, ya que empiezan a tomar sus propias decisiones con lo que quieren o no quieren comer, y viven también una etapa en la cual muchos de ellos dejan de hacer deporte”, señala Labayen. Los autores trabajaron con 224 jóvenes que participaron en el estudio HELENA, financiado por la Comisión Europea, en los que se midió con precisión la grasa abdominal mediante absorciometría dual de rayos X, además de los hábitos dietéticos y la actividad física. “A pesar de que normalmente la actividad física es un factor de prevención, en este caso en particular, no consigue contrarrestarlo. Estos resultados apuntan al aporte graso de la dieta como un factor clave de riesgo de adiposidad abdominal en los adolescentes e independiente de la actividad física”, subraya Labayen.

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