Un mormón y un católico republicanos sueñan dirigir el país del “In God we trust”

El ultraconservador Paul Ryan, católico que apoya el Tea Party, aspirante republicano a la vicepresidencia de EEUU.

EEUU · 11 DE AGOSTO DE 2012 · 22:00

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Mitt Romney, el candidato republicano y mormón que disputará a Obama la Casa Blanca, ha elegido al congresista Paul Ryan (católico) como su número dos en la carrera presidencial. Por primera vez en la historia, el Partido Republicano presenta una pareja de candidatos a la Casa Blanca en la que ninguno es protestante. El perfil muy conservador, sobre todo en lo económico, es uno de los motivos fundamentales de la elección de Ryan como aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos. El candidato republicano elige así a uno de los favoritos del Tea Party por su oposición total a la reforma sanitaria de Obama. El país que se basa en principios evangélicos, tiene como símbolo la frase “En Dios creemos” impresa en sus billetes de dólar. Al margen de que la fe original de sus fundadores ha ido derivando en una pluralidad que aún conserva parte de la esencia de sus orígenes, la realidad es que la fe en Dios parece más que nunca haberse apegado al dólar. Los candidatos republicanos nada tienen que ver con la fe evangélica (aunque coincidan con valores morales conservadores, a veces ultraconservadores), y se distinguen más por un neoliberalismo económico y un trato a temas de justicia social vistos con el prisma del dólar más que con los de los valores bíblicos.
Al elegir a Ryan, Romney deja en segundo lugar el voto de las minorías: negros, latinos, inmigrantes; y mujeres. Todos ellos prefieren las políticas sociales de Obama, incluso decepcionados con él por no haber aplicado o desarrollado varias de sus líneas políticas sociales. Pero al enfrentar su ideología con la de Ryan es difícil que elijan a este último.
PAUL RYAN, EL CATÓLICO DEL TEA PARTY Ryan, de 42 años, apuesta por la privatización del sistema de Seguro Social, del que dependen la mayoría de ancianos, jubilados y discapacitados (es decir, les quitaría los subsidios), y propone eliminar todos los impuestos a las ganancias y dividendos. Es decir, apuesta por reducir la intervención estatal en la economía a la mínima expresión. Este es el eje de su política, además de su otra obsesión: reducir el déficit fiscal a costa de lo que sea. De hecho, es experto en déficit federal y es una de las figuras ascendentes dentro del partido republicano. Reelegido en seis ocasiones como representante de Wisconsin en el Congreso -fue elegido por primera vez con 28 años-, actualmente es presidente del Comité Presupuestario de la Cámara de Representantes. Además de tener unas ideas profundamente neoliberales, Ryan, que es católico, ha votado siempre contra el derecho al aborto, la investigación con células madre o el aumento a tres días de la espera para comprar un arma. Se opone también al matrimonio entre personas del mismo sexo y defiende la construcción de un muro de protección en la frontera de México contra los inmigrantes.

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