Muchos cristianos entre los 360 fallecidos en el incendio del penal de Comayagua

Recibieron a Jesús mientras cumplían su condena. Se calcula que casi la cuarta parte de los 850 presos eran cristianos evangélicos.

TEGUCIGALPA · 23 DE FEBRERO DE 2012 · 23:00

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Sobre la puerta del penal de Comayagua, en Honduras - a camino entre Tegucigalpa, la convulsa capital, y San Pedro Sula-, reza una leyenda: "Hágase Justicia aunque el mundo perezca". En esta localidad del centro del país, el mayor incendio registrado en el mundo en una cárcel en la última década, ha dejado 360 muertos la semana pasada. Las investigaciones de las autoridades hondureñas apuntan a riñas entre reos que provocaron incendios en colchones desencadenando en un evento mayor. Fuera de los muros, los familiares de las víctimas levantaron improvisados campamentos, esperando recibir el cuerpo de su ser querido por parte de las autoridades. Grupos de cristianos acudieron al lugar y ayudan brindando ayuda espiritual y sicológica. CAPELLANÍA Muchos de los reos que fallecieron conocieron a Jesús mientras cumplían su condena.Se calcula que del total de la población carcelaria de este centro, alrededor de 850, casi 200 eran cristianos. Her Chinchilla, líder de un grupo capellanes de cárceles de Honduras, confirmó que en Comayagua se realizaban devocionales en la mañana y en la tarde en la capilla del centro penal. Además, se predicaba en las noches en muchas de las celdas. LENTITUD EN EL PROCESO Muchos familiares desconfían de las versiones que las autoridades les dan, sobre las causas del incendio y el tiempo de entrega de los cuerpos. Algunos familiares ingresaron por la fuerza a la morgue el pasado lunes 20 y lograron abrir seis bolsas de plástico que contenían los cadáveres. Hasta ese momento, pasados seis días de la tragedia, médicos forenses de Honduras, Chile, El Salvador, México y Perú habían entregado alrededor de 16 cuerpos para ser sepultados Las autoridades forenses de Honduras trasladaron este viernes hacia una sede policial unos 300 cadáveres AÚN sin identificar, de los 360 reos muertos en el incendio. El traslado obedeció a se concluyeron todas las autopsias y a que las instalaciones de la Facultad de Medicina (donde se llevaba a cabo esa labor) deben entregarse este fin de semana a las autoridades universitarias. LA CÁRCEL, UN PELIGRO PARA LOS PRESOS El catedrático Andrew Coyle afirma que son tres los factores que, combinados, causan las nefastas condiciones de vida en los centros penitenciarios: sobrepoblación, una infraestructura deficiente e insegura, y personal no cualificado. “Se trata de un fenómeno mundial. Y en el caso de Latinoamérica, hay que agregar la violencia generada por las pandillas”, agrega Coyle, vinculado al londinense Centro Internacional de Estudios Carcelarios, ICPS. El catedrático afirma que los Gobiernos muestran buena voluntad, pero que es poco lo que se refleja en la práctica. El centro en el que trabaja Doyle asesora a las autoridades a nivel mundial sobre el mejoramiento de las condiciones de vida de los detenidos. “La mayoría de las juntas directivas de las cárceles quieren tener un mejor desempeño, pero es imposible reformar un sistema carcelario en un vacío aislado del resto”, opina el catedrático. “Es necesario estudiar el sistema jurídico; incluso la sociedad en su totalidad. En Honduras, la mitad de los detenidos se encuentra en prisión preventiva, lo que indica que algo no está funcionando como corresponde en el derecho penal. Éste no procesa a los detenidos, causando una superpoblación en las cárceles”. Al mismo tiempo, la sociedad en Honduras está siendo hostigada por el flagelo de la violencia. La tasa de homicidios es, según Doyle, la más alta de la región, y quizás también del mundo. Esto repercute a su vez en las prisiones.

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